Tras el tornado

Sorprende que en el pa¨ªs del ¨¢guila haya llegado a presidente este hombre con aspecto de gorri¨®n. Quiz¨¢ se le ha escogido para que se mueva a ras de tierra, como si los votantes se hubieran dicho: ¡°Dejemos las exhibiciones ?a¨¦reas de car¨¢cter imaginario para el s¨ªmbolo y que un marido del mont¨®n coloque los utensilios dom¨¦sticos como se hallaban antes de que el tornado Trump pusiera la casa patas arriba. La idea del tornado, por cierto, nos trae a la memoria a Dorothy, la protagonista de El Mago de Oz, personaje a su vez del famoso cuento de L. Frank Baum que se manifiesta al principio como una gran cabeza flotante y terror¨ªfica, envuelta en fuego y humo, detr¨¢s de la cual no hay m¨¢s que un hombrecillo aficionado a la magia.

La cabeza tronante de Trump, con su vaporosa nube de pelo amarillo minuciosamente cardado y esculpido, y su espesa capa de maquillaje, a juego tambi¨¦n con el color de la ictericia, nos recordaba a veces a la del Mago del relato. Una vez descubierta su mentira, regresar¨¢ a los programas basura de la tele, de donde nunca deb¨ªa haber salido. Est¨¢ bien, como juego, que un gorri¨®n sea engrandecido por la representaci¨®n de un ¨¢guila, pero ese humilde pajarillo no debe confundir el deseo de volar alto con la realidad de sus peque?as alas. En todo caso, y como complemento a la fragilidad esquel¨¦tica de Biden, los votantes han elegido en el mismo paquete a Kamala Harris, cuya potencia ¨®sea y mental salta a la vista. Si el destino, ese ¡°fantasma sincronizador¡± (cortes¨ªa de Nabokov), la colocara alg¨²n d¨ªa en el Despacho Oval, la vuelta de Dorothy a su granja estar¨ªa garantizada.