Algo que no se puede fingir
Por qu¨¦ el encanto funciona especialmente en un mundo dominado por las franquicias
El encanto ha sido excluido de la vida moderna en el momento en el que m¨¢s lo necesitamos. Lo est¨¢ destruyendo una generaci¨®n creciente de ejecutivos con aversi¨®n al riesgo y con unos planes que pretenden lo imposible: obtener el m¨¢ximo beneficio contentando al mayor n¨²mero de gente posible.
El encanto no implica esfuerzo, pero a la vez supone una responsabilidad. Y tambi¨¦n requiere un grado de honradez e integridad: no es algo que se pueda fingir (aunque el sector servicios estadounidense haga grandes esfuerzos), y eso precisamente lo convierte en una cualidad tan especial.
El encanto es completamente humano: tiene que ver con el car¨¢cter y la individualidad. Ya sea un hotel o una calle, una ciudad o una tienda, un aeropuerto o un caf¨¦, cuando resulta encantador es porque hay algo en eso profundamente humano con lo que conectamos, ese efecto fruto del uso frecuente o esa familiaridad de una rutina perfeccionada. No hay nada encantador en Dub¨¢i, donde chocan rascacielos con autopistas de 12 carriles; o llamadas telef¨®nicas automatizadas.
El encanto tiene que ver con la convicci¨®n ?tener una opini¨®n, seguir un instinto, alimentar una pasi¨®n?, no con preguntarle a mil personas lo que piensan y tratar de quedar bien a medias con todos. Internet no solo carece de encanto por resultar vac¨ªo de interacci¨®n humana: tambi¨¦n es una herramienta a trav¨¦s de la cual todo el mundo tiene derecho a opinar. Desde un hilo de comentarios hasta el veneno de TripAdvisor, Internet da voz a un mill¨®n de comentaristas de sof¨¢ y anima tanto a la gente como a las empresas a "andarse con cuidado" para agradar a las masas.
El encanto no es cuantificable, por eso los asesores de empresas y los poseedores de MBA lo pasan por alto. Las decisiones que se toman en la sala de reuniones acerca del futuro de una ciudad, de un edificio o de una empresa no tienen en consideraci¨®n la importancia del encanto. Apostar por una cualidad no medible en datos y cifras se considera el mayor de los riesgos, y sin embargo podr¨ªa decirse que el encanto es el factor m¨¢s importante para proteger negocios ya existentes, lo cual es incalculable en el clima financiero actual.
El encanto es tambi¨¦n fr¨¢gil: no es algo que puedas comprar (de nuevo Dub¨¢i), sino que lleva su tiempo cultivarlo y requiere protecci¨®n porque, una vez que se pierde, es casi imposible de reinstaurar.
Por todas estas razones hemos decidido que el encanto ocupe un lugar destacado en 2012. En los textos siguientes hemos seleccionado propuestas clave con encanto; cada una de ellas lleva a cabo a la perfecci¨®n su tarea sin precisar asesor¨ªa alguna en la gesti¨®n. Es un canto a la guerra. O a lo mejor, una guerra con encanto.
? Hugo Macdonald es editor de la secci¨®n de dise?o de la revista Monocle.
? Traducci¨®n de los textos de Mercedes Cebri¨¢n
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