Im¨¢genes que nos retratan
Somos una especie capaz de sufrir por las desgracias ajenas y de alegrarnos por sus conquistas. Pero tales capacidades funcionan de forma intermitente. Ahora s¨ª, ahora no. Con los que tienen el color de mi piel a veces, jam¨¢s con los que no lo tienen.
He aqu¨ª una muestra del trato que dispensamos a los de nuestra especie. Abundan. Hemos visto fotograf¨ªas de ni?os y ni?as atacados por la polic¨ªa con gases lacrim¨®genos o a un hombre joven arrastrando a su beb¨¦ sobre una caja de cart¨®n por una carretera que no iba a ning¨²n sitio. Todas ellas pertenecen al ¨¢lbum de la isla de Lesbos, donde un campamento de refugiados en el que se hacinaban miles de personas, muchas de ellas de corta edad, se incendi¨® o lo incendiaron, ahora no caigo, dispersando a sus habitantes por los alrededores de la localidad de Moria. Careciendo de atenci¨®n sanitaria o educativa, adem¨¢s de un lugar de reposo, han de ocultarse como alima?as en las rendijas del sistema en el que se han precipitado al huir del hambre o de las guerras. Consiguen el agua para el consumo y el aseo perforando las ca?er¨ªas que abastecen a las urbanizaciones cercanas y un poco de comida y mantas de las ONG que con grandes dificultades trabajan en la zona.
La madre y la beb¨¦ duermen mientras el padre, despierto o son¨¢mbulo, vaya usted a saber, observa el pedazo de pan que tiene entre las manos con la expresi¨®n de Hamlet ante la calavera. Somos, en fin, una especie maldita, insolidaria; una especie, a la vez, autoconsciente y generosa, capaz de sufrir por las desgracias ajenas y de alegrarnos por sus conquistas. Pero tales capacidades funcionan de forma intermitente. Ahora s¨ª, ahora no. En este lugar s¨ª, en este otro no. Por la ma?ana s¨ª, al caer la tarde no. Con los que tienen el color de mi piel a veces, jam¨¢s con los que no lo tienen. Im¨¢genes como esta nos retratan.
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