En la era de la mentira
El buen periodismo es m¨¢s necesario que nunca. Aquel que no se limita a contar la verdad, sino que adem¨¢s desenmascara mentiras. O al menos no acepta ser c¨®mplice de ellas
No soy periodista, pero cada vez que oigo a un periodista decir que el periodismo est¨¢ muerto me dan ganas de estrangularlo. En realidad, el periodismo es hoy m¨¢s necesario que nunca, no porque hoy se cuenten m¨¢s mentiras que nunca, sino porque, gracias al poder creciente y ya casi omn¨ªmodo de las plataformas tecnol¨®gicas y redes sociales, la mentira posee mayor capacidad de difusi¨®n que nunca. Esto explica que en los ¨²ltimos tiempos nos hayamos sentido por momentos inundados de mentiras y que, surfeando esa ola letal, desde 2008 el nacionalpopulismo haya amenazado con ahogar las democracias de Occidente. Hablo del buen periodismo, claro est¨¢, aquel que no se limita a contar la verdad, sino que adem¨¢s desenmascara mentiras. O al menos no acepta ser c¨®mplice de ellas.
?Qu¨¦ significa ser c¨®mplice de una mentira? Pongo un ejemplo min¨²sculo, que conozco bien. En 2001 publiqu¨¦ una novela que giraba en torno a un episodio real ocurrido en las postrimer¨ªas de la Guerra Civil; la novela tuvo m¨¢s repercusi¨®n de la esperada ¡ªlo que no era dif¨ªcil: la esperada era nula¡ª, y un supuesto historiador-periodista escribi¨® una columna en la que sosten¨ªa que el episodio era falso (y de paso acusaba a su protagonista de ser responsable de no s¨¦ cu¨¢ntas muertes). El texto se public¨® en un peri¨®dico serio, y mand¨¦ a su redacci¨®n un art¨ªculo denunciando la mentira. El periodista que lo recibi¨® me dijo que lo publicar¨ªan; a?adi¨® que, en realidad, ellos ya sab¨ªan que lo escrito por el supuesto historiador-periodista era falso. ¡°?Perdona?¡±, pregunt¨¦, incr¨¦dulo. El periodista me cont¨® que, al recibir el texto de su columnista, un joven reportero de la casa hab¨ªa solicitado permiso para indagar sobre el episodio en cuesti¨®n durante unos d¨ªas, al cabo de los cuales regres¨® asegurando que el columnista ment¨ªa y que el episodio era cierto. ¡°Entonces, ?por qu¨¦ publicasteis la columna?¡±, pregunt¨¦, m¨¢s incr¨¦dulo todav¨ªa. El periodista, un buen periodista, me contest¨®, un poco compungido, que la publicaron para que el columnista no montase un esc¨¢ndalo acus¨¢ndolos de coartar su libertad de expresi¨®n. Dicho de otro modo: por temor a un falso esc¨¢ndalo organizado por un falso historiador-periodista, un peri¨®dico serio acept¨® difundir una mentira, ser c¨®mplice de ella. El caso, me temo, no es ins¨®lito, y tal vez por eso caus¨® tanta sorpresa que, tras las ¨²ltimas elecciones estadounidenses, varias cadenas de televisi¨®n cortaran la emisi¨®n en directo de una comparecencia de Donald Trump, en la que ¨¦ste afirmaba que los comicios hab¨ªan sido un fraude, y desmintieran esa afirmaci¨®n, subrayando que carec¨ªa de base alguna. Yo no s¨¦ si hab¨ªa que cortar la comparecencia, pero estoy seguro de que hab¨ªa que desenmascarar al instante la mentira; tambi¨¦n de que esa deber¨ªa ser la norma del periodismo, no la excepci¨®n: cada vez que un pol¨ªtico (o quien sea) suelta una trola, el periodista deber¨ªa desmontarla en vez de aceptar propagarla. Por desgracia, casi nunca es as¨ª. Los ejemplos son innumerables. Desde hace a?os, los secesionistas catalanes se pasean por los medios proclamando muy ufanos que lo ¨²nico que piden es ejercer un derecho democr¨¢tico: el derecho de autodeterminaci¨®n. Pues bien, jam¨¢s he o¨ªdo a un periodista ¡ªni uno solo¡ª decirles que eso es falso. Primero, porque lo que est¨¢n pidiendo no es el derecho de autodeterminaci¨®n, sino el de secesi¨®n; y, segundo, porque, seg¨²n la legislaci¨®n internacional, ¨¦ste s¨®lo es aplicable en situaciones de guerra o violaci¨®n masiva de los derechos humanos, supuestos inaplicables en Espa?a. En definitiva: el derecho que el secesionismo reclama no es un derecho democr¨¢tico (y por eso ninguna Constituci¨®n democr¨¢tica del mundo lo reconoce). Pero los secesionistas han repetido mil veces su patra?a, y la siguen repitiendo, y con ella han envenenado a millones de personas. Con ella y con muchas m¨¢s parecidas a ella. Con ella y con la complicidad de los periodistas que no la denuncian de inmediato.
Lo repito: el periodismo, el buen periodismo, es hoy m¨¢s necesario que nunca. ?Anuncia el final de Trump el final del nacionalpopulismo, el final de la era de la mentira? La respuesta no est¨¢ s¨®lo en manos de los buenos periodistas, pero sin ellos seguro que es un no como una casa.?
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