Breve genealog¨ªa del ¡®diario sonoro¡¯
Hablamos con Jadiya Ali, autora de un trabajo que refleja su vida como traductora en un campamento de refugiados saharaui
La idea de diario ¨ªntimo es casi tan antigua como la propia literatura y tiene ep¨ªgonos como Michel Montaigne. Sus Ensayos son, en efecto, ensayos, pero esa cualidad de escritura ¨ªntima ¡ªencerrado en su torre¡ª comienza a desplegarse as¨ª: diaria, reflexiva, lentamente. ¡°El aut¨¦ntico diario es un diario redactado exclusivamente para uso del que lo escribe¡±, apunta Hans Rudolf Picard en El diario como g¨¦nero entre lo ¨ªntimo y lo p¨²blico. En este art¨ªculo afirmaba que hubo un proceso con dos etapas bien diferenciadas: en la primera mitad del sigo XIX se publicaron diarios de viajeros y personajes famosos (Byron, Constant, Vigny). M¨¢s tarde, cuando el p¨²blico se acostumbr¨® a leerlos nacieron los otros diarios, los que ya fueron pensados y escritos con la intenci¨®n de ser publicados. Se considera el diario de Henri Fr¨¦deric Amiel ¡ªun fil¨®sofo y moralista sin reconocimiento p¨²blico, descendiente de familia hugonote y nacido en Ginebra en 1821¡ª el primero de estas caracter¨ªsticas, publicado en el a?o 1890.
Si el origen del diario tiene que ver con su cualidad eminentemente escrita, lo cierto es que su traslaci¨®n hacia lo sonoro no ha sido menor. Dentro del imaginario cin¨¦filo, es imposible no recordar la escena de Woody Allen en Manhattan grabando esa lista maravillosa de todas esas cosas por las que vale la pena vivir. El escritor argentino Ricardo Piglia, por su parte, explicaba en uno de sus programas televisivos c¨®mo la posibilidad de grabar la voz influy¨® en buena parte de la literatura argentina. Los casos de Rodolfo Walsh y Manuel Puig popularizaron el empleo de la grabadora como un ¡°testigo t¨¦cnico¡±, superando de este modo el famoso cuaderno de notas.
Walsh y Puig hubieran gozado con Journify, la aplicaci¨®n de audio diarios que surgi¨® hace solo unos meses y que pretende facilitar el trabajo para todos aquellos que quieran llevar un diario sin perder demasiado tiempo: ¡°Llevar un diario puede aumentar su atenci¨®n plena, mejorar su sue?o, la confianza en s¨ª mismo, la creatividad, el coeficiente intelectual y m¨¢s. Grabe un diario de cinco minutos mientras viaja, se prepara, entre reuniones o... come tortitas. Estamos aqu¨ª para escuchar, pero no realmente¡±, explica la web, donde tambi¨¦n hay una serie de podcasts.
Esta aplicaci¨®n permite mantener la privacidad, ya que todas las entradas del diario est¨¢n encriptadas y manejadas bajo estrictos est¨¢ndares de seguridad. Si lo desea, por supuesto, puede compartir esas audioentradas con personas de su confianza a trav¨¦s de WhatsApp, correo electr¨®nico u otra aplicaci¨®n en su tel¨¦fono, pero si prefiere que sean privadas, nadie podr¨¢ escucharlas. Seg¨²n explica la web de Journify, el audio diario permite reducir el nivel de estr¨¦s, ganar confianza, agudizar la memoria e, incluso, ayuda a tener ¡°un sistema inmunol¨®gico fuerte, un mayor coeficiente intelectual y una mejor capacidad para discernir las prioridades¡±. Resulta imposible comprobar de modo cient¨ªfico todos estos beneficios de Journify (gratis con cinco entradas mensuales y 6,99 d¨®lares (5,8 euros) al mes si quieren grabar m¨¢s de cinco), pero lo cierto es que existen unas cuantas caracter¨ªsticas que el diario sonoro toma de su predecesor ¡ªel escrito¡ª y que son muy atractivas para su transposici¨®n en un contexto narrativo, por ejemplo, en un podcast: su fragmentaci¨®n, cierta incoherencia a nivel textual, la referencia a una situaci¨®n vital concreta, la informaci¨®n abreviada casi como un golpe, su cualidad documental y descriptiva.
Adem¨¢s de estas cualidades, el diario sonoro ¡ªque ahora podemos moldear y ahormar gracias a la realizaci¨®n y montaje de un podcast¡ª permite que el paisaje sonoro tenga protagonismo, pues no se trata de un mero decorado: tiene una evidente funci¨®n narrativa. R. Murray Schafer, padre del concepto soundscape (paisaje sonoro), afirma en su obra clave El paisaje sonoro y la afinaci¨®n del mundo que ¡°los sonidos no pueden conocerse de la misma manera que puede conocerse lo que se ve¡±. La visi¨®n es reflexiva y anal¨ªtica, mientras que lo sonoro es activo y generativo. Si pensamos en una gram¨¢tica aural, los sonidos ser¨ªan los verbos: ¡°(...) todos saben que no se puede pesar un susurro o contar las voces de un coro o medir la risa de un ni?o¡±, escribe Schaffer.
Algunos de los podcasts m¨¢s destacados e interesantes de los ¨²ltimos a?os tienen a esta especie? de diario sonoro en su centro. 10 things that scare me es un podcast de WNYC Studios en el que la gente se graba a s¨ª misma a trav¨¦s de un mensaje de voz diciendo diez cosas que les dan miedo. Luego, el equipo del programa dise?a el sonido que ilustra esos miedos. En BBC World Service hay un podcast llamado Goodbye to all of this en el que la host Sophie Townsed cuenta en primera persona y en presente el c¨¢ncer de su marido y su posterior fallecimiento. Realmente no habla, susurra. Tiene una producci¨®n m¨ªnima y cada episodio es una peque?a obra de arte. Por ¨²ltimo, My year in Mensa ¡ªde iHeart Radio¡ª es uno de los podcasts m¨¢s famosos en Estados Unidos este a?o y tiene como narradora a Jaime Loftus, una? c¨®mica que se graba a s¨ª misma durante un fin de semana al que asiste a conocer a una de las sectas m¨¢s peligrosas de Estados Unidos.
En nuestro pa¨ªs se han utilizado archivos de voz como apoyos en la narraci¨®n.? En V., las cloacas del Estado, ?lvaro de C¨®zar utilizaba sus notas de voz como un an¨¢logo a las notas del cuaderno, mientras que en Val¨¨ncia Destroy o Solaris, por ejemplo, Eugenio Vi?as y Jorge Carri¨®n est¨¢n acompa?ados de Ada y Ella, respectivamente, dos asistentes de voz algor¨ªtmicas que van lanzando informaci¨®n sobre los temas abordados. El episodio Los casetes del exilio de Radio Ambulante es uno de los m¨¢s conmovedores y en cuya m¨¦dula narrativa se localiza la grabaci¨®n de una voz: el periodista Dennis Maxwell explica c¨®mo una tarde de verano en Santiago de Chile encontr¨® un mont¨®n de cajas polvorientas que su hermano ten¨ªa almacenadas durante muchos a?os en un armario, en casa de un amigo. Cuando abri¨® la caja descubri¨® m¨¢s de 20 casetes que su padre fue grabando entre el a?o 1976 y el a?o 1986, cuando estuvo exiliado.
Sin embargo, no ha sido hasta hace muy poco cuando hemos podido escuchar un diario sonoro desnudo, sin m¨¢s adorno y contexto narrativo que una voz. Se trata de Jadiya Ali, una traductora que vive en un campo de refugiados saharaui. Isabel Cadenas, directora de la serie y una de las mujeres detr¨¢s del podcast de no ficci¨®n narrativa De eso no se habla (que acaba de recibir una menci¨®n especial del jurado del Premio Ondas por su episodio Preguntan por ti), ten¨ªa la idea de hacer un episodio narrado en formato de diario sonoro y conoci¨® a la persona perfecta.
P: Jadiya, ?c¨®mo fue la propuesta de Isabel Cadenas? ?Qu¨¦ le pidi¨® exactamente?
R: Al principio, Isabel me cont¨® su proyecto tras finalizar nuestra colaboraci¨®n juntas en el proyecto Provincia 53, y me hablaba de la posibilidad de hacer un episodio con un o una saharaui que quisiera colaborar y grabar su d¨ªa a d¨ªa. Ella siempre apost¨® porque yo lo hiciera, pero yo quer¨ªa que el o la protagonista fuera otra persona; al final, nos fue imposible encontrar a alguien que estuviera dispuesto a hacerlo y acept¨¦ hacerlo yo. Cuando ya confirmamos que iba a ser yo la de el diario, Isabel me mandaba diarios como ejemplo para que tuviera una noci¨®n de c¨®mo iba a ser (yo ya escuchaba podcast antes, pero no tanto diarios). Luego me dej¨® libre elecci¨®n de qu¨¦ grabar y cu¨¢ndo hacerlo, ya que las piezas que le mandaba le parec¨ªan buenas u oportunas para el episodio.
Algunos diarios que Isabel le mandaba pertenec¨ªan a Radio Diaries, diarios contados en primera persona y retratos sonoros del productor ganador del Premio Peabody Joe Richman. En cada episodio hablan adolescentes, octogenarios, presos, guardias de prisiones, evangelistas, etc¨¦tera¡ Son historias extraordinarias de la vida cotidiana. Hubo un episodio concreto, el de Majd Abdulghani, un adolescente que viv¨ªa en Arabia Saud¨ª, que sirvi¨® de inspiraci¨®n a Jadiya. Majd quiere ser cient¨ªfica pero su familia quiere arreglar su matrimonio. Desde los 19 a los 21 a?os, Majd ha estado contando su vida a un micr¨®fono, acercando al oyente una sociedad donde las voces de las mujeres rara vez se escuchan. En ese ¡®audio diario¡¯ Majd lo cuenta todo: c¨®mo pelea con su hermano, c¨®mo debe cubrirse ante los hombres, la soledad, la posibilidad de encontrar el amor verdadero.
Otro episodio que encant¨® a Jadiya fue el dedicado a Jos¨¦ William Huezo Soriano, al que todos llamaban Comadreja. Weasel naci¨® en El Salvador y creci¨® en Los ?ngeles. Tuvo una infancia estadounidense bastante t¨ªpica. Pero cuando era adolescente se uni¨® a una pandilla y comenz¨® a meterse en problemas con la polic¨ªa. M¨¢s tarde, Weasel fue deportado de regreso a El Salvador. Ten¨ªa 26 a?os y no hab¨ªa estado all¨ª desde que ten¨ªa 5. No ten¨ªa recuerdos del pa¨ªs, no ten¨ªa familiares cercanos y apenas se acordaba de su espa?ol. Poco despu¨¦s de ser deportado, Radio Diaries dio a Weasel una grabadora para documentar su primer a?o en El Salvador.
P: Jadiya, ?cu¨¢ndo y cu¨¢nto grababa cada d¨ªa? ?Ten¨ªa indicaciones de Isabel o todo era espont¨¢neo?
R: No ten¨ªa ninguna indicaci¨®n de Isabel porque las piezas que le mandaba le parec¨ªan interesantes y apropiadas para la forma del episodio. En cuanto al momento y el n¨²mero de grabaciones, no ten¨ªa nada establecido, la verdad. Me imaginaba como oyente y eso era una gu¨ªa para m¨ª. Si ve¨ªa que, como oyente, me gustar¨ªa escuchar una escena determinada o me informar¨ªa de algo escuchando eso pues sacaba la grabadora y grababa.
P: ?Qu¨¦ poder cree que tiene la voz y el paisaje sonoro para conseguir un episodio tan inmersivo como el que han logrado?
R: Siempre he cre¨ªdo que la voz del narrador tiene un potencial e impacto enormes sobre el oyente. Es la magia de la radio, que, sin ver a la persona, te puede trasladar a m¨²ltiples escenarios y escenas. Por otra parte, creo que se ha logrado un episodio as¨ª porque igual es algo novedoso, o no se centra solo en la historia de mi pueblo, sino en la m¨ªa y en mi d¨ªa a d¨ªa como mujer.
P: ?Ha escuchado el episodio final? ?Qu¨¦ le ha parecido?
R: S¨ª, s¨ª que lo escuch¨¦, y prometo que no sab¨ªa muy bien c¨®mo lo iba a recibir la gente, aunque las chicas me aseguraban que el episodio estaba genial y ya se vio en las escuchas durante la cuarentena. Me gust¨® mucho el resultado final, aunque ingenua de m¨ª, pensaba que iban a ir incluidos todas las piezas que yo hab¨ªa grabado (risas). Una cosa que me fascin¨® fue la reacci¨®n de los oyentes una vez lanzado el episodio. Fue un subid¨®n y los mensajes que me mandan ya no te cuento. Me hizo much¨ªsima ilusi¨®n que la gente lo disfrutara tanto y que sacase conclusiones tan geniales como las que me llegaban por mensajes.
De eso no se habla es un podcast que pone en el centro el silencio y las ausencias. Como dicen sus autoras, es un podcast ¡°a medio camino entre la cr¨®nica, el ensayo y el documental¡±. Probablemente ah¨ª, en ese medio camino, es donde resida la verdad y la emoci¨®n de las buenas historias. La de Jadiya lo es porque su alegr¨ªa al narrar lo cotidiano es contagiosa. ?Y si comenzamos a narrarnos a nosotros mismos? Tal vez, el diario sonoro, el audio diario, sea una buena opci¨®n.
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