'Slow-trekking' al son del As¨®n

Un ritmo acelerado para exprimir al m¨¢ximo los d¨ªas de vacaci¨®n choca de lleno con la pausa que reclama el elegante salto del r¨ªo As¨®n. La relajada conversaci¨®n de dos paisanos al pie de la sinuosa carretera CA-265 que contempla la cascada desde enfrente, justo en la cabecera del valle, concluye en recomendaci¨®n: antes de abandonarlo apresuradamente r¨ªo abajo, hay que dirigir los pasos hacia el verdadero nacimiento de este cauce, escueto en recorrido, gigante en posibilidades, all¨¢ en lo alto.

Una visible ruta senderista remonta desde el aparcamiento de los Collados del As¨®n hasta una balsa de agua natural formada por los constantes aguaceros que riegan el verde Concejo de Soba. En un milenario proceso de filtrado, la tierra se traga pacientemente el remanso para escupirlo con violencia algo m¨¢s abajo, en lo alto de un cortado de 70 metros.

Caminar, detenerse y contemplar

Una est¨¦tica cascada, Cailagua para los locales, presenta en sociedad al r¨ªo As¨®n. Junto al vecino torrente del G¨¢ndara, cuyo nacimiento se encuentra justo al doblar los collados, bajo la vertical Pe?a Becerra, ambos cauces dibujan un anillo casi perfecto que se cierra en la villa de Ramales de la Victoria e invita a detener el coche y echar pie a tierra. La propuesta senderista se multiplica en el Parque Natural Collados del As¨®n, gracias al escenario y a la labor del Centro de Interpretaci¨®n de La G¨¢ndara.

Desde hace tres a?os, el centro realiza una decidida propuesta por el slow trekking, es decir, recorridos senderistas de larga duraci¨®n y esfuerzo moderado, que incluyen constantes paradas para la explicaci¨®n y ambientaci¨®n del escenario a cargo del gu¨ªa acompa?ante. No se trata solo de caminar; tambi¨¦n se invita a detenerse, contemplar, escuchar y conocer lo que se mira.

El programa cuenta con 22 rutas guiadas que arrancan desde diferentes localizaciones del parque, como la Plaza de Vega de Pas, el barrio Salto del Oso de Ramales de la Victoria, el Centro Ictiol¨®gico de Arreondo o el propio aparcamiento de los Collados del As¨®n. Gratuitas, aunque es necesario reservar plaza (tiene cupo m¨¢ximo), est¨¢n perfectamente se?alizadas para quienes vayan por libre. Recorren diferentes ¨¢reas del parque con itinerarios que oscilan entre tres y siete horas de duraci¨®n. Aviso a caminantes: las m¨²ltiples pausas que se realizan para comentar y descifrar el entorno contribuyen a engordar el horario.

Las rutas presentan desniveles sencillos y dificultades muy asequibles, incluso las de mayor dureza, pues todas est¨¢n pensadas y dirigidas a senderistas no expertos. Adem¨¢s, la variedad senderista es amplia: desde una etapa del GR-74, a un tranquilo recorrido por el hayedo de La Zamina, una caminata comentada hasta la cascada del As¨®n o un itinerario para el avistamiento de aves desde el propio centro de interpretaci¨®n.

'Espeleopaseos' y ciervas rojas

El relieve c¨¢rstico del Alto As¨®n, agujereado por hasta 4.000 cuevas (de las 9.000 censadas en Cantabria), explica su virulento nacimiento: desde una de ellas, situada en un pino precipicio, el As¨®n salta al vac¨ªo. Semejante espect¨¢culo subterr¨¢neo se puede conocer y disfrutar en Ramales de la Victoria, hist¨®rica villa del Concejo. Las pinturas rupestres que conservan las cuevas de Cullalvera y Covalanas, en el Monte Pando, atestiguan la presencia de los primeros homo sapiens que poblaron la pen¨ªnsula, hace unos 20.000 a?os.

El espectacular vest¨ªbulo de Cullalvera est¨¢ acondicionado con una pasarela y pantallas de plasma: un audiovisual muestra la gruta, sus curiosos usos pasados -fue garaje durante la guerra civil- y los tesoros paisaj¨ªsticos de la comarca. La visita incluye un espect¨¢culo de luz, sonido y agua, aunque las pinturas, no se pueden admirar por motivos de conservaci¨®n y acceso: los interiores de la cueva, que se adentra un kil¨®metro hacia el coraz¨®n de la monta?a, conforman espacios demasiados estrechos y anegados de agua; el r¨ªo sigue activo ah¨ª dentro.

En Covalanas, cuyas ciervas rojas fueron descubiertas en 1903, al poco del hallazgo de Altamira, y son ya Patrimonio de la Humanidad, las representaciones de arte paleol¨ªtico se descubren en un ambiente parecido al que vivieron sus primeros inquilinos: la luz de las linternas de los gu¨ªas es la ¨²nica iluminaci¨®n, para evitar su deterioro.

Los aficionados m¨¢s esforzados a la exploraci¨®n subterr¨¢nea, o aquellos que busquen iniciarse en la espeleolog¨ªa, la Red de Cuevas del Alto As¨®n ofrece actividades guiadas (material y equipamiento incluido) de hasta cuatro niveles de dificultad. Desde asequibles espeleopaseos en cuevas tan espectaculares como Coventosa (salida inferior), joya de la espeleo vertical en Cantabria, hasta traves¨ªas para practicantes m¨¢s avanzados e incluso verdaderos expertos, como las de Cueto-Coventosa o Caballos-Valle. La Oficina de Informaci¨®n Tur¨ªstica As¨®n-Ag¨¹era - Trasmiera ofrece informaci¨®n y gesti¨®n de reservas en Ramales de la Victoria.