El tema m¨¢s espinoso de toda relaci¨®n que se precie es el de los cuernos. ?Te atreves a hablarlo con tu pareja?
Cada uno tenemos nuestra propia opini¨®n sobre la infidelidad y solo nos valen nuestras razones. Hay quien considera infidelidad ver pornograf¨ªa a solas. Y quien, si no toca carne, no cree que le haya puesto los cuernos a su pareja aunque haya sexteado. Esto dificulta a¨²n m¨¢s el entendimiento. As¨ª que, cuando te enteras de que te han puesto los cuernos, tienes mucho que colocar para entender qu¨¦ ha ocurrido. Y la reacci¨®n m¨¢s inmediata ante una infidelidad es un ataque de cuernos.
Los celos, como admite Miguel Vagalume, sex¨®logo y alma m¨¢ter de GolfxsConPrincipios, no sabemos d¨®nde colocarlos: "Los celos nos sit¨²an en una situaci¨®n muy vulnerable. Y queremos una soluci¨®n f¨¢cil. Nos gustar¨ªa poner una tirita, cuando lo que necesitamos es que nos sit¨²en en la escena. Me has puesto los cuernos, ?y ahora? Los cuernos obligan a analizar tu relaci¨®n. A eso se une que las personas infieles siempre creen que controlan las emociones que despiertan sus amantes. "Siempre dices que lo controlas. Que sabes que no es tu pareja. Pero la cosa se alarga y se alarga y dos a?os despu¨¦s la cosa se ha complicado porque tienes una relaci¨®n con dos personas".
Algo que corrobora Marta Ib¨¢?ez, psicosex¨®loga y especialista en terapia de parejas. "Para muchos la infidelidad es motivo de ruptura segura; para el resto, algo que se recordar¨¢ toda la vida. Muchas parejas perdonan cualquier afrenta, pero no unos cuernos". La terapeuta no recomienda los arranques de sinceridad, considera que es innecesario el sufrimiento de saberlo. "No me parece que una infidelidad tenga que ser el fin de una pareja. Y, cuando supone motivo de ruptura, es innecesario contarlo. Creo que ni siquiera cuando cortas porque te hayas enamorado de otra persona. ?Qu¨¦ se gana con que se sepa y provoque sufrimiento?".
Los celos explotan en la cara por su fuerte carga emotiva: "No hace falta que aparezca otra persona", se?ala Miguel Vagalume, simplemente con que aparezca la idea de que pudiera existir alguien m¨¢s se empieza a dudar del amor de esa persona:"Si estuvieras a gusto conmigo no tontear¨ªas con ese por Twitter". Normalmente, las emociones que est¨¢n detr¨¢s de los celos son el enfado, la tristeza o el miedo. Eso ayuda a entenderlo. "Comprobamos que se enciende una alerta que te avisa de que tienes que revisar tu relaci¨®n", a?ade. Los cursillos sobre poliamor suelen ser una buena disecci¨®n de la pareja, aun cuando no se tenga la m¨¢s m¨ªnima intenci¨®n de abrir la relaci¨®n.
Los celos acontecen con las relaciones relevantes. Las relaciones que no nos importan no desatan en nosotros ni el miedo a perderlas ni la necesidad de mantenerlas. Si se enrolla con otra, casi mejor. Marta Ib¨¢?ez describe el punto al que llegamos en estos casos: "He tenido a pacientes que no quer¨ªan poner encima de la mesa el tema de las amantes, pero necesitaban que se conociera su existencia. Quieren que sea su pareja quien tome la decisi¨®n, lo cual es tremendamente cobarde. Si quieres que explote, debes ponerlo encima de la mesa, asumiendo tu responsabilidad".
Hasta las relaciones abiertas trabajan este tema. Mar¨ªa Ramos, psicosex¨®loga y especialista en parejas abiertas, afirma que estas aceptan la infidelidad pero no el quebrantamiento de compromisos: "En el intercambio de parejas se rozan los l¨ªmites de cualquier situaci¨®n que provocar¨ªa celos: te acuestas con otros, por eso es b¨¢sico que cada pareja tenga bien trabajadas las circunstancias que pueden dar lugar a incomodidades. En las relaciones liberales se parte de la comunicaci¨®n, el respeto y la lealtad. Y si te molesta algo, lo tendr¨¢s que decir antes de que suceda lo m¨¢s m¨ªnimo". Hay parejas en las que ambos conocen a los respectivos amantes y otras que exigen no darse ni un solo dato relevante.
El caso es que cada pareja dise?e su propia relaci¨®n y establezca su propio compromiso.
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