La 'madame' de Marruecos
Un d¨ªa entero para perderse por las callejuelas de la ciudad m¨¢s bohemia del norte de ?frica
T¨¢nger parece, como dijo el poeta Tahar ben Jelloun, una mujer que ya no se atreve a mirarse al espejo. Ha envejecido. Le han salido arrugas, grietas, que han terminado por desmoronar lo poco que quedaba de un pasado bohemio, cuando fue la capital del exilio burgu¨¦s europeo y norteamericano. Los a?os han acabado fracturando a una ciudad parapetada en un anarquismo poco transigente. Que se resist¨ªa a madurar y a renunciar a sus privilegios.
Hoy todo ha cambiado y en sus calles s¨®lo persiste la memoria. Lejos quedan las tardes en las que William Burroughs compart¨ªa tertulia con Paul Bowles en el caf¨¦ Hafa. Las noches en que Rita Hayworth se hosped¨® en el hotel El Minzah.
M¨¢s all¨¢ de la nostalgia, T¨¢nger mantiene, eso s¨ª, una plena sensaci¨®n vital que la transforma en una oportunidad ¨²nica de sumergirse en el ¨¢ngulo menos conocido de la cultura marroqu¨ª. Basta un d¨ªa para conocerla, aunque hay quien gastar¨ªa (y quien gast¨®) m¨¢s de un vida en ella.
Donde nace el Mediterr¨¢neo
La visita comienza en la plaza del 9 de abril. Aqu¨ª el ruido de las motos, del trasiego de mercaderes y de los faux guides, (los ilegales gu¨ªas tur¨ªsticos que insistir¨¢n en acompa?ar al viajante hasta m¨¢s all¨¢ de la saciedad), dan paso al Grand Socco, primera parada del viaje. El mercado grande separa la vieja ciudad de la nueva y da acceso a la medina, la zona m¨¢s antigua de T¨¢nger.
Nada m¨¢s entrar se llega al parque de Mendoubia. Aqu¨ª reposa el gran banian, un ¨¢rbol que, seg¨²n se cuenta, lleva aqu¨ª m¨¢s de ocho siglos. Desde lo alto de la plaza se vislumbra el acceso al barrio hebreo, que queda a la izquierda cuando se atraviesa la puerta portuguesa para acceder a la kasbah.
Esta zona amurallada conform¨® en el pasado el n¨²cleo pol¨ªtico y judicial de la ciudad. Hoy es una de las zonas m¨¢s pobres de T¨¢nger. El agua corriente apenas llega a todos los hogares y el pasado m¨¢s primitivo sigue vivo en algunas de las costumbres de su vida cotidiana. Muchas mujeres contin¨²an cocinando en los hornos de le?a comunes donde se prepara el pan a cambio de una peque?a suma mensual.
Callejeando por sus intrincadas calles se llega hasta la plaza de la Kasbah, el lugar m¨¢s alto de la ciudad. Pasando la muralla se accede a un mirador desde donde la vista se precipita sobre el abrazo eterno entre el oc¨¦ano Atl¨¢ntico y el mar Mediterr¨¢neo. Si el d¨ªa es claro, es posible distinguir Tarifa a lo lejos, incluso Gibraltar.
Hacia el mercado chico
Bordeando la muralla portuguesa, recuerdo de la ocupaci¨®n lusa de la ciudad, la kasbah queda atr¨¢s para bajar hacia el caf¨¦ Bab¨¢, ya de nuevo en la medina. Una foto de Keith Richards fumando en pipa da cuenta del paso de los Rolling Stones por este m¨ªtico local donde el expreso con leche acompa?a a los cigarros de hach¨ªs. Justo enfrente se encuentra la antigua casa de Barbara Hutton, la exc¨¦ntrica millonaria que vivi¨® grandes temporadas en T¨¢nger. Se trata de una riad, t¨ªpica construcci¨®n marroqu¨ª con patio ajardinado en el interior.
Las calles del barrio franc¨¦s, repletas de comerciantes, conducen hacia el Petit Socco. La plaza del mercado chico fue en los a?os 30 y 40 el centro neur¨¢lgico de la actividad cultural de la ciudad. Despu¨¦s se transform¨® en un lugar poco fiable, demasiado frecuentado por gente de dudosa reputaci¨®n. El Grand Caf¨¦ Central fue testigo. Fundado en 1813 como cabaret, despu¨¦s se reconvirti¨® en cafeter¨ªa tras la prohibici¨®n de venta de alcohol en la medina.
Llegados a este punto hay dos opciones. La primera consiste en seguir la vertiente hacia abajo para desembocar en la plaza de la Marcha Verde, entrada a la avenida de Mohamed VI que recorre toda la playa. La segunda subir de nuevo hacia la plaza del 9 de abril siguiendo el recorrido de la calle m¨¢s comercial de la medina. Eligiendo esta ¨²ltima y siguiendo por la rue de la Libert¨¦ se llega al bulevar Pasteur.
Un recuerdo retro
?sta es la principal zona comercial de la nueva T¨¢nger y es el lugar perfecto para comprar los suvenires m¨¢s kistch entre todas las tiendas de aspecto retro que recorren la calle hasta llegar al bulevar de Mohamed V, abuelo del actual rey de Marruecos.
El Caf¨¦ Par¨ªs, uno de los m¨¢s inspiradores de la ciudad, puede ser el sitio ideal para pasar la sobremesa tomando un t¨¦ con menta en su terraza antes de partir en coche a las afueras. La ruta ahora se dirige hacia la gruta de H¨¦rcules, pero antes es preciso hacer una parada en el cabo de Espartel, extremo occidental de la ciudad. Coronado por el faro, este mirador permite contemplar toda la playa Robinson, punto en el que confluyen las dos aguas del Estrecho.
S¨®lo un poco m¨¢s all¨¢, por la carretera de la costa se llega a la gruta de H¨¦rcules, situada a unos 15 kil¨®metros de la ciudad. Seg¨²n cuenta la leyenda, en esta mitol¨®gica cueva descans¨® el h¨¦roe romano (equivalente del Heracles griego) antes de una de sus doce pruebas. Dentro, una caprichosa forma que parece imitar la silueta del continente africano se abre ante el Atl¨¢ntico para ofrecer uno de los atardeceres m¨¢s espectaculares que pueden disfrutarse en T¨¢nger.
![Una bailarina act¨²a durante la cena en el restaurante del hotel El Minzah.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/LECERK5NZSPUJVUNUA6YRISTVA.jpg?auth=113a178e11b309aa7eab417a68423d4b1c50ab066a32bb4990c1750ed4778dfe&width=414)
![La plaza del 9 de abril separa la parte nueva de T¨¢nger de la vieja.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/BIHHX4OXSJUC7WKIXLICBLLDZU.jpg?auth=5fccc09e0a6ea70973ed91e2424bfe02f6d7e79aa8e2782228627fa33303bee2&width=414)
GU?A PR?CTICA
Cu¨¢ndo viajar
Cualquier ¨¦poca es buena para viajar a T¨¢nger. Al encontrarse junto al mar su temperatura suele ser bastante moderada. Si es posible, es mejor evitar el verano, cuando comienzan las vacaciones y con ellas el paso del Estrecho, que dificulta bastante la movilidad dentro de la ciudad y el acceso a ella.
C¨®mo llegar
En avi¨®n: EasyJet ofrece interesantes ofertas en vuelos regulares a diario entre Madrid y T¨¢nger (www.easyjet.com).
En ferry: Hay dos compa?¨ªas que operan el trayecto entre Tarifa y T¨¢nger. El recorrido dura 35 minutos y los barcos salen cada 2 horas. Tambi¨¦n es posible tomar el ferry desde el puerto de Algeciras.
D¨®nde dormir
La Tangerina: Esta peque?a riad se sit¨²a junto a la plaza de la Kasbah y es el lugar perfecto para una escapada rom¨¢ntica a T¨¢nger. El precio de las habitaciones oscila entre los 45 y los 150 euros. (www.latangerina.com).
Hotel El Minzah: Ubicado en la calle de la Libertad, junto a la plaza de Francia, este hotel ha hospedado a algunos de los visitantes m¨¢s ilustres de la ciudad de T¨¢nger. Se puede reservar habitaci¨®n desde 115 euros la noche.
Movenpick Hotel & Casino: La opci¨®n m¨¢s lujosa para hospedarse en la ciudad. Enclavado en primera l¨ªnea de playa, se encuentra algo alejado del n¨²cleo urbano, a unos 5 kil¨®metros de la medina. El precio de la noche var¨ªa a partir de 250 euros. (www.moevenpick-hotels.com).
D¨®nde comer
Miami Beach: Instalado en la misma playa de T¨¢nger, la especialidad m¨¢s demandada de este restaurante es la fritura de pescado, que puede acompa?arse de una ensalada fresca de frutas como entrante.
Restaurante El Minzah: Indicado especialmente para las cenas, ofrece espect¨¢culos de danza del vientre y danza bereber. Entre las especialidades destaca el tay¨ªn, un guiso t¨ªpico ¨¢rabe que toma su nombre del recipiente en el que se prepara.
Chez Hammadi: Este peque?o restaurante ofrece una buena carta de vinos de la regi¨®n. Entre sus platos clave se encuentran el cordero con cusc¨²s y el kebab de ternera picante.
Tomar un caf¨¦
En T¨¢nger hay tres caf¨¦s que son de visita obligada. El caf¨¦ Hafa (calle Mohammed Tazi), el Grand Caf¨¦ Central (Plaza del Petit Socco, dentro de la medina) y el Caf¨¦ Par¨ªs (en la plaza de Francia). El precio del tradicional y refrescante t¨¦ con menta apenas llega a un euro.
Salir por la noche
Aunque T¨¢nger no es una ciudad excesivamente insegura, hay que tomar precauciones para salir por la noche. Lo mejor es realizar los trayectos en taxis, que son fiables y econ¨®micos. La mayor¨ªa de los bares de copas se encuentran en el paseo mar¨ªtimo. De entre ellos, el club con m¨¢s nombre es el 555 (www.beachclub555.com), que tiene terraza, bar de tapas y discoteca.
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