Ah¨ª va un optimista
El conflicto ha llegado en 2020 y es lo que Norman Foster sostiene que ten¨ªa que ocurrir para que las ideas sobre salud, diversidad y sostenibilidad que lleva 60 a?os aplicando a sus proyectos dejen de ser potestad exclusiva de cierta ¨¦lite empresarial
Yo quer¨ªa ser arquitecto hasta que el jefe de estudios de mi colegio me llam¨® a su despacho y me invit¨® amablemente a que descartara la idea. Cualquier asignatura que implicara n¨²meros, l¨®gica o, a¨²n peor, las dos, se me daba rematadamente mal. Aquello era un hecho y yo lo sab¨ªa, as¨ª que obedec¨ª y ahora nunca sabremos c¨®mo habr¨ªan sido mis chal¨¦s adosados, mis coquetas reformas o mis auditorios. Y mira que crec¨ª con un arquitecto. Mi padrino estudi¨® la carrera en casa de mis padres y yo pasaba mucho tiempo ayud¨¢ndole: una vez pint¨¦ con un rotulador verde un caminito que sal¨ªa de la puerta del museo que ¨¦l acababa de terminar de dibujar y bajaba alegremente por la colina donde se erig¨ªa el edificio. Un alzado en el que el pobre llevaba una semana trabajando.
Seguramente soy un arquitecto frustrado. No me pesa. Lo tr¨¢gico habr¨ªa sido que Norman Foster, cuando le negaron una beca para estudiar arquitectura en la universidad de Manchester y, a cambio, le ofrecieron otra para la escuela de arte, hubiera aceptado el trato. El documental ?Cu¨¢nto pesa su edificio, se?or Foster? muestra el humilde barrio donde naci¨® nuestro hombre de portada. Desde su cuarto se ve¨ªan las casas de enfrente, amplias y rodeadas de ¨¢rboles. Superar la brecha de clase fue el combustible. Su talento para el dibujo, la ¨¦tica del trabajo que hered¨® de sus padres y un decidido amor por la arquitectura, incluso antes de saber qu¨¦ era realmente, hicieron el resto. Y el resto es historia.
¡°No es cuesti¨®n de dinero, sino de actitud¡±, insiste el ingl¨¦s, que hac¨ªa arquitectura verde mucho antes de que esa palabra significara ecolog¨ªa
Hace tres a?os, la Fundaci¨®n Norman Foster desembarc¨® en Madrid y, para celebrarlo, convoc¨® a 1.500 invitados, entre los cuales tuve la suerte de contarme, a un foro de un d¨ªa en el Teatro Real. Se llamaba The future is now (el futuro es ahora). La selecci¨®n de ponentes era bastante impresionante. Estaban, entre otros, los dise?adores Patricia Urquiola, Marc Newson y Jony Ive, director creativo de Apple (y autor, he de confesarlo, de todos los cacharros que tengo ahora mismo sobre la mesa), el arquitecto pritzker Alejandro Aravena, Nicolas Negroponte, director del MIT, y el propio Foster. Inaugur¨® el evento Manuela Carmena, por entonces alcaldesa. Eran tiempos m¨¢s optimistas y se habl¨® sobre el futuro del mundo, eminentemente urbano y tecnol¨®gico, pero no necesariamente tr¨¢gico. Tambi¨¦n se habl¨® de creatividad. De inteligencia artificial. De ambos combinados: ¡°No pensemos en qu¨¦ se puede hacer con un huevo sino en qu¨¦ se puede hacer con una tortilla francesa¡±, lleg¨® a decir Negroponte. Y, justo cuando el design thinking alcanzaba un nivel de alegr¨ªa insoportable, el historiador Niall Ferguson ech¨® el freno: ¡°Permitan que les recuerde a los tecnooptimistas aqu¨ª presentes de lo que un huevo es capaz: han estrellado uno contra nuestro Tesla¡±. Y advirti¨®, como subrayando lo c¨®modos que est¨¢bamos en esa sala en aquel momento: ¡°Las grandes innovaciones del siglo pasado nacieron del conflicto¡±.
Pues bien, el conflicto ha llegado en 2020. Es lo que Foster sostiene que ten¨ªa que ocurrir para que, a pesar de la tragedia, las ideas sobre salud, diversidad y sostenibilidad que lleva 60 a?os aplicando a sus proyectos dejen de ser potestad exclusiva de cierta ¨¦lite empresarial. ¡°No es cuesti¨®n de dinero, sino de actitud¡±, insiste el ingl¨¦s, que hac¨ªa arquitectura verde mucho antes de que esa palabra significara ecolog¨ªa. Algunos lo tachan de iluso. Cubrir un edificio gubernamental con una bell¨ªsima c¨²pula de vidrio no hace que el proceder de ese gobierno sea ni m¨¢s bonito ni m¨¢s transparente, por s¨®lida que sea la fe en la democracia del arquitecto, dicen. Y tienen raz¨®n, pero debemos creer que por algo se empieza.
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