Plantar corales para salvar los arrecifes
Son los bosques del mar: sin ellos, no hay vida all¨¢ abajo. Pero el 70% de los arrecifes del mundo o han desaparecido o est¨¢n amenazados. Un vivero financiado por un grupo hotelero espa?ol trata de "reforestar" estos espacios en el Caribe
Los arrecifes de coral son las estructuras m¨¢s bellas y fascinantes creadas por la naturaleza. Cualquiera que se haya sumergido alguna vez en estas barreras marinas entiende que ni el m¨¢s inspirado de los paisajistas ser¨ªa capaz de imaginar y crear semejante jard¨ªn de formas y colores. Pero por desgracia, tambi¨¦n es uno de los ecosistemas m¨¢s fr¨¢giles del mundo. La contaminaci¨®n, la sobrepesca y muy en especial, el cambio clim¨¢tico y el calentamiento de los mares, est¨¢n acabando con los corales. Y si desaparecen es como si los bosques se esfumaran de la faz de la Tierra.
El grupo hotelero mallorqu¨ªn Iberostar ha creado en la Rep¨²blica Dominicana un vivero y un laboratorio de gen¨¦tica de corales para tratar de restaurar los arrecifes caribe?os. Los corales, pese a su apariencia p¨¦trea, son animales que se organizan en colonias. Y para fortuna de estos proyectos, se reproducen de forma asexual, por gemaci¨®n. Es decir, un peque?o trozo de un solo individuo es capaz de crear clones de s¨ª mismo y multiplicarse.
¡°Un vivero de corales es b¨¢sicamente un espacio en el que se colocan estructuras artificiales donde se ponen trozos de coral con el objetivo de que cuando tengan suficiente tejido se trasplanten al arrecife¡±, me explica Macarena Blanco, bi¨®loga marina y encargada del Coral Lab de Iberostar en Punta Cana. ¡°Si t¨² rompes un trocito de coral y lo pones en otro sitio de la estructura o en otra estructura diferente, con los a?os surge una nueva colonia. Dependiendo de la especie crecen m¨¢s o menos r¨¢pido. Los ramificados, como los que tenemos mayoritariamente aqu¨ª, Acropora cervicornis (coral cuerno de ciervo), crecen un cent¨ªmetro al mes. Son de los m¨¢s r¨¢pidos, porque las especies monta?osas no pasan de unos mil¨ªmetros mensuales¡±.
Al frente de este proyecto, iniciado en 2018 y denominado Wave of Change, se encuentra Gloria Flux¨¤, la vicepresidenta del grupo, y Megan Morikawa, doctora en gen¨¦tica de corales estadounidense y una de las grandes expertas en arrecifes coralinos. Cuenta de momento con dos sedes, esta de Punta Cana y otra en el Caribe mexicano. Aunque la idea es ampliarlo a otras zonas donde opera el grupo hotelero.
En playa B¨¢varo visito el laboratorio, donde en diversos tanques con temperatura y luminosidad controladas se hacen estudios sobre gen¨¦tica y viabilidad de los individuos que ser¨¢n m¨¢s tarde ¡°plantados¡± en las estructuras. Luego, me sumerjo frente a la playa de Bayahibe, ya en el mar Caribe, en el vivero.
A unos 15 metros de profundidad, en un fondo de arena blanca que reverbera los hirientes rayos solares del tr¨®pico, aparecen diversas estructuras. Unas tienen forma de ¨¢rbol y de ellas cuelgan, como bolas en un ¨ªdem de Navidad, fragmentos individuales de coral o unidos a pares por bridas de pl¨¢stico.
¡°Los unimos para ver si el tejido de ambos corales se fusiona, indicando que son clones; o se rechaza, indicando que son individuos de ADN diferente. Esto nos permite evaluar cu¨¢ntos individuos de ADN ¨²nico de coral cuerno de ciervo tenemos en el vivero para poder despu¨¦s asegurar que incluimos e impulsamos la diversidad gen¨¦tica en los arrecifes que restauremos¡±, me cuenta Macarena Blanco cuando salimos a la superficie.
La mayor¨ªa son cuerno de ciervo, una especie que fue muy com¨²n en el Caribe y que ahora casi ha desaparecido, por lo que es un objetivo estrat¨¦gico en el programa. Tambi¨¦n hay colonias m¨¢s peque?as de coral estrella monta?oso (Orbicella faveolata), coral dedo (Porites porites), coral lechuga (Agaricia agaricites) y coral cerebro (Diploria labyrinthiformis y Pseudodiploria strigosa), que son las m¨¢s habituales en los arrecifes del Caribe.
Otras estructuras hechas con malla met¨¢lica tienen forma de mesa y sobre ellas crecen ya peque?os bosques de coral. Observo que, pese a ser de peque?o tama?o y creados de forma artificial, ya hay card¨²menes de peces que se refugian en ese laberinto corneo. No hay que ser una eminencia en bilog¨ªa marina para entender que, a m¨¢s corales, m¨¢s peces. Y m¨¢s salud en los oc¨¦anos.
¡°Hemos comprobado que, en las estructuras arb¨®reas donde los fragmentos cuelgan el coral crece m¨¢s r¨¢pido porque no tienen que oponer resistencia a las corrientes¡±, dice Macarena Blanco, ¡°mientras que, si los pones en mesas crecen con un esqueleto m¨¢s fuerte porque est¨¢n resistiendo a todas las corrientes, pero a cambio van a tardar un poco m¨¢s en crecer¡±.
Los fragmentos de coral que utilizan, sobre todo los de cuerno de ciervo, provienen de viveros de otras organizaciones, no los sacan directamente del mar porque como dec¨ªa, en el Caribe ya casi no existe esa especie, o al menos es dif¨ªcil de observar aqu¨ª en la Rep¨²blica Dominicana. Los de otras especies a¨²n abundantes s¨ª se extraen de arrecifes sanos, con todos los permisos y pruebas pertinentes, ¡°no te vas a poner a lo loco a recolectar¡±, exclama Blanco.
Lo m¨¢s curioso de todo este proceso para un ne¨®fito es c¨®mo se trasplantan esos esquejes. En realidad, el s¨ªmil del jard¨ªn que hac¨ªa al principio no es tan metaf¨®rico. Un arrecife se reforesta casi como un bosque o un jard¨ªn. Una vez que los fragmentos alcanzan al menos 40 cent¨ªmetros de desarrollo lineal en el vivero, se ¡°plantan¡±, cual arbusto terrestre, en zonas de arrecifes da?ados u otras donde los t¨¦cnicos creen que se dan las condiciones para que prospere una nueva colonia. Para ello, los fragmentos pueden ser pegados con cemento directamente al sustrato o se agarran con una brida de pl¨¢stico a un clavo previamente incrustado en ese sustrato. Un reparador de arrecifes es pr¨¢cticamente un jardinero subac¨²atico.
¡°Una vez plantados, hay que vigilar continuamente lo repoblado. Algunos fragmentos pueden rechazar el cemento; otros, haber sido puestos en zona de muchas corrientes. Luego est¨¢n los depredadores. En especial el gusano de fuego, que come corales. El problema es que hay mucho gusano porque ¨¦l apenas tiene depredadores. El principal era la langosta, pero cada vez hay menos langosta porque el hombre la pesca en exceso¡±, cuenta Blanco. Con lo que una vez m¨¢s, volvemos al punto de partida: el ser humano y su innata capacidad para alterarlo todo.
Este de Iberostar y su programa Wave of Change no es el primer vivero de corales del mundo. Existen ya varias iniciativas, alguna de gran ¨¦xito como Fragments of Hope, en Belice. En Maldivas, algunos hoteles financian ONG y centro de buceo que tratan tambi¨¦n de ¡°reparar¡± los arrecifes da?ados. Pero s¨ª es la primera vez que un grupo empresarial tan grande, con tantos recursos y con implicaci¨®n directa en la situaci¨®n del medio ambiente costero (m¨¢s del 80% de sus 120 hoteles est¨¢n en la playa frente a arrecifes) toma conciencia de que hay que cambiar el modelo tur¨ªstico y hacer algo por la sostenibilidad del entorno. Para algunos ser¨¢ solo una gota en el oc¨¦ano. Para otros, una simple operaci¨®n de marketing e imagen empresarial. Pero es de agradecer que las cadenas hoteleras que se han beneficiado de la masificaci¨®n del turismo de sol y playa empiecen a tomar conciencia del impacto que generan en su entorno y hagan algo por corregirlo. Como dec¨ªa la propia Megan Morikawa en una entrevista, ¡°los complejos tur¨ªsticos deben ser m¨¢s conscientes de su impacto en los ecosistemas en los que operan¡±.
En este informe para la ONU de Carrie Manfrino, presidenta y directora de Investigaci¨®n y Conservaci¨®n en el Central Caribbean Marine Institut, se puede indagar m¨¢s sobre la situaci¨®n de los arrecifes de coral en el mundo y las posibles acciones para frenar su destrucci¨®n
Para la elaboraci¨®n de este reportaje se ha viajado a Punta Cana invitados por el grupo Iberostar
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