El a?o que cambiamos de cama...
C¨®mo la pandemia modific¨® nuestros h¨¢bitos sexuales
Estamos viviendo un cap¨ªtulo de ciencia ficci¨®n del que no sabemos, a¨²n, el ep¨ªlogo. Habr¨¢ que decidir c¨®mo lo escribimos. Si solos o acompa?ados. Marcha atr¨¢s no hay.
Que este a?o lo recordaremos todos est¨¢ fuera de duda. Hasta las que tenemos memoria de pez, recordaremos este 2020 por la magnitud de los acontecimientos. Como para que todo esto no afecte a nuestras camas... El a?o de la pandemia pasar¨¢ a nuestra historia tambi¨¦n como el a?o en el que cambiamos de camas.
A quien m¨¢s y a quien menos le han reventado las s¨¢banas en la cara. Para empezar, la primera exigencia sanitaria ha sido no tener sexo con una persona con la que no se conviviera. Lo cual trajo mucho dolor: El n¨²mero de menores abusados y abandonados durante el confinamiento aument¨®. Y para muchas mujeres ha supuesto un suplicio por no poder plantearse la separaci¨®n ni durante el confinamiento ni despu¨¦s. Pero, incluso quien creyera estar viviendo en la mayor de las normalidades, ha vivido situaciones extremas que obligaron a replantearse la vida.
1.- Repasamos nuestra vida.
Cada vez que he hablado con una usuaria de apps de ligue me ha reconocido que por mucho que quisiera a su marido tener un amante formaba parte de sus expectativas. Durante los primeros meses de confinamiento, cuando no pod¨ªamos salir de casa y busc¨¢bamos balconadas para respirar en nuestras vidas, la plataforma Gleeden, de encuentros extraconyugales, increment¨® en m¨¢s del 160% las conexiones y env¨ªos de mensajes. Aguantamos a marido e hijos, pero petardeamos fuera de casa. Conexiones m¨¢s cortas, pero m¨¢s repetidas en el tiempo. Todos los d¨ªas mandamos mensajito.
En cuanto a divorcios, no vamos mal. En cuanto salimos del confinamiento y nos dijeron que reconstruy¨¦ramos nuestras vidas elegimos con qui¨¦n hacerlo. Las demandas de divorcio se incrementaron en el tercer trimestre del a?o. Como para no. Despu¨¦s de lo que hemos vivido.
A pesar de que los augurios demogr¨¢ficos no son muy buenos en Espa?a, en algunas provincias se ha producido un incremento en la atenci¨®n hospitalaria por embarazos. Hasta un 15%, por ejemplo, en Almer¨ªa. Se espera un descenso en los tratamientos de fertilidad y, al mismo tiempo, que el acceso a las medidas profil¨¢cticas se complique en los pa¨ªses en desarrollo por culpa del coronavirus.
2.- Sofisticamos nuestras s¨¢banas.
Ana es de una localidad de Huesca, vive en Madrid y no tiene pareja. Hasta ahora dispon¨ªa de una maravillosa agenda de amantes espor¨¢dicos. Hombres y mujeres que pasan como una exhalaci¨®n;? siempre las mismas personas. Su vida sexual, magn¨ªfica. Gracias. Hasta que explot¨® esta mierda. Por edad, veintinueve a?os, es de las que tiene incorporado el sexteo a su vida habitual. Uno de sus amantes es especial. Y es el poseedor del juguete er¨®tico a distancia que les permite sextear mientras se masturban mutuamente. Tambi¨¦n es el que tuvo que hacer cuarentena para entrar en Espa?a, as¨ª que, cuando se ven, tienen sexo. Ese y unos cuantos m¨¢s espor¨¢dicos, que han tenido que pasar cuarentena por diferentes motivos, han completado su ristra de amor¨ªos en tiempos de pandemia. Ella solo es un ejemplo sofisticado de nuestro cambio de h¨¢bitos. Pero las cifras no enga?an. Solo en Espa?a, la marca Lelo de productos er¨®ticos ha aumentado en un 20% sus ventas. Esto quiere decir que, despu¨¦s de la hecatombe, cuando se paraliz¨® todo y hubo que resetear, a 2021 llegamos incluyendo parafernalias amatorias impensables hasta hace muy poco. Los succionadores de cl¨ªtoris se salen de madre en ventas y, por primera vez, el segundo juguete es un masturbador masculino. Una virguer¨ªa que hace lo propio que una boca, al que no se atreven a llamar succionador de pene, pero casi.
No saben la de personas que me agradecen haber descubierto tal o cual artilugio...
3.- Nos relacionamos de otro modo, tenemos sexo de otra manera.
Ginger es una mujer de m¨¢s de 40 a?os que pas¨® de los encuentros sexuales compartidos con su marido, acudiendo a locales de intercambio de pareja, a tener su propia ristra de amantes. Hombres y mujeres con los que tiene sexo sin que su marido participe, aunque conozca de su existencia. El coronavirus los pill¨® en mitad de la transformaci¨®n de pareja swinger a pareja liberal. Ginger ama a su marido. Y es su mejor amante. Pero eso no quita para que se acueste con quien quiera, incluyendo alg¨²n que otro jovenzuelo. "El sexo online no me interesa demasiado, a pesar de que, durante el confinamiento fue al que recurr¨ª con todos mis amantes. Despu¨¦s empec¨¦ a ver a algunos. He quedado f¨ªsicamente con quien ten¨ªa mucha confianza, los conoc¨ªa de antes y me aseguraban haber cumplido con las medidas de seguridad". Las plataformas de contactos liberales, como cuenta Ginger, han promocionado sus puestas en escena online. Los portales de encuentros extraconyugales lo han petado y, mientras los clubes cerraban sus instalaciones, los portales de Internet se adentraban en nuevos mercados. Joyclub.com, portal en el que se maneja Ginger, ha ideado algo llamado livestream, que pone en contacto a usuarios para que se exhiban todo lo expl¨ªcitamente que quieran y compartan sus inquietudes sexuales. "Tiene una opci¨®n, relata Ginger, para que digas si est¨¢s dispuesta a tener sexo online con los amantes que te puedan surgir. Y t¨² eliges con qui¨¦n y lo haces".?
Perfecto escaparate de informaci¨®n sexoafectiva a demanda de los usuarios, incluyendo sexo no convencional, ese que nos cuesta decir que practicamos. Esta pandemia ayuda a que perfeccionemos nuestras t¨¦cnicas y a que salgamos de muchos armarios. Te lo ponen tan f¨¢cil que, antes de que quieras darte cuenta, te descubres teniendo un sexo que ni te planteabas y con quien menos imaginabas.?
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