Vichy en Chinch¨®n

Nacido en 2009, este hotelito situado a 50 metros de la plaza Mayor y frente al Parador de Chinch¨®n no dio sus primeros pasos al tunt¨²n. Los propietarios, Faustino Mart¨ªn Sanz y Pilar Mart¨ªnez, con la ayuda de su hija Cristina, centraron su negocio en la franja de clientela que busca en las terapias orientales el remedio a sus males urbanos (el estr¨¦s, los dolores musculares) y en ese otro nicho guardi¨¢n de una dieta sana y una envidiable est¨¦tica. ?l sigue regentando con sus cinco hermanos el hotel Nuevo Chinch¨®n, en las afueras del pueblo. Y ella ha trasladado aqu¨ª el centro de belleza que pose¨ªa en Madrid.

El sitio no pod¨ªa ser m¨¢s evocador. Se dice que Lope de Vega habit¨® estos muros, desde el siglo XVIII la Posada de la Fruta. Lo interesante se oculta tras la fachada. Es el patio al aire libre, techado en invierno, que se expande jubiloso en un comedor de atm¨®sfera mesonera y cocina honrada. Deliciosos los desayunos de pan con tomate y aceite, servidos en mesa. Deliciosas tambi¨¦n las cenas.

Adem¨¢s de la clientela hospedada, el restaurante tiene su atractivo para los madrile?os que dominguean en Chinch¨®n. Es agradable venir a comer en familia, aunque no haya habido una reflexi¨®n arquitect¨®nica sobre el espacio ni sobre la decoraci¨®n del hotel, excesivamente ca?¨ª y un punto kitsch.

Solo cinco habitaciones componen el alojamiento, las cinco bien dotadas y con un tama?o m¨¢s que razonable. Mejores, las llamadas Nuestra Se?ora de la Misericordia y Nuestra Se?ora de la Asunci¨®n, divididas en dos piezas en distintos niveles: la alcoba y un sal¨®n con ventanucos a los tejados de la villa. Todas de lo m¨¢s funcionales, aunque su afectada decoraci¨®n no parece su mejor cualidad. Tampoco el sistema de calefacci¨®n por aire acondicionado, ni demasiado sano, ni muy confortable. En invierno se te quedan los pies fr¨ªos.

Una puerta en el patio conduce al epicentro subterr¨¢neo: la bodega. Aqu¨ª se mantienen los 14 grados todo el a?o, temperatura ideal para iniciarse en la cata de un vino madrile?o joven y de una calidad a veces insospechada. Este ritual depara una experiencia ¨²nica, como las muchas que Pilar y su hija Cristina ofrecen en las cabinas del spa. Masajes linf¨¢ticos, duchas desestresantes, ba?os Vichy, piscina de chorros, sillones de reposo calientes... Lo m¨¢s sorprendente y novedoso: la inmersi¨®n capsular en una ba?era multitratamiento Aquafly, por ahora la ¨²nica en la Comunidad de Madrid. ?Irresistible a la hora de la siesta!