Nada ha cambiado tanto como las iglesias
El libro 'Manifiesto arquitect¨®nico paso a paso' desgrana las partes (emplazamiento, espacio, luz...) de un rosario de templos para construir una gu¨ªa por las iglesias modernas y contempor¨¢neas
Las tipolog¨ªas arquitect¨®nicas: las iglesias, los hospitales, las escuelas, las estaciones o los centros comerciales aparecen destacando las prioridades de una ¨¦poca. Alguna vez desaparecen, y eso tambi¨¦n ilustra prioridades. Es evidente que sin aviones no habr¨ªa aeropuertos. Tambi¨¦n parece claro que apenas se construyen ya palacios ¡ªa las viviendas de los magnates enriquecidos por la industria (no por las haza?as de sus antepasados que eufem¨ªsticamente consideramos cuna) las llamamos mansiones¡ª. As¨ª, m¨¢s que la invenci¨®n de un tipo de edificio, lo sorprendente en la arquitectura puede ser el cambio dentro de una tipolog¨ªa.
A la vivienda, la c¨¦lula inicial de la disciplina, le cuesta cambiar m¨¢s espacial que tecnol¨®gicamente. Esa resistencia a la transformaci¨®n nos define como sociedad y hace que, en ¨²ltima instancia, los lofts y los minipisos actuales (tambi¨¦n llamados estudios) tengan algo en com¨²n con las primeras viviendas, una especie de calor-fuego encerrado en una sola estancia. As¨ª, en un terreno con m¨¢s novedades que alteraciones reales, es curioso constatar que ninguna tipolog¨ªa ha cambiado tanto como la de las iglesias. En un intento a leopardiano de cambiar para que nada tenga que cambiar, los lugares de culto intentaron hablar con la pintura, la m¨²sica, los nuevos pueblos, los suburbios y los desencantados fieles a lo largo del siglo XX. Lo hicieron con su mejor herramienta, el misterio. Pero tambi¨¦n con riesgo, c¨¢lculo, imaginaci¨®n, escasez de medios y osad¨ªa. El resultado es un espect¨¢culo visual, el retrato f¨ªsico de nuestros anhelos espirituales y tal vez el convencimiento de la iglesia de que la abstracci¨®n deb¨ªa ser tan de ellos como, durante siglos, lo fue la figuraci¨®n.
David Garc¨ªa-Asenjo es un arquitecto at¨ªpico: no es un proyectista que crea merecer un reconocimiento mayor que el que recibe. Es un tipo al que todo ¡ªde la m¨²sica a la literatura pasando por el futbol o la charla de bar¡ª parece interesarle. Para todo parece encontrar tiempo. Y su manera de mirar la arquitectura se beneficia de su amplitud mental. Tanto es as¨ª que, en los ¨²ltimos a?os, ha pasado a comentar la disciplina desde la radio (Julia en la onda) adem¨¢s de desde Twitter, que es donde tiene instalada su tribuna abierta 24 horas. Justamente all¨ª es donde ha reunido a los cientos de mecenas que, por suscripci¨®n popular, han conseguido publicar su Manifiesto arquitect¨®nico paso a paso (Libros.com) tras una campa?a de crowdfunding.
Por eso, desde esa cercan¨ªa y consenso, este deber¨ªa ser un libro interesante para mucha gente. O tal vez para mucha gente cercana a Garc¨ªa-Asenjo o que por lo menos comparte su fascinaci¨®n e intereses. Veamos.
David sabe contagiar la necesidad de caminar por la ciudad mirando los edificios que la componen y tambi¨¦n la riqueza ¡ªy las dificultades¡ª que quedan m¨¢s all¨¢ de las fachadas. Por eso lleva al lector hasta la Parroquia de Santa Catalina de Siena en Madrid ¡ªque parece un platillo volante siendo una hermosa par¨¢bola de hormig¨®n¡ª o entra en la Iglesia de San Jorge en Pamplona para mostrarnos la espiritualidad que se consigue cuando se junta alabastro y hormig¨®n.
Comienza el libro explicando su necesidad de aclarar, es decir, ¡°de acercar, los procesos arquitect¨®nicos¡±. Tambi¨¦n descubri¨¦ndose ¡ªcreci¨® en Moratalaz viendo la iglesia de Santa Ana de Fisac¡ª. Eso le lleva a hacer reflexiones muy pertinentes, como observar por qu¨¦ los grandes templos de los centros urbanos se desgajan en capillas modernas ¡ªque responden a su tiempo¡ª en el extrarradio. Explica que en el siglo XX los templos ¡ªcristianos¡ª se adaptan al escaso espacio, en lugar de mandar sobre ¨¦l. Y a partir de ah¨ª comienza un viaje a la ¡°evoluci¨®n de la arquitectura de las iglesias ¡±, una transformaci¨®n que se hace eco de la que se da en el resto de artes pl¨¢sticas.
Es justamente ese viaje tan ambicioso lo que lleva a este arquitecto a describir m¨¢s que a interpretar. Escribe por ejemplo que las parroquias de Santa Ana o de Nuestra se?ora de Moratalaz fueron construidas en suelo cedido por la promotora Urbis, pero no se plantea qu¨¦ cesi¨®n o inversi¨®n puede significar ese dato. Pregunta, citando a Esteban Fern¨¢ndez Cobi¨¢n, si ¡°?Son protestantes nuestras iglesias modernas?¡±, pero no responde la pregunta.
Explica en cambio la diferencia entre lo estereot¨®mico ¡ªdefinido por elementos pesados que no pueden distinguirse individualmente¡ª y lo tect¨®nico ¡ªdefinido por elementos individuales¡ª. Por eso, en lugar de integrar vida, lugar, artes y oficios, uso y, al final vanguardia ¡ªcomo escribi¨® Jos¨¦ Luis Fern¨¢ndez del Amo que precisaba la renovaci¨®n del templo para el nuevo arte religioso¡ª, Garc¨ªa-Asenjo se deja llevar por su entusiasmo arquitect¨®nico y nos deja m¨¢s im¨¢genes que respuestas. Nos acompa?a a visitar templo tras templo sin que entendamos si fue el Concilio Vaticano II el que promovi¨® la cercan¨ªa a las artes pl¨¢sticas ¡ªbuscando en la desnudez de la modernidad un regreso a los or¨ªgenes de la iglesia¡ª, o es la progresiva p¨¦rdida de importancia de la iglesia ¡ªo el cambio de sus mecenas¡ª lo que la desplaza a la periferia y la desnuda.
Por eso puede que lo mejor del libro ¡ªel entusiasmo que lleva a la autoedici¨®n¡ª resulte en lo m¨¢s complicado de entender: la falta del filtro que tal vez hubiera conseguido una edici¨®n m¨¢s distanciada ¡ªo la falta de pies de foto en las im¨¢genes que abren los cap¨ªtulos, las m¨¢s hermosas que el lector no podr¨¢ identificar¡ª. David es un experto en iglesias, sabe much¨ªsimo de arquitectura, tiene todo el conocimiento para compartir y todo el entusiasmo para contagiar pero est¨¢ aprendiendo, en sus propias intervenciones en la radio, que debe elegir lo que quiere comunicar.
Hay entusiasmo cuando, hablando de Iglesias, es incapaz de pasar junto a la antigua sede del BBVA de S¨¢enz de O¨ªza sin detenerse a decir que es el mejor rascacielos de Espa?a. Pero tambi¨¦n hay falta de filtro. Esa avalancha de conocimiento sin filtro es lo que, en mi opini¨®n, termina por separar a Garc¨ªa-Asenjo del gran p¨²blico, siempre falto de tiempo. Y es eso lo que hace que su did¨¢ctico, minucioso y trabajado Manifiesto arquitect¨®nico paso a paso sea un excelente libro de referencia para cualquier arquitecto ¡ªu obispo¡ª dispuesto a construir un templo. Al resto, explic¨¢ndonos qu¨¦ ha pasado en las iglesias seguimos sin entender por qu¨¦ paso. Es decir, es importante no hablar solo de arquitectura para tratar de explicar la arquitectura.
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