Cinco razones para la esperanza
El blog 3.500 Millones les felicita las fiestas en plan ¡®flower-power¡¯
Pensar¨¢n ustedes que se me ha ido la ido la mano con el anisete, pero no puedo evitar mirar alrededor y sentirme optimista en medio del Armaged¨®n. A pesar de lo mucho que hubi¨¦semos preferido no ver y escuchar durante este ¨²ltimo a?o, creo sinceramente que todo este dolor nos ha hecho mejores. Tenemos buenas razones para estar, si no contentos, al menos muy orgullosos del modo en que hemos encarado la pandemia y el tiempo que vendr¨¢ despu¨¦s de ella.
En el mejor esp¨ªritu flower-power, perm¨ªtanme compartir algunas de estas razones.
- Sigo boquiabierto por el modo en el que la comunidad internacional ha pulverizado los r¨¦cords en la respuesta cient¨ªfica contra la covid-19. El esfuerzo para la creaci¨®n y producci¨®n de diagn¨®sticos, tratamientos y vacunas es un verdadero monumento a las capacidades del ser humano cuando ingenio, voluntad y recursos son puestos al servicio del inter¨¦s p¨²blico. Si logramos garantizar que estas vacunas llegan a todos los rincones del planeta ¨Calgo que, por ahora, es mucho decir¨C, habremos establecido un precedente hist¨®rico para otras enfermedades.
- Estoy feliz de que las sociedades europeas hayan reconocido durante esta crisis la aportaci¨®n insustituible que realizan los trabajadores migrantes, empezando por aquellos que carecen de papeles. Las regularizaciones realizadas en Portugal e Italia ¨Cas¨ª como los debates abiertos en Espa?a, Francia, Alemania y otros lugares¨C demuestran que gobiernos y ciudadanos son mucho m¨¢s que el rebuzno xen¨®fobo de una parte.
- Tengo el convencimiento de que esta crisis nos va a permitir superar m¨¢s de un punto de no retorno en materia de protecci¨®n, sostenibilidad y bienes p¨²blicos globales. La magnitud del rescate tiene pocos precedentes, pero el esp¨ªritu transformador que lo impregna no tiene casi ninguno. De manera algo precipitada, pero indiscutible, nuestro pa¨ªs ha incorporado una herramienta protectora de gran calibre como el Ingreso M¨ªnimo Vital. El programa de reconstrucci¨®n y resiliencia de la UE establece condiciones firmes que eviten un mero retorno al 1 de marzo. La salud global se ha impuesto como un determinante de la econom¨ªa y la seguridad de los Estados, m¨¢s all¨¢ del discurso de los derechos.
- Me enorgullece el cari?o con el que los habitantes de barrios, ciudades y pueblos se han cuidado durante este tiempo. Cuando el Estado no llegaba o llegaba mal, ah¨ª estaban los vecinos, los movimientos sociales y las familias para sostenerse unos a otros. Es la narrativa del amor de la que habla mi compa?era Lula Rodr¨ªguez-Alarc¨®n. La que nos sostiene contra viento y marea. La que han desplegado los sanitarios y tantas otras profesiones esenciales cuya generosidad no olvidaremos nunca (aunque a veces lo parezca).
- Me emociona la respuesta que estamos observando en los j¨®venes de nuestra sociedad. Casi todos ellos est¨¢n dando un ejemplo de compromiso individual y colectivo. Se han adaptado a un entorno educativo hostil y respetan meritoriamente la disciplina del distanciamiento social. Sobre todo, aceptan un segundo plano en una crisis que golpea hoy a los mayores, pero que se ensa?ar¨¢ cruelmente con las oportunidades, derechos y carga fiscal de los m¨¢s j¨®venes. Conf¨ªo en que esta humildad se traduzca pronto en reformismo activo.
No pretendo quitar ni un ¨¢pice de importancia al dolor de la p¨¦rdida humana y econ¨®mica de tantas familias. Pero s¨ª al vocer¨ªo enervante en el que se ha convertido nuestro debate p¨²blico. Por encima del ruido, hay razones para la esperanza. Me aferro a ella y les deseo muy felices fiestas en nombre del equipo de 3.500 Millones, que componemos Patricia P¨¢ez y yo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.