Aprovechemos el virus para cambiar un modelo migratorio roto
El Gobierno de Espa?a est¨¢ obligado a utilizar una ventana de oportunidad que ha tra¨ªdo la pandemia y que no durar¨¢ mucho
La crisis del coronavirus est¨¢ poniendo en solfa algunos de los presupuestos con los que hab¨ªamos venido funcionando hasta este momento. Uno de ellos es la idea de que el actual sistema de gesti¨®n de la movilidad humana responde al inter¨¦s general de nuestras sociedades. El modelo de puerta estrecha y semicerrada se ha vuelto contra nosotros y hemos descubierto, sorprendidos, que supone un lastre en la respuesta a la pandemia. Tenemos la oportunidad de aprovechar esta lucidez colectiva transitoria para introducir reformas que hace solo unos meses eran impensables, como la regularizaci¨®n de miles de trabajadores que carecen de papeles, aunque realicen tareas esenciales para nuestra sociedad.
Estas son cuatro razones que convierten a la pandemia en una posibilidad real para la reforma migratoria:
Ten¨ªamos una ventana de oportunidad demogr¨¢fica, pero la covid-19 ha abierto otra m¨¢s inmediata vinculada a los mercados de trabajo. Europa se enfrenta al desaf¨ªo del envejecimiento de sus poblaciones y la transformaci¨®n de sus mercados laborales, lo que implica que necesitaremos cada vez m¨¢s trabajadores inmigrantes.?Europa corre el riesgo de perder una ventana de oportunidad demogr¨¢fica que se mantiene abierta en ?frica, pero empieza a cerrarse en Am¨¦rica Latina y otras regiones, donde las poblaciones tambi¨¦n envejecen. El problema es que este fen¨®meno lento y de largo alcance rara vez encaja con la miop¨ªa electoral de la regulaci¨®n migratoria. Por eso es una estupenda noticia que la crisis derivada de este virus haya recordado a las sociedades m¨¢s ricas el papel insustituible de los extranjeros en nuestro sistema de salud, el cuidado de nuestros abuelos, la recogida de nuestros alimentos o la distribuci¨®n a domicilio que nos mantiene conectados con el mundo (vean aqu¨ª el fascinante recopilatorio sobre este asunto que ha realizado el Overseas Development Institute). Y el hecho de que muchos de ellos viven desprotegidos por su condici¨®n de irregulares. M¨¢s vale tarde que nunca.
El fen¨®meno de los ¡°trabajadores esenciales¡± nos permite abrir una conversaci¨®n que va m¨¢s all¨¢ de la protecci¨®n de fronteras o los rescates en el mar. La obsesi¨®n por las historias de frontera no refleja la realidad amplia de cerca de 280 millones de migrantes, la mayor parte de los cuales son trabajadores y estudiantes que no encajan en la caricatura a la que ha quedado reducida este fen¨®meno. Adem¨¢s de denunciar lo que est¨¢ mal, nuestro desaf¨ªo es adaptar a la realidad futura de 2050 un sistema de movilidad laboral propio del siglo XIX. Necesitamos pol¨ªticas de largo alcance que calibren bien las necesidades de las econom¨ªas de destino, reduzcan las insensatas rigideces administrativas que act¨²an hoy como barrera y doten a los potenciales inmigrantes de las capacidades e incentivos que les har¨¢n participar en programas ordenados y seguros. Como demuestran relevantes precedentes hist¨®ricos, la verdadera receta contra la inmigraci¨®n irregular no son las concertinas, sino un sistema ordenado, flexible y exigente que se ajuste a las se?ales del mercado y optimice los beneficios de este fen¨®meno para todas las partes involucradas.
Las grandes crisis ofrecen una rara oportunidad para rescatar las propuestas menos convencionales. El Pacto Mundial por las Migraciones es una de las pocas buenas noticias que nos ha proporcionado este debate de la gobernanza migratoria en los ¨²ltimos a?os. Su verdadero valor no reside en la imposici¨®n de reglas fijas y de talla ¨²nica, sino en abrir un terreno de juego que permite a un grupo de actores explorar las mejores pr¨¢cticas y replicarlas a escala. Algunas de ellas ya se est¨¢n produciendo, como el visado de Nueva Zelanda para trabajadores temporales, los permisos de trabajo para refugiados en Uganda, los Partenariados Globales de Capacidades promovidos por el Center for Global Development o el modelo comunitario de acogida dise?ado por Welcoming America. Plataformas de innovaci¨®n y emprendimiento social como Hello Europe/Ashoka se han conjurado para identificar estas experiencias y ofrecerlas al resto de actores del ecosistema migratorio.
Para lograr los cambios que buscamos, necesitamos ganar los corazones y las mentes de la mayor parte de la poblaci¨®n, no solo de quienes ya estaban de acuerdo con nosotros. El populismo anti inmigratorio no gana terreno por sus ¨¦xitos electorales, sino por su capacidad para construir narrativas atractivas, contaminar con ellas a los partidos de gobierno y convertir en aceptable lo que antes era intolerable. Los progresistas contribuyen inadvertidamente a convertir las migraciones en un problema cuando reducen el fen¨®meno a una cuesti¨®n humanitaria y al ¡°hay que ayudarles a no emigrar¡±. Los trabajadores migrantes no necesitan caridad, sino sistemas legales s¨®lidos y predecibles que garanticen derechos y oportunidades. Si queremos avanzar, necesitamos entender mejor la diversidad de nuestras audiencias y c¨®mo llegar a ellas con nuevas narrativas. La clave reside en lo que la organizaci¨®n More in Common denomina ¡°el centro cambiante¡±: el 40-60% de la poblaci¨®n (depende de los pa¨ªses) que no est¨¢ anclada a nuestro favor o en nuestra contra, sino que se posiciona en respuesta a determinados valores, miedos y aspiraciones. Para este grupo, las sofisticadas estad¨ªsticas son mucho menos importantes que un relato que empatice con sus v¨ªnculos personales, la mutua dependencia y el valor de la diversidad en sus vidas. La certeza de que ¡°estamos en esto juntos¡± pesa mucho m¨¢s que cualquier cifra.
La buena noticia es que no hace falta exagerar un ¨¢pice. M¨¢s all¨¢ de la tragedia, la incertidumbre y la ansiedad, la covid-19 nos ense?a que, efectivamente, estamos en esto juntos: para frenar los contagios, para encontrar una vacuna y para reiniciar nuestras econom¨ªas. La constataci¨®n de que nuestras vidas dependen literalmente de quienes han venido de fuera puede ser un poderoso veh¨ªculo para la transformaci¨®n pol¨ªtica y social. Aceleremos reformas que ya eran necesarias antes de la crisis, como la regularizaci¨®n de los trabajadores inmigrantes sin papeles, el refuerzo de nuestro sistema de asilo o la apertura de oportunidades para profesionales extranjeros en sectores esenciales como la sanidad. Aprovechemos esta oportunidad que nos ofrece la historia.
Este art¨ªculo es una adaptaci¨®n traducida de un texto publicado por la red Hello Europe de Ashoka.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.