¡°Mi val¨ªa no depende de mi belleza¡±: la estrella de ¡®Top Gun¡¯ no est¨¢ en su secuela porque hoy aparenta la edad que tiene
La vida de Kelly McGillis, una estrella en los ochenta gracias tambi¨¦n a ¡®?nico testigo¡¯ o ¡®Acusados¡¯, ha sido tortuosa desde que se convirti¨® en una celebridad hasta hoy, alejada de Hollywood. La segunda parte de 'Top Gun' la devuelve a la actualidad por defecto: no aparece en ella
Kelly McGillis (California, 1957), una de las grandes estrellas del cine de los ochenta, vive en una caba?a en lo alto de una colina en Hendersonville (Carolina del Norte) y trabaja a tiempo completo en una cl¨ªnica de rehabilitaci¨®n ayudando a mujeres con adicciones. Asegura que no la han llamado para la secuela de Top Gun (que la hizo famosa en 1986 y cuya segunda parte se ha retrasado al a?o que viene debido a la pandemia) porque ¡°estoy vieja y gorda, tengo el aspecto apropiado para una mujer de 62 a?os; yo ahora me siento a gusto y mi val¨ªa no depende de mi belleza¡±. Pero llegar hasta aqu¨ª le cost¨® un camino largo y tortuoso que comenz¨® hace casi 40 a?os.
Cuando McGillis recibi¨® una ovaci¨®n en el festival de Cannes, sali¨® de la Croisette convencida de que no volver¨ªa a trabajar nunca m¨¢s: ¡°No soy una buena persona, ?por qu¨¦ soy famosa? ?por qu¨¦ tengo trabajo?¡±, le preguntaba a su amigo Paul Millman caminando hacia el hotel
Una tarde de oto?o de 1984 Kelly McGillis termin¨® su turno como camarera en la cafeter¨ªa Jimmy Day's del Greenwich Village. Al salir, Harrison Ford la estaba esperando para decirle que hab¨ªa conseguido el papel protagonista en ?nico testigo (1985). Kelly dej¨® su delantal en el parking con la intenci¨®n de no volver a servir mesas nunca m¨¢s y, durante unos a?os, se convertir¨ªa en la personificaci¨®n de la belleza americana en los ochenta gracias a Top Gun (1986). Pero en la cima del ¨¦xito Kelly McGillis decidi¨® huir de Hollywood, atormentada por una agresi¨®n sexual, una industria hostil y un secreto que tardar¨ªa d¨¦cadas en confesar.
Joan McGillis era una actriz frustrada que bautiz¨® a su hija Kelly porque era el nombre m¨¢s rutilante que se le ocurri¨® para las marquesinas de los cines. Cuando un test de inteligencia en el colegio llev¨® al tutor de Kelly a advertir a sus padres que ¡°no esperasen nada de ella¡±, un profesor de teatro les sugiri¨® que no hac¨ªa falta ser inteligente para trabajar como actriz. A los 12 a?os sus cambios f¨ªsicos (aparentaba 18 seg¨²n su madre, quien comenz¨® a vigilarla m¨¢s de cerca) la empujaron a encerrarse en s¨ª misma: dej¨® de tener amigas, empez¨® a saltarse clases y engord¨® hasta los 85 kilos. Para cuando descubrieron que hab¨ªa habido un error con el test de inteligencia, Kelly era la peor estudiante de su instituto y ella misma explicar¨ªa que solo se sent¨ªa aceptada y querida en el grupo de teatro. Pero no soportaba la idea de ser famosa, en parte porque no comprend¨ªa como alguien querr¨ªa contratarla o desearla. ¡°La imagen que tengo de m¨ª misma est¨¢ basada en aquella ni?a gorda, fea y pringada que no le ca¨ªa bien a nadie. Pensaba que era demasiado alta para las pel¨ªculas¡±, confes¨® a The Guardian a?os despu¨¦s.
En su segunda pel¨ªcula, ?nico testigo, interpret¨® a una amish que se enamoraba de un polic¨ªa (Harrison Ford) mientras le observaba construir una casa, se ba?aba delante de ¨¦l o bailaban Wonderful World en un garaje. Los productores pidieron que le ajustasen el vestido de amish para acentuar sus curvas. ¡°Tiene la belleza honesta y sencilla de Grace Kelly, su rango y sus posibilidades son ilimitados¡±, admiraba el director Peter Weir. ¡°Su belleza es robusta e inteligente, pero delicada como un cuadro de Vermeer¡±, describ¨ªa The New York Times. ¡°Parece triste cuando sonr¨ªe¡±, aseguraba el Chicago Tribune. Cuando McGillis recibi¨® una ovaci¨®n en el festival de Cannes, sali¨® de la Croisette convencida de que no volver¨ªa a trabajar nunca m¨¢s: ¡°No soy una buena persona, ?por qu¨¦ soy famosa? ?por qu¨¦ tengo trabajo?¡±, le preguntaba a su amigo Paul Millman caminando hacia el hotel.
Un a?o despu¨¦s, Top Gun la convirti¨® en la chica de moda. En el gui¨®n original Charlie era bailarina, pero Cruise cambi¨® la profesi¨®n del personaje porque en los ochenta se emparejaba con mujeres maduras y experimentadas: Rebecca De Mornay en Risky Business o Mimi Rogers y Cher en la vida real. Aquella instructora de vuelo no era tanto un personaje como una fantas¨ªa masculina: beb¨ªa cerveza, ve¨ªa deportes y conduc¨ªa un cochazo a toda velocidad hacia la puesta de sol acompasada por los sintetizadores de Take My Breath Away de Berlin. McGillis, sin embargo, se pas¨® el rodaje agachada para disimular los ocho cent¨ªmetros que le sacaba a Tom Cruise. ¡°Es muy hermosa, pero te la imaginas saliendo contigo¡±, se?al¨® una agente de casting sobre la actriz. ¡°Su belleza es accesible, no amenazante¡±. En aquel momento, McGillis aseguraba que tras un divorcio no ten¨ªa intenci¨®n de volver a casarse. No hab¨ªa nada m¨¢s importante para ella que su carrera.
Durante la promoci¨®n de 'Acusados' McGillis cont¨®, desde la portada de 'People', que ella misma era superviviente de una agresi¨®n sexual: en 1982, dos hombres forzaron la puerta de su apartamento, la ataron, la hirieron con un cuchillo y la violaron por turnos
¡°La fama me hizo muy infeliz. No confiaba en nadie. Viv¨ªa aterrorizada. Me daba miedo ser reconocida por la calle¡±, revel¨® a?os despu¨¦s. En 1988 le ofrecieron el papel (basado en hechos reales) de la v¨ªctima de una violaci¨®n m¨²ltiple, Sarah Tobias, en Acusados, pero McGillis opt¨® por el personaje de su abogada defensora. Jodie Foster interpret¨® a Tobias y gan¨® su primer Oscar. Fue entonces cuando McGillis cont¨®, desde la portada de People, que ella misma era superviviente de una agresi¨®n sexual: en 1982, dos hombres forzaron la puerta de su apartamento, la ataron, la hirieron con un cuchillo y la violaron por turnos hasta el punto de que ella se resign¨® a que iba a morir. Cuando le cont¨® el percance a su exmarido, este le dijo que se alegraba. Su relato despert¨® suspicacias cuando varios periodistas la acusaron de contarlo solo para dar publicidad a Acusados.?
En 1989 McGillis represent¨® Noche de reyes de Shakespeare en Washington y sufri¨® varios ataques de nervios durante los ensayos. Estaba convencida de que se iban a re¨ªr de ella, desconfiaba de sus nuevos amigos y sospechaba que quer¨ªan algo porque era imposible que les cayese bien. Durante las representaciones lloraba sin parar y acab¨® refugi¨¢ndose en la fe: concluy¨® que su ¨¦xito se deb¨ªa al destino y no a su talento. ¡°Cuando estoy actuando es cuando me siento m¨¢s segura de m¨ª misma, porque puedo centrarme en otra persona¡±, admit¨ªa entonces. ¡°No me siento muy c¨®moda conmigo misma, pero s¨ª cuando puedo ser cualquier otra persona. He hecho muchas cosas malas en mi vida. No fui una hija perfecta, no fui una estudiante modelo y eso me atormenta¡±. Su siguiente proyecto, El cazador de gatos (Abel Ferrara, 1989), le quit¨® las pocas ganas que le quedaban de trabajar en Hollywood.
Las inseguridades f¨ªsicas de Kelly McGillis la llevaron a operarse los pechos durante el par¨®n de Navidad, por eso cuando se enter¨® de que iban a usar una doble de cuerpo para sus escenas er¨®ticas sufri¨® un ataque de p¨¢nico. ¡°Acababa de casarme con Fred [Tillman, un vendedor de yates de lujo] y cuando acud¨ª a rodar mi escena de desnudo, descubr¨ª que hab¨ªan contratado a una stripper de Miami para reemplazarme. Entr¨¦ en la habitaci¨®n y la chica estaba a cuatro patas mientras todos los operarios le indicaban lo que ten¨ªa que hacer y le manoseaban los pechos. As¨ª que, despu¨¦s de estar cuatro minutos observando, me largu¨¦. Si en esto consiste rodar pel¨ªculas, no quiero volver a hacerlo jam¨¢s. Me encanta actuar, pero no quiero trabajar con m¨¢s gilipollas¡±, explic¨® la actriz.
A pesar de que el director la confundi¨® con una prostituta la primera vez que la conoci¨® y que el actor Peter Weller se neg¨® a rodar escenas er¨®ticas con ella aduciendo que no quer¨ªa contraer alguna enfermedad, el actor Jim Borrelli la tild¨® de exagerada: ¡°Considera qui¨¦n es la fuente de esas historias. No parece que esa mujer est¨¦ muy estable¡±.
McGillis le concedi¨® al director una toma m¨¢s y, cuando Ferrara grit¨® ¡°corten¡±, la actriz se encerr¨® en su camerino, se rap¨® la cabeza y cogi¨® los b¨¢rtulos para mudarse a Florida. All¨ª abri¨® un restaurante, Kelly's, en el que ella misma volv¨ªa a servir mesas junto a su marido (con el que tendr¨ªa dos hijas) y cuyo plato estrella eran los fetuccini de gambas de Kelly. Tambi¨¦n se quit¨® los implantes de pecho y se tatu¨® unas letras chinas en la espalda que dec¨ªan ¡°viaje hacia la paz¡±. ¡°Mis agentes me llamaban y me advert¨ªan de que estaba jodiendo mi vida, pero yo solo quer¨ªa ser una actriz de car¨¢cter y en Estados Unidos no hay nadie que aparente 50 a?os¡±, zanj¨®. Y con cada nuevo papel ocasional volv¨ªan las crisis: cuando tuvo que rodar una escena sexual con una actriz 20 a?os m¨¢s joven, llamaba llorando a su marido cada noche para preguntarle si era hermosa. La cuesti¨®n del edadismo en Hollywood es cada vez m¨¢s visible y comentada: mujeres que aparentan su edad, como Kathleen Turner o la propia McGillis, y que no responden a los c¨¢nones de belleza normativa (frente a fen¨®menos de la naturaleza como Jennifer Lopez, de 50 a?os) tienen muy dif¨ªcil seguir trabajando.
En los ochenta se relacion¨® a Kelly McGillis con Jodie Foster y Whitney Houston y los vecinos de Key West aseguraban verla a menudo paseando de la mano de la camarera de su restaurante, Melanie Leis, a pesar de seguir casada
En el pueblo de Key West los ¨²nicos turistas que hab¨ªa solo estaban ah¨ª para visitar la casa de Ernest Hemingway. ¡°Quer¨ªa vivir en un lugar en el que, cuando no estaba trabajando, pareciesen vacaciones. En Los ?ngeles hasta ir al supermercado parece una entrevista de trabajo¡± explicaba McGillis. Adem¨¢s, el Hollywood de principios de los noventa solo le ofrec¨ªa papeles de maniaca asesina. La vida apacible de Kelly McGillis regentando su restaurante se ve¨ªa ocasionalmente interrumpida por clientes que la reconoc¨ªan (las tres reacciones m¨¢s habituales eran ¡°?d¨®nde est¨¢ Tom?¡±, ¡°?te has cortado el pelo!¡± y ¡°est¨¢s m¨¢s vieja que en Top Gun¡±), alg¨²n papel secundario en televisi¨®n y reporteros que la entrevistaban para averiguar c¨®mo hab¨ªa acabado casada y con hijas una de las supuestas lesbianas m¨¢s famosas de Hollywood.
En los ochenta se relacion¨® a Kelly McGillis con Jodie Foster y Whitney Houston y los vecinos de Key West aseguraban verla a menudo paseando de la mano de la camarera de su restaurante, Melanie Leis, a pesar de seguir casada. McGillis neg¨® sistem¨¢ticamente los rumores, incluso despu¨¦s de separarse de Tillman, hasta que en 2009 finalmente sali¨® del armario. ¡°Estoy cansada de mentir sobre qui¨¦n soy. Mis hijas ya han crecido y se han ido de casa, no tengo que preocuparme de que sus amigas les pregunten por mi condici¨®n sexual. He intentado no ser yo misma. Pero he llegado a una edad en la que no me importa una mierda¡±, confesaba. La revista gay Advocate titul¨® con sorna ¡°Una estrella de Top Gun sale del armario. Y no es Tom Cruise¡±. Y de repente, la vida que el p¨²blico cre¨ªa conocer de Kelly McGillis qued¨® reescrita por completo.
Durante aquella agresi¨®n sexual de 1982 no estaba sola: su entonces novia viv¨ªa con ella y tambi¨¦n fue violada. McGillis lo percibi¨® como un castigo de Dios por ser lesbiana, empez¨® a beber y a drogarse para conciliar el sue?o y la culpabilidad la llev¨® a un segundo matrimonio. ¡°He intentado ser algo que no soy, alguien que no es homosexual. Y eso ha arruinado mi vida. La negaci¨®n de una misma es autodestructiva¡±, explic¨® en Los Angeles Times. McGillis tambi¨¦n cont¨® que aquella dr¨¢stica alteraci¨®n de su personalidad a los 12 a?os fue en realidad provocada por una agresi¨®n sexual perpetrada por tres hombres, en lo que ella entendi¨® entonces como el primer castigo divino por su homosexualidad.
McGillis se cas¨® con Leis en 2010, tras nueve a?os de relaci¨®n intermitente, pero se separaron en 2012. A?os despu¨¦s la actriz explic¨® que ambas eran drogadictas cuando empezaron su relaci¨®n y que parte de su proceso de desintoxicaci¨®n pasaba por dejar atr¨¢s, por tercera vez en su vida, todo lo que le atormentase. ¡°Ya no me importa lo que la gente piense de m¨ª¡±, presum¨ªa. ¡°Sol¨ªa vivir mi vida preocup¨¢ndome solo de lo que la gente pensar¨ªa de m¨ª, pero ahora me da absolutamente igual¡±.
McGillis tiene cinco a?os m¨¢s que Tom Cruise y ha sido reemplazada por Jennifer Connelly, ocho a?os m¨¢s joven que el actor. Los comentarios de la noticia se mofaron de la actriz, con r¨¦plicas como ¡°es la secuela de Top Gun, no de Liberad a Willy¡± o ¡°ahora parece la madre de Tom Cruise, no su novia¡±. Pero Kelly McGillis no lee las secciones de comentarios. Tampoco siente ninguna nostalgia por su pasado y aclara que su vida es ¡°tranquila, peque?a y adorable¡±. No mantiene contacto con nadie de Hollywood y apenas va al cine, solo se pone alguna serie mientras plancha. Ahora puede ir al supermercado sin que nadie la moleste, pero confiesa que a veces suena en el hilo musical Take My Breath Away y, en secreto, se pregunta si quiz¨¢ la han puesto porque alguien la ha reconocido.
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