Freud, el ¡®big data¡¯ y los pepinos
Cien a?os despu¨¦s, la tecnolog¨ªa actual ha desmontado con datos algunas de las hip¨®tesis del padre del psicoan¨¢lisis, como la famosa teor¨ªa de los sue?os.
No cabe duda que Freud ha sido uno de los personajes m¨¢s relevantes del siglo XX. La obra freudiana ha dejado una gran huella en la cultura universal y su influencia se hace patente en el cine, en la literatura, en la pol¨ªtica y en la sociedad. Pero ?y en la ciencia? Aqu¨ª hay un interesante debate planteado. Freud asum¨ªa sobre ¨¦l mismo que era uno de los grandes cient¨ªficos de la historia de la humanidad. En el art¨ªculo publicado en 1917 ¡°Una dificultad del psicoan¨¢lisis¡± dice que Cop¨¦rnico hab¨ªa demostrado que la Tierra no era el centro del universo; Darwin, que el hombre no era el centro de la evoluci¨®n, y ¨¦l mismo hab¨ªa demostrado que el hombre no es due?o de sus actos, sino que manda el subconsciente. La biograf¨ªa de Freud nos deja otros muchos episodios que nos demuestran que Freud estaba encantado de ser Sigmund Freud y de haber conocido a Sigmund Freud. Pero independientemente de sus autovaloraciones, ?la obra de Freud tiene base cient¨ªfica?
Este debate lleva m¨¢s de 100 a?os, con defensores y detractores. Freud empez¨® su carrera como neur¨®logo estudiando las lampreas; por tanto, el m¨¦todo experimental no le era ajeno. De forma muy simplificada podr¨ªamos decir que el m¨¦todo cient¨ªfico se basa en hacer una observaci¨®n, plantear una hip¨®tesis, realizar experimentos y, si la confirman, establecer leyes, y si no, se desecha la hip¨®tesis. Cuando Freud empez¨® a estudiar el subconsciente y a sentar las bases del psicoan¨¢lisis plant¨® muchas hip¨®tesis rompedoras e interesantes, pero el problema es que la mayor¨ªa las dio por buenas sin ning¨²n tipo de evidencia experimental que las respaldara. Eso le levant¨® las cr¨ªticas de fil¨®sofos de la ciencia como Popper, que atacaba su trabajo diciendo que la mayor¨ªa de sus afirmaciones no son falsables; es decir, no se pueden someter a una prueba que las contradigan. La falsabilidad es una herramienta para determinar si una hip¨®tesis tiene base cient¨ªfica. Por ejemplo, si decimos que todos los cisnes son blancos, esa afirmaci¨®n ser¨¢ cierta mientras solo se conozcan cisnes blancos, pero en el momento que aparezca un cisne negro sabremos que nuestra hip¨®tesis de partida es falsa. El hecho de que las afirmaciones de Freud no sean falsables implica que no podemos decir si son ciertas o falsas, y nos adentramos en el terreno de la fe.
Sin embargo, la ciencia avanza y muchas de las afirmaciones de Freud ahora pueden someterse al escrutinio experimental utilizando herramientas inform¨¢ticas o haciendo an¨¢lisis de big data. Por ejemplo, la teor¨ªa de los sue?os. Freud dec¨ªa que so?ar con alimentos era una muestra del deseo sexual y que por eso se sol¨ªa so?ar con alimentos de forma f¨¢lica o que recuerde a un genital femenino, y era el motivo de que fueran tan frecuentes. Existen bases de datos como Shadow donde la gente registra sus sue?os. Analizando los datos vemos que los alimentos m¨¢s representados son los m¨¢s consumidos, y un an¨¢lisis de regresi¨®n demuestra que tener una forma f¨¢lica no hace que un alimento aparezca m¨¢s en sue?os. Por tanto, es m¨¢s relevante comer un alimento para so?ar con ¨¦l que tener un deseo sexual reprimido y so?ar con higos o pepinos.
Freud tambi¨¦n afirmaba que los lapsus eran expresiones del subconsciente. Si una persona dice ¡°penicuro¡± en vez de ¡°pedicuro¡±, puede ser que est¨¦ pensando en un pene en vez de un pie y que est¨¦ expresando un deseo sexual reprimido. ?Podemos poner a prueba esa afirmaci¨®n? Microsoft registra los datos de las erratas tipogr¨¢ficas y las correcciones que cometen los que aportan texto a la aplicaci¨®n MTurk de Amazon. Realmente existen lapsus que pueden tener una interpretaci¨®n sexual como escribir ¡°polla¡± en vez de ¡°pollo¡± o ¡°sexo¡± en vez de ¡°seso¡±, pero tambi¨¦n abundan las erratas sin doble intenci¨®n del tipo ¡°fegetales¡± en vez de ¡°vegetales¡±. Un experimento ingenioso que realiz¨® el investigador en big data Seth Stephens-Davidowitz consisti¨® en calcular cu¨¢les eran los errores m¨¢s frecuentes tecleando y programar un sistema inform¨¢tico para que produjera estos errores aleatoriamente. Una vez obtenidos los errores, se comparar¨¢n con los errores producidos por los humanos. Dado que el algoritmo inform¨¢tico no tiene subconsciente, si el subconsciente nos induce a expresar nuestra sexualidad reprimida, la previsi¨®n era que aparecer¨ªan m¨¢s palabras relacionadas con el sexo en los errores humanos que en los programados. El resultado fue otra vez en contra de Freud. Las palabras que aparec¨ªan eran similares. ¡ªeps
J. M. Mulet es bioqu¨ªmico y divulgador
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