Oro ceremonial y palacios de barro

Agentes de seguridad con escopetas recortadas se mezclan entre los visitantes del complejo arqueol¨®gico de El Brujo, frente al Pac¨ªfico. Viven acuartelados en un recinto todav¨ªa amenazado por el expolio furtivo, quedan tesoros por desenterrar. La Ruta Moche, recorrido hist¨®rico y arqueol¨®gico por la semides¨¦rtica costa norte de Per¨², recupera el legado de los poderosos imperios Moche y Chim¨², que todav¨ªa guardan misterios por descifrar en sus fortalezas de barro.

Fardos f¨²nebres repletos de oro, valiosos relieves policromados en adobe de fino cu?o y vestigios de sacrificios humanos en rituales de culto al dios decapitador. Desde las entra?as de las pir¨¢mides de T¨²cume a los pasadizos de la fascinante ciudadela de Chan Chan, el inconfundible rastro de los saqueadores en busca de preciadas huacas para el mercado negro est¨¢ siempre presente. Los estragos de El Ni?o sobre estos palacios de barro, tambi¨¦n.

01 Oro ceremonial y escopetas recortadas

"?Quieren ver el mapa de Am¨¦rica del Sur? ?Vengan a El Brujo!" R¨¦gulo Franco, sonriente arque¨®logo de este vasto complejo arqueol¨®gico cuya planta es un calco del continente suramericano, asegura que el nombre no es balad¨ª. Terreno de magia y mesadas de brujos y curanderos en el Valle de Chicama, a unos 60 kil¨®metros de la ciudad de Trujillo.

El armisticio entre huaqueros y arque¨®logos fue clave para el inicio de la excavaci¨®n en 1990. Despu¨¦s, a?os de paciencia y trabajo, y en 2005 el gran hallazgo: una de las tumbas encontradas en Huaca Cao Viejo conten¨ªa el fardo funerario de la Se?ora de Cao, primera gobernante de la Am¨¦rica prehisp¨¢nica.

El velo que cubre su osamenta en el Museo Cao deja entrever una mujer menuda y tatuada. "Con mucho car¨¢cter" apostilla R¨¦gulo. La Se?ora de Cao gobern¨® con mano firme esta tierra mochica en torno al 300 d.C. Su mausoleo, en lo alto de la pir¨¢mide, hace honor a su mando: narigueras, coronas y collares de oro, as¨ª como varios acompa?antes sacrificados.

La plataforma superior estaba reservada a sacerdotes y sacrificados. Cadenas de prisioneros de guerra -representadas en los policromados del patio central- cuya sangre aderezada con anticoagulantes naturales era bebida en ritos de culto a Ai Apaec, dios decapitador. Aqu¨ª se localizan los ¨²ltimos hallazgos en El Brujo: restos originales de los muros que rodeaban la plataforma y una sala aleda?a, todav¨ªa cerrada al p¨²blico, con murales bellamente decorados en excelente estado de conservaci¨®n.

02 Cer¨¢mica 'parlante' en Moche

A las afueras de Trujillo, las Huacas de Moche maravillan en todas sus dimensiones. Desde la mastod¨®ntica Plaza ceremonial de la Huaca de la Luna, con sus largos y bell¨ªsimos relieves policromos, hasta la cer¨¢mica parlante hallada entre sus entresijos de barro. Piezas que recrean escenas y ritos ceremoniales de los Mochica, pueblo dominante en la costa norte de Per¨² durante casi mil a?os.

Este complejo de 60 hect¨¢reas junto al Pac¨ªfico fue su gran centro de poder, con las Huacas del Sol y la Luna como residencia de grandes se?ores y sacerdotes, siempre al abrigo del sagrado Cerro Blanco. Entre ambas, restos de cer¨¢mica no ceremonial delatan un centro urbano que alberg¨® a la ¨¦lite moche.

El interior de la Huaca de la Luna revela al visitante el crecimiento de las pir¨¢mides ceremoniales: cada cien a?os eran ¨ªntegramente recubiertas con un nuevo manto (o fase) de adobe. Las franjas superpuestas de coloridos relieves en el Patio ceremonial muestran las diferentes fases de esta evoluci¨®n constructiva, siempre con el Dios Ai Apaec como protagonista.

Desde el pasado mes de junio el reci¨¦n inaugurado Museo del Sitio completa la visita. Did¨¢ctico, innovador y fiel a la arquitectura tradicional moche, su apuesta por la tecnolog¨ªa audiovisual refuerza una muestra que, adem¨¢s de cer¨¢mica parlante, incluye valiosas piezas ornamentales de oro y dos curiosas maquetas de vivos colores realizadas con ca?a y barro, que recrean una plazuela ceremonial Chim¨², cultura heredera de los Moche.

03 La ciudad de barro

Adobe de fin¨ªsimo cu?o para un laberinto fascinante declarado Patrimonio de la Humanidad. Chan Chan, capital del Imperio Chim¨², est¨¢ ubicada al otro lado de Trujillo y cambi¨® el molde de sus predecesoras mochicas: de voluminosas pir¨¢mides a ciudadelas perfectamente amuralladas de menor altura y kil¨®metros de extensi¨®n.

Nik An es la ¨²nica visitable. Una ca¨®tica red de estrechos y largos pasadizos que responde a un sistema de refrigeraci¨®n natural: propiciaba una corriente de aire entre los corredores que aliviaba las temperaturas propias de esta des¨¦rtica localizaci¨®n. Se suceden galer¨ªas, estancias y patios ceremoniales organizados en torno a una gran plaza. El prodigio arquitect¨®nico de sus tapias, adobe entrelazado que ha resistido en pie casi mil a?os, era engalanado con balaustradas y bajorrelieves de fino acabado, con motivos geom¨¦tricos y animales: de la emblem¨¢tica Chacana (Cruz del sur) a peces, pel¨ªcanos y anzumitos, mezcla de lobo de mar y nutria.

El recorrido desemboca en el verdor de un huanchaco o estanque ceremonial de agua subterr¨¢nea. Un oasis entre adobe que acog¨ªa ritos de culto al agua y a la fertilidad. Los pozos de consumo, siempre fuera del ¨¢rea ceremonial, demuestran el domino chim¨² de las t¨¦cnicas de canalizaci¨®n. Eran agricultores en un desierto junto al mar.

Tumbas de grandes dimensiones en el ¨²ltimo patio certifican el car¨¢cter divino que ostentaban los gobernantes. Los fardos funerarios incluyeron, probablemente, valiosas piezas de oro y plata. Adem¨¢s de agricultores y navegantes, los chim¨²es fueron los grandes orfebres de la costa norte preincaica. Tan ansiado tesoro nunca se encontr¨®. Chan Chan, arrasada ya por los Incas, fue salvajemente saqueada durante el virreinato. Se cre¨ªa que bajo el barro estaban las riquezas dignas de la capital del Imperio de Chimor.

04 Bajo el Cerro Purgatorio

La monta?a de barro que se divisa desde la finca Los Horcones esconde un turbulento pasado. Escenas de sacrificios humanos y adoraci¨®n a los dioses en tierra de chamanes, hoy todav¨ªa respetados. En torno al sagrado Cerro Purgatorio, T¨²cume, a 33 kil¨®metros de Chiclayo, fue epicentro urbano de la cultura Sic¨¢n, que se remonta al a?o 700 de nuestra era. Una gigantesca extensi¨®n de 221 hect¨¢reas y una veintena de pir¨¢mides de barro.

El proyecto arqueol¨®gico ha ido desenterrando palacios y templos desde 1989, tan r¨¢pido como lo permiti¨® el presupuesto. Suele escasear, pero los tesoros de los se?ores de T¨²cume (joyer¨ªa, cer¨¢mica ceremonial, ostentosas vestimentas) terminaron por emerger. Tambi¨¦n los admirables bajorrelieves ceremoniales de la Huaca de Las Balsas (en apenas siete meses de excavaci¨®n) y la construcci¨®n en adobe m¨¢s grande del mundo, Huaca Larga, que ronda el kil¨®metro de longitud.

El complejo presume de su museo, erigido seg¨²n patrones arquitect¨®nicos y materiales tradicionales: fue premiado en 1994 por el Colegio de Arquitectos de Per¨². Pero sobre todo luce su compromiso social, con proyectos que implican a la poblaci¨®n local en la conservaci¨®n del patrimonio natural e hist¨®rico. Especialmente con los m¨¢s peque?os: existe un directorio de ni?os encargado de idear actividades l¨²dicas y educativas a un tiempo para los visitantes m¨¢s j¨®venes.