Libros de texto con pocos referentes femeninos

El pasado mes de enero, la Asociaci¨®n de mujeres investigadoras y tecn¨®logas (AMIT) lanzaba la campa?a No more Matildas para reivindicar el papel de las mujeres cient¨ªficas que, pese a sus importantes aportaciones a la ciencia, han sido borradas o ignoradas. Entre sus acciones se propon¨ªa la incorporaci¨®n de un anexo a los libros de texto en el que se recogen figuras de cient¨ªficas relevantes. El objetivo de este documento creado por la asociaci¨®n es contrarrestar la casi ¨²nica presencia de referentes masculinos en las aulas. Adela Mu?oz, catedr¨¢tica de Qu¨ªmica Inorg¨¢nica y miembro de la AMIT, considera que se requieren esfuerzos por parte de las editoriales para que se emprenda una revisi¨®n de contenidos y enfoques de los libros de texto con perspectiva de g¨¦nero. Tambi¨¦n que por parte de la administraci¨®n se impulsen proyectos que contribuyan a configurar un sistema educativo y formativo que elimine estereotipos de g¨¦nero asociados a determinadas vocaciones y profesiones.

Los libros de texto, como p¨ªldoras de conocimiento concentrado, nos ayudan a organizar y entender el mundo. Nuestra visi¨®n de ese mundo se agranda, se achica e incluso puede verse distorsionada, seg¨²n qu¨¦ contenido se recoja en ellos, y c¨®mo se recoja. Mujeres cient¨ªficas, historiadoras, m¨²sicas, escritoras, economistas que han sido relevantes a lo largo de la historia han sido invisibilizadas por el sistema educativo. Si faltan referentes femeninos en los libros de texto y en el interior de las aulas, falta tambi¨¦n rigor en el relato hist¨®rico.

El texto de la evidencia

Carmen Rodr¨ªguez Mart¨ªnez, doctora en Filosof¨ªa y Ciencias de la Educaci¨®n y profesora de la Universidad de M¨¢laga, coordinaba en 2004 La ausencia de las mujeres en los contenidos escolares, un libro en el que se hac¨ªa visible la ausencia de las mujeres en todas las materias que se aprenden en las escuelas: "Las mujeres que han contribuido en la construcci¨®n del conocimiento no aparecen y cuando lo hacen, son estereotipadas". El problema para Carmen Rodr¨ªguez es que, en general, los pocos cambios que se han producido "se han centrado en las formas, en lo superficial, en detrimento del fondo, de los contenidos".

En esa misma l¨ªnea trabaja desde hace una d¨¦cada Ana L¨®pez Navajas, fil¨®loga, investigadora de la Universidad de Valencia y asesora en la Formaci¨®n del Profesorado en la Consejer¨ªa Educaci¨®n de la Comunidad Valenciana. En 2011 publicaba una investigaci¨®n ¡ªla m¨¢s amplia hasta la fecha¡ª que pon¨ªa en evidencia lo que ya hab¨ªa observado en las clases que impart¨ªa de Lengua y Literatura: las figuras femeninas en los manuales de Educaci¨®n Secundaria Obligatoria se reduc¨ªan al 7,6%. "Estos datos indicaban un discurso androc¨¦ntrico y excluyente muy enrocado: el mundo estaba hecho sin mujeres o su papel era secundario, ellas no eran las protagonistas de nada", explica L¨®pez Navajas. Pese a que reconoce que "algo" ha cambiado desde entonces, y que ha habido inter¨¦s en este asunto por parte de algunas editoriales, no es f¨¢cil. "A lo largo de estos a?os se han hecho estudios parciales de alguna materia o de alg¨²n nivel y los resultados muestran que cuesta arrancar, apenas ha subido algunos puntos esa presencia femenina, dependiendo de materias y editoriales. La parte positiva es que est¨¢ bastante asumido que es necesario este cambio y es hacia donde vamos", se?ala.

?C¨®mo influyen los estereotipos y esa ausencia de referentes femeninos? Responde L¨®pez Navajas que tanto ni?as como ni?os necesitan modelos de mujeres para saber qu¨¦ han hecho y c¨®mo lo han hecho, y reconocerse en esos modelos. "Es frecuente que al no tener modelos de ingenieras o inform¨¢ticas nos lleve a pensar que eso no corresponde a las ni?as, puesto que no hay. Y eso va produciendo mandatos de g¨¦nero y estereotipos", explica. Carmen Rodr¨ªguez, por su parte, recuerda que las diferencias de oportunidades en el futuro para las chicas tienen que ver con los estereotipos sexuales en escuelas, en las familias y en la sociedad, ya que se les proponen diferentes expectativas de futuro a ellas. Una de las consecuencias est¨¢ en la diferente elecci¨®n de carreras. "Seg¨²n la ONU, solo el 26,4% de los estudiantes matriculados en ingenier¨ªa y en arquitectura y el 9,8% de los que cursan carreras relacionadas con el deporte son mujeres. Los mayores nichos de empleo, salarios y productividad se encuentran en los sectores de las ciencias, la tecnolog¨ªa, la ingenier¨ªa y las matem¨¢ticas, una brecha en vocaciones que se convierte en una brecha salarial", sostiene.

La soluci¨®n, para Ana L¨®pez Navajas, no pasa porque los profesores dediquen un d¨ªa sus clases a hablar de mujeres cient¨ªficas o de mujeres m¨²sicas, sino por integrar a todas esas mujeres en los contenidos. "Debemos trenzar un discurso cultural, cient¨ªfico e hist¨®rico de mujeres y hombres. Sin focalizarlo en ellas, pero con ellas", concluye.