La enfermedad mental: el enemigo invisible
Este 10 de octubre se conmemora el D¨ªa Internacional de la Salud Menta. El 27% de los adultos de la Uni¨®n Europea ha experimentado alg¨²n trastorno mental a lo largo de su vida

El otro d¨ªa desayunaba con mi amigo Antonio. Me contaba con gran emoci¨®n la historia de una amiga que, como muchas otras personas, hab¨ªa perdido a su padre durante el confinamiento. En este caso, al ser ella m¨¦dico, hab¨ªa tenido la gran suerte de poder despedirse de ¨¦l, que llevaba enfermo muchos a?os, pues ten¨ªa alzh¨¦imer. Cuando lleg¨® a la habitaci¨®n, el padre estaba intubado, por lo que no pod¨ªa hablar, y tampoco pod¨ªa abrir los ojos. Apenas le quedaban unos minutos de vida. Se acerc¨® a su padre, le cogi¨® la mano y le dijo: ¡°Pap¨¢, soy yo, si puedes o¨ªrme, apri¨¦tame la mano¡±. El padre le apret¨® la mano y ella entonces le pregunt¨® si estaba sufriendo, el padre no movi¨® un ¨¢pice. Ella le pregunt¨® si la quer¨ªa y ¨¦l apret¨® y volvi¨® a apretar la mano hasta que no pudo m¨¢s.
Como dir¨ªa mi padre, los padres son padres hasta en el momento de su muerte. A pesar del sufrimiento m¨¢s que evidente, supo transmitirle calma y amor a su hija, que nunca olvidar¨¢ la entereza con la que este ser tan querido se despidi¨® de su vida. Dicen que la historia se sustenta en grandes batallas y que estas se ganan por peque?as acciones. Sin duda, esta lo es.
Lo m¨¢s extraordinario del caso es que el padre ten¨ªa alzh¨¦imer y que fue capaz de ganarle una batalla en el ¨²ltimo momento por y para su hija. Los que de una manera u otra nos enfrentamos a la enfermedad mental sabemos lo complicado que es y el gran valor que tiene para los que le rodean. Mi hijo mayor no tiene alzh¨¦imer, tiene otra enfermedad degenerativa que le ha hecho dejar de hablar, y ha perdido muchas otras cosas. Dar¨ªa lo impagable porque volviera a mirarme y decirme ¡°pap¨¢, te quiero¡± como cuando era peque?o. Por lo que puedo imaginarme la sensaci¨®n que pudo tener la m¨¦dico al sentir que su padre la reconoc¨ªa y le dec¨ªa ¡°te quiero¡± por ¨²ltima vez, aunque fuera a trav¨¦s de un apret¨®n de manos.
Vivimos momentos complicados, todos y cada uno de nosotros hemos tenido que enfrentarnos a una situaci¨®n totalmente desconocida, nunca vivida por nuestra generaci¨®n. En mayor o menor medida ha resultado ser un reto para todos nosotros saber mantener la calma y aprender a vivir con serenidad lo que nos acontec¨ªa. Lo que puede ayudar a que, por primera vez, un mayor n¨²mero de personas entiendan y se conciencien del sufrimiento que viven las personas con enfermedades mentales, que les hacen vivir todos los d¨ªas de su vida en una pandemia.
Esta incertidumbre del presente y del futuro para muchas personas se convierte en una serpiente que las envuelve y aprieta hasta que acaba asfixi¨¢ndolas. Saber desprenderse de esa serpiente y disfrutar de nuevo de la vida puede resultar una tarea imposible.
Este s¨¢bado 10 de octubre, se conmemora a nivel mundial el D¨ªa de la Salud Mental. En Espa?a, un 10% de la poblaci¨®n mayor de 15 a?os declara tener alg¨²n problema de salud mental (Encuesta Nacional de Salud 2017) y el 27% de los adultos de la UE han experimentado alg¨²n trastorno mental a lo largo de su vida (OMS, 2017).
Este a?o m¨¢s que nunca debemos darnos cuenta de la importancia que tiene para todos cuidar esa salud mental, que es la m¨¢s importante de todas, y concienciarnos del sufrimiento ajeno para que ello derive en recursos y pol¨ªticas m¨¢s acordes para ayudar en la lucha en la que se ven inmersas estas personas y sus familiares.
La mente controla el funcionamiento de nuestro cuerpo. A trav¨¦s de ella disfrutamos de las cosas peque?as y grandes de la vida. La mayor de nuestras aventuras, la imaginaci¨®n, parte de ella y sin ella el sol deja de brillar. No nos damos cuenta de lo que tenemos hasta que lo perdemos, pero en esta ocasi¨®n puede que, si perdemos la salud mental, ya sea demasiado tarde, incluso para darse cuenta de la p¨¦rdida.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.