Una cochina amenaza
En Francia, un proyecto de granja gigante para cerdos pone en peligro un prestigioso centro cultural.
La proliferaci¨®n a nivel mundial de macrogranjas porcinas est¨¢ generando graves conflictos medioambientales, ecol¨®gicos y pol¨ªticos (hasta la serie Borgen, en un intenso cap¨ªtulo, se hizo eco del problema que supone en Dinamarca), lo que ha provocado la creaci¨®n de numerosas asociaciones que combaten activamente este tipo de proyectos.
En la regi¨®n francesa de Charente-Limousin, en el peque?o pueblo de Lessac, resiste el Domaine de Boisbuchet, una comuna en la que conviven la alegr¨ªa y el talento, un para¨ªso en el que la comuni¨®n entre la belleza del arte y la naturaleza corre serio peligro. En este entorno natural privilegiado, el conservador de arte y exdirector del Museo de Dise?o de Vitra en Weil am Rhein (Alemania, frontera con Suiza) Alexander von Vegesack fund¨® en 1986 un centro internacional de investigaci¨®n e innovaci¨®n de dise?o y arquitectura. Ciento cincuenta hect¨¢reas de parque salpicadas de edificios hist¨®ricos y contempor¨¢neos, pabellones y atelieres que, desde 1990, han servido de residencia para estudiantes de artes decorativas; dise?adores de altos vuelos como los hermanos Ronan y Erwan Bouroullec, Matali Crasset o Jaime Hay¨®n, o arquitectos tan determinantes como ?lvaro Siza o Shigeru Ban. Todos han participado de este lugar ¨²nico en el mundo de la arquitectura, del dise?o, de la artesan¨ªa, de la ecolog¨ªa y de la sostenibilidad que, desde el pasado 26 de junio, sobrevive cruzando los dedos ante¡ una ?cochina amenaza.
Ese d¨ªa, el alcalde de Lessac llam¨® por sorpresa al centro para informar de que el Ayuntamiento hab¨ªa autorizado la construcci¨®n de una granja de explotaci¨®n de cerdos sobre un terreno de 1.300 metros cuadrados situado a 150 metros del centro log¨ªstico del Domaine. Leo en el peri¨®dico Charente Libre que los terrenos pertenecen a una tradicional familia de agricultores del pueblo apoyada por el alcalde. En la petici¨®n de auxilio lanzada a trav¨¦s de las redes sociales el 27 de noviembre, titulada Help! y redactada por el propio Domaine para recaudar las 25.000 firmas necesarias para presentar una queja a la ministra de Cultura, Roselyne Bachelot (se puede leer en Change.org), se alega que en ning¨²n momento se han tenido en cuenta las inquietudes del Domaine, comprometido desde hace m¨¢s de 30 a?os con el progreso humano y cultural de Europa, estimulando la creatividad y la imaginaci¨®n en plena naturaleza y siendo conscientes de que, como sostiene Renzo Piano, ¡°construir para la gente no sirve de nada si se olvida la poes¨ªa de las cosas¡±.
Si en cuesti¨®n de d¨ªas un n¨²mero considerable de cerdos ocupa los prados vecinos, supondr¨¢ el fin de esta aventura art¨ªstica. Mathias Schwartz-Clauss, director art¨ªstico del Domaine, explica: ¡°Estoy redactando la carta que enviaremos ma?ana (8 de diciembre) a la ministra con declaraciones enviadas por Siza y otros colegas expresando su incredulidad. Con fondos privados o p¨²blicos, Boisbuchet ha defendido siempre el dise?o, la arquitectura y la naturaleza. Pese a que una granja porcina no se corresponda con nuestra filosof¨ªa, pues producir¨¢ molestias auditivas y olfativas que espantar¨¢n al visitante, estamos abiertos a una negociaci¨®n con la familia Ribadi¨¨re que permita alejar la explotaci¨®n, pero ellos no quieren: les resulta m¨¢s c¨®modo hacerlo aqu¨ª enfrente¡±.
Firmo la petici¨®n y consulto en Instagram el n¨²mero de firmas recibidas en las ¨²ltimas horas, 16.876. Pienso en los cerdos, en el arte, en los humanos que provocan este pulso y recuerdo a Lewis Mumford en su libro T¨¦cnica y civilizaci¨®n: ¡°El hombre es un animal que fabrica herramientas¡±.
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