?La ciudad se lic¨²a?

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En 1950, la ciudad de Detroit era la tercera urbe m¨¢s importante de Estados Unidos y el principal centro mundial de la industria automotriz. Sin embargo, con el cambio tecnol¨®gico y la globalizaci¨®n, la producci¨®n del autom¨®vil encontr¨® nuevas formas de desarrollo, las cuales llevaron a su quiebra e, incluso, a su cuasi muerte. Igual ocurri¨® en las guerras de Alepo o Beirut; la violencia en Caracas o Ciudad Ju¨¢rez; o la erosi¨®n del espacio p¨²blico y las infraestructuras con la covid-19. Estos procesos configuran lo que podr¨ªa denominarse urbicidio. Pero adem¨¢s, el ¨¦xodo en Detroit estuvo marcado por el abandono brusco de la poblaci¨®n, bajo dos escenarios: el white flight, por la salida de familias blancas; y el paradise valley, por el confinamiento de los habitantes negros en el borde este de la ciudad. Es decir, la p¨¦rdida de poblaci¨®n o desurbanizaci¨®n; y su localizaci¨®n en el margen o suburbanizaci¨®n, por el peso del autom¨®vil que reduc¨ªa los tiempos de los desplazamientos.

Hoy vivimos una cuesti¨®n parecida a nivel mundial, pero bajo circunstancias distintas, que inicia con la urbanizaci¨®n desde principios del siglo XX, cuando se produjo un r¨¢pido crecimiento de las ciudades con suburbanizaci¨®n diferencial. En el primer mundo, el autom¨®vil expandi¨® la ciudad a los suburbios; y en Am¨¦rica Latina la migraci¨®n del campo a las urbes, con asentamientos humanos carentes de infraestructuras, servicios, espacio p¨²blico y vivienda. Por eso se llam¨® suburbios; palabra compuesta por el prefijo sub, que hace referencia a lo inferior y urbio, a la urbs: es decir, algo menor o inferior que ciudad.

En la actualidad. dos hechos globales cambian la esencia de las mismas. Por un lado, la pandemia de la covid-19 produce un trauma urbano de incalculables consecuencias donde, el espacio p¨²blico se vac¨ªa y estigmatiza, convirti¨¦ndola en una realidad maldita y fantasmal. Y sum¨¢ndose a la agorafobia que ya exist¨ªa. Por otro lado, la cuarta revoluci¨®n industrial se acelera con la tecnolog¨ªa digital, big data, inteligencia artificial, algoritmos, aplicaciones y plataformas que producen cambios, como por ejemplo, en el traslado de la vida localizada en el mundo f¨ªsico-material al remoto-virtual. Se presenta la mudanza de las infraestructuras tradicionales, como base material hacia la realidad de las plataformas, donde la ciudad merma su condici¨®n f¨ªsica. As¨ª, cambia el paradigma dominante y se entra de lleno en la teleciudad.

La llegada de la pandemia acelera el auge de la tecnolog¨ªa, generando un proceso de reorganizaci¨®n de los territorios a nivel mundial. Existe una relocalizaci¨®n de la econom¨ªa y la sociedad, como sucedi¨® con Detroit, poniendo en cuesti¨®n la ubicaci¨®n de actividades: habitar, trabajar, aprovisionarse, cuidarse, aprender, descansar y movilizarse. As¨ª se masifica el teletrabajo, telegobierno, telesalud, telecomercio, teleeducaci¨®n, telef¨²tbol, telepol¨ªtica; mientras se cuestiona y redefine la movilidad f¨ªsica y la localizaci¨®n de la vivienda.

Dicha reorganizaci¨®n se manifiesta bajo tres din¨¢micas:

• relocalizaci¨®n de lo f¨ªsico en el mundo remoto, relativizando el espacio urbano y produciendo urbicidio;?
• deslocalizaci¨®n de las actividades urbanas, impulsando la periferizaci¨®n o suburbanizaci¨®n;
• y alocalizaci¨®n de actividades urbanas en un espacio integrado, poniendo en entredicho la econom¨ªa de escala, configurando la desurbanizaci¨®n.

La urbanizaci¨®n se revela como fen¨®meno finito en Europa y las Am¨¦ricas, con el cierre del ciclo migratorio del campo a la ciudad y la apertura simult¨¢nea de la desurbanizaci¨®n

Estos procesos se presentan tanto en las ciudades del mundo desarrollado como en v¨ªas de desarrollo. Nueva York redujo alrededor del 8% de su poblaci¨®n en el 2020; motivados por el teletrabajo y la calidad de espacios fuera de la metr¨®poli. Londres, con mucha poblaci¨®n migrante, disminuye en m¨¢s de 700.000 personas, impulsados por la p¨¦rdida de empleo, el costo de vida y la tecnolog¨ªa, en el contexto del Brexit. Par¨ªs vive la constante merma de poblaci¨®n en la ¨²ltima d¨¦cada, cuesti¨®n que se increment¨® en el primer per¨ªodo del 2020 con habitantes que la abandonaron, producto del costo de vida, del precio de los inmuebles, de la calidad de vida, y de la covid-19. La tendencia de la p¨¦rdida de poblaci¨®n en estas ciudades genera una reducci¨®n de espacios (re)productivos, comerciales y administrativos en zonas centrales y aumento de la compra y alquiler en suburbios, en ciudades peque?as y en metr¨®polis cercanas.

En Am¨¦rica Latina, se presenta una din¨¢mica similar, pero bajo otras condiciones. La poblaci¨®n sale de las ciudades por motivos de salud y tecnolog¨ªa, para regresar a sus lugares de origen en la ruralidad; debido a que estas zonas tienen menor interacci¨®n social y mejor abastecimiento de productos vitales. Lima disminuy¨® su poblaci¨®n en alrededor de 200.000 personas en 2020 por falta de trabajo, oportunidades para mantener el confinamiento y restricciones en el acceso al mundo virtual. Ciudad de M¨¦xico, seg¨²n el censo 2020, m¨¢s de 500.000 habitantes emigraron hacia otras zonas del pa¨ªs o municipios suburbanos, debido a que buscaban disminuir los costos de localizaci¨®n y las posibilidades de contagio, generando mayor demanda en zonas m¨¢s baratas pr¨®ximas a la ciudad, pero con capacidad de teletrabajo.

Dichas zonas suburbanas no produjeron urbanidad, mientras la gran ciudad de donde proviene la poblaci¨®n vive un proceso de vaciamiento; adem¨¢s de decadencia de los espacios privados, dom¨¦sticos y p¨²blicos, por las restricciones en la interacci¨®n social. ?Esta din¨¢mica se mantendr¨¢ con el fin de la pandemia? ?C¨®mo ser¨¢ la nueva normalidad?

El fen¨®meno que en el siglo pasado estuvo recluido en pocas ciudades; como el caso de exitoso de Detroit que luego la llev¨® al fracaso, hoy es un fen¨®meno global. Frente a ello, han aparecido propuestas interesantes: la ciudad de los 15 minutos en Par¨ªs, la ciudad del vecindario 5D en Quito y la ciudad de las supermanzanas en Barcelona, que apuntan a detener este proceso de urbicidio, desurbanizaci¨®n y suburbanizaci¨®n, poniendo ¨¦nfasis en el urbanismo ciudadano y en el derecho a la ciudad.?