El chef tambi¨¦n entiende de espacios
Pedir un chulet¨®n cavern¨ªcola, comer colgando del vac¨ªo o atreverse con la carta de la 'barbacoa volc¨¢nica'. Diez propuestas de restauraci¨®n en los lugares m¨¢s insospechados
A 50 metros de altura o dentro de un submarino; en un igl¨² o en lo alto del Timanfaya. La ubicaci¨®n de un restaurante hace tiempo que dej¨® de tener limitaciones espaciales o geogr¨¢ficas. Desde las faldas de un volc¨¢n hasta el mism¨ªsimo fondo del mar, diez propuestas gastron¨®micas para degustar entre lo inveros¨ªmil y lo surrealista, dentro y fuera de nuestras fronteras.
El lujo de comer en las alturas
Dinner in the Sky est¨¢ ubicado en una gr¨²a y su ¨²nica mesa se encuentra suspendida a 50 metros de altura, con capacidad para 22 comensales. Es exclusivo y seguro. La idea surgi¨® en Bruselas pero hoy ya opera en m¨¢s de 15 pa¨ªses. El precio para una reserva (ocho horas de servicio) en la capital belga supera los 8600 euros.
El restaurante m¨¢s seguro del mundo
En Pisa se puede cenar en una prisi¨®n de m¨¢xima seguridad Fortezza Medicea (Volterra), donde cocineros y camareros son mafiosos, ladrones o asesinos que cumplen condena. La visita requiere un estricto control de seguridad, tanto que la vajilla es de pl¨¢stico y la cena es supervisada por guardias armados y c¨¢maras de vigilancia.
Agua en verano, igl¨² en invierno
Para poder cenar en un igl¨² en Laponia el restaurante finland¨¦s Snow Village es reconstruido cada a?o una vez alcanzados los -10? grados; en primavera su estructura siempre se derrite. La decoraci¨®n a base de hielo y nieve, combina tambi¨¦n luces y velas. La temperatura interior suele oscilar entre los -2 y -5? grados y la carta, especializada en cocina lapona, es una tabla de hielo tallado.
Cenar entre peces
A cinco metros bajo el mar se encuentra el restaurante submarino Ithaa (Isla Rangali, Maldivas). Rodeado de un arrecife de coral, tiene capacidad para 12 comensales. Conviene reservar.
Para irse (a comer) por la ramas
Ubicado sobre la cima de un ¨¢rbol llamado Gajumaru, el acceso al restaurante japon¨¦s Naha Harbor Diner (46 Ohnoyama-cho, Naha-shi, Okinawa) se realiza a trav¨¦s de una escalera de caracol o, si se prefiere, cogiendo el ascensor instalado dentro del tronco. El precio medio del men¨² es de 1500 yenes, unos 13 euros.
Izadas las velas, comienza el fest¨ªn
En proa o en popa, la cena se sirve a la luz de las velas mientras El Barco (Puerto Vell de Palam¨®s, Girona) navega. Su construcci¨®n data de 1954, y tras una profunda reforma, despliega una carta especializada en pescados, mariscos, arroces y fideu¨¢s marineros.
? http://restaurantelbarco.com
Chulet¨®n cavern¨ªcola
Un asador en el interior de una antigua cantera frente al Mediterr¨¢neo. El restaurante almeriense La Gruta se ha convertido en todo un referente gastron¨®mico de la zona por sus curiosos interiores (salones alojados en galer¨ªas subterr¨¢neas talladas en piedra caliza), as¨ª como por su amplia (y jugosa) gama de carnes. El men¨² oscila entre los 50 y 60 euros.
Un men¨² volc¨¢nico
El restaurante El Diablo, en el Parque Nacional de Timanfaya, aprovecha el calor que desprende este volcan de Lanzarote para elaborar los platos m¨¢s t¨ªpicos de de la isla. En la parte posterior se encuentra la barbacoa volc¨¢nica, un agujero en el suelo donde se asan pollos, salchichas y bistecs. El horario de apertura es de 12 a 15:30 horas y el precio de la entrada al parque ocho euros.
Siguiendo el curso del r¨ªo
En el siglo XVIII era un molino de agua alimentado por el cauce del r¨ªo c¨¢ntabro Pas. Tras una profunda restauraci¨®n en 2004, las salas interiores del Nuevo Molino (Barrio de Monse?or, 18 Puente Arce - 942 575 055) brillan por su decoraci¨®n y el atractivo escenario de su jard¨ªn exterior, que incluye un antiguo h¨®rreo asturiano (para eventos privados) y una capilla reconvertida en el Sal¨®n Hennessy, que adem¨¢s de buenos licores, cuenta con cava de puros.
Un restaurante en el granero
Si uno visita Asturias, merece la pena hacer un alto en la sidrer¨ªa El Pare¨®n (Sirviella, On¨ªs) para deleitarse con su fabada, su picadillo chocado o su arroz con leche, entre otros muchos platos. Adem¨¢s, se puede visitar el lagar en el que elaboran su propia sidra. Y degustarla despu¨¦s, claro.
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