Los superpoderes de la nostalgia
Cual escudo contra los desaf¨ªos existenciales, evocar vivencias y sentimientos positivos del pasado puede ayudar a afrontar mejor el presente y el futuro.
?Nostalgia? Todos la sentimos, mas ?a qu¨¦? La nostalgia es como un espejo retrovisor que refleja un sentimiento particular de un tiempo o de un lugar, un estado emocional del pasado y, de momento, la a?oranza de un futuro que se nos aleja. Ya sea el recuerdo de un primer beso, una fotograf¨ªa amarillada por los a?os o un objeto lo que resta de aquel tiempo. Internet es un dispositivo generador de nostalgia: basta con hacer clic en un men¨² para echar a andar la banda sonora de nuestra juventud. ¡°Vivir con el alma aferrada a un dulce recuerdo que lloro otra vez¡±, dice el tango Volver, con una distancia ir¨®nica. Hoy sabemos que la nostalgia es una emoci¨®n compleja, predominantemente ¡ªpero no exclusivamente¡ªpositiva, que abarca mucho m¨¢s que una sensibler¨ªa y que podr¨ªa darnos una mejor comprensi¨®n del presente, en lugar de nublarlo con los fantasmas de lo pret¨¦rito.
La nostalgia es parte de nuestra esencia po¨¦tica. Homero la describe en la Odisea en las reflexiones de Ulises, que, una vez consumada la guerra de Troya, durante su traves¨ªa de vuelta a casa, para mantener el aplomo en sus contiendas con c¨ªclopes y lestrigones o para sortear los hechizos de Circe, se fortalece con la a?oranza del retorno a ?taca y del encuentro con su familia. Sin la nostalgia, dice el novelista Milan Kundera, la Odisea carecer¨ªa de sentido, y a?ade: ¡°Subray¨¦moslo: Ulises, el mayor aventurero de todos los tiempos, es tambi¨¦n el mayor nost¨¢lgico¡±.
Pero no fue sino hasta 1680 que el t¨¦rmino nostalgia aparece como tal, inventado por un estudiante de medicina de la Universidad de Basilea, Johannes Hofer, quien, al ligar las palabras griegas n¨®stos (regreso a casa) y algia (sufrimiento), la describe en su tesis doctoral como un padecimiento que aquejaba a los soldados suizos en combate, por su deseo de regresar a casa. Hofer enlista s¨ªntomas f¨ªsicos que comprend¨ªan desde el llanto continuo, desmayos, fiebre, palpitaciones cardiacas e inclusive ideas suicidas. A partir de entonces es etiquetada como una aflicci¨®n cerebral ¡ªuna visi¨®n que persisti¨® hasta mediados del siglo XX¡ª.
Estudios actuales convergen en que la nostalgia no es sin¨®nimo de melancol¨ªa o depresi¨®n, es m¨¢s bien un recurso estimulante ¡ªcomo la pens¨® Homero¡ª. Que no solo no causa s¨ªntomas m¨¦dicos, sino que, las m¨¢s de las veces, se activa para contrarrestarlos. De hecho, la amenaza psicol¨®gica genera nostalgia, que es una fuente de resiliencia y bienestar. El psic¨®logo Constantine Sedikides, de la Universidad de Southampton (Inglaterra), y colaboradores han observado que es un componente vital de la salud mental que nos motiva y que nutre la autoestima; puede actuar como recurso psicol¨®gico para enlazarnos con alguien o con algo ¡ªgeneralmente evocamos personas y acontecimientos significativos cuando la sentimos¡ª. Nos permite ir m¨¢s all¨¢ de las dicotom¨ªas habituales para traspasar los l¨ªmites del yo y las configuraciones actuales del mundo.
Una necesidad psicol¨®gica primaria para los humanos es hacer frente a la inevitabilidad de nuestra propia muerte. Seg¨²n Clay Routledge, investigador en psicolog¨ªa de la North Dakota State University (Estados Unidos), la nostalgia es un recurso que nos proporciona significado, funciona como un escudo contra los desaf¨ªos existenciales y puede beneficiarnos en momentos en que nos cuestionamos el sentido de la vida. Representa una reserva de emociones en la memoria, a la que podemos acceder conscientemente y recurrimos continuamente de manera inconsciente durante la vida diaria para reforzar los sentimientos de nuestro pasado, que nos ayudan a enfrentar el futuro.
Kentaro Oba y colegas de la Universidad Metropolitana de Tokio la han podido mapear por medio de escaneos cerebrales realizados en estudiantes universitarios a quienes, simult¨¢neamente, les presentaron im¨¢genes relacionadas con su infancia y con alta probabilidad de suscitar sentimientos nost¨¢lgicos. Sus hallazgos muestran la activaci¨®n de las ¨¢reas reguladoras de la memoria y de recompensa, que desempe?an un papel en la experiencia de la nostalgia. La nostalgia gener¨® espont¨¢neamente vivencias que quiz¨¢ no hubieran podido recordar si lo hubiesen intentado deliberadamente. Asimismo, los recuerdos difusos proporcionaron una doble gratificaci¨®n, tanto por la familiaridad como por la novedad.
En suma, el pasado puede ser evocado, pero no recuperado. Como apunta el psicoanalista N¨¦stor Braunstein en su tratado sobre la memoria, a pesar de que los recuerdos nost¨¢lgicos no restituyen lo perdido, lo proyectan hacia delante y favorecen la gestaci¨®n de algo nuevo, una invenci¨®n. Por otro lado, nos alerta ante el hecho de que, no obstante, el tono emocional de la nostalgia es predominantemente positivo, tambi¨¦n puede introducir el riesgo de un estancamiento. Un ejemplo de la Biblia que menciona es la esposa de Lot, que, atrapada en el pasado, llena de nostalgia, mira hacia las ciudades en llamas y se convierte en un pilar de sal. Su reacci¨®n nost¨¢lgica tan humana, con la que nos podemos identificar, produce un estupor que la inmoviliza y hace que la vida en otro lugar y tiempo le sea imposible. Dec¨ªa el poeta Val¨¦ry, citado por Braunstein, que ¡°la memoria es el porvenir del pasado¡±.
David Dorenbaum es psiquiatra y psicoanalista.
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