24 horas en Huelva
El pueblo del algodonoso Platero y el puerto del que zarp¨® Col¨®n y los dos hermanos capitanes. Flamencos en las marismas del Odiel y 30 kil¨®metros de playas: las de Mazag¨®n y Punta Umbr¨ªa
Poca gente, fuera de Huelva, sabr¨ªa decir qu¨¦ dos r¨ªos abrazan la ciudad. Y si se preguntara al voleo de d¨®nde viene el gentilicio onubense, de la Onuba tart¨¦sica o de las nubes de mosquitos que se forman en las marismas, la respuesta m¨¢s com¨²n ser¨ªa: "Ni flores". Preg¨²ntese, en cambio, cu¨¢l es el club de f¨²tbol m¨¢s antiguo de Espa?a. La mayor¨ªa contestar¨¢, sin dudarlo, "El Recre", y no faltar¨¢ quien puntualice que fueron los ingleses los que trajeron el balompi¨¦ a estas tierras. O sea, que lo poco que sabemos de Huelva es porque sabemos mucho de f¨²tbol, quiz¨¢ demasiado.
8.00 El legado ingl¨¦s
Un buen lugar para empezar a conocer Huelva es el muelle del Tinto (1), donde los onubenses que se cuidan van a andar y a trotar de ma?anica. En realidad, no est¨¢ en el r¨ªo Tinto, sino en el Odiel, junto al puerto pesquero, pero le dicen as¨ª porque en ¨¦l descargaban los trenes de la Rio Tinto Company Limited, procedentes de las famosas minas de cobre. Construido en 1876 por George Barclay Bruce, este mecano de 1.165 metros sali¨® bueno, porque estuvo en activo 99 a?os y ahora, jubilado, sigue prestando un servicio l¨²dico y haciendo bonito. El paseo por las dos plantas del muelle se puede prolongar para ver otras construcciones emblem¨¢ticas de aquella edad de oro (de cobre m¨¢s bien): la estaci¨®n de Sevilla (2), obra neomud¨¦jar de 1880; la Casa de Col¨®n (3), antiguo hotel y sede de la compa?¨ªa minera, donde en 1889 se fund¨® el Huelva Recreation Club, luego Recreativo de Huelva, y el barrio obrero de Reina Victoria (4), de inequ¨ªvoco estilo ingl¨¦s.
10.00 Lugares colombinos
Otra edad venturosa, la de los descubrimientos, se puede rastrear bajando en coche hasta la punta del Sebo, donde se juntan el Tinto y el Odiel. Aqu¨ª se levanta desde 1929 el monumento a la Fe Descubridora (5), un coloso de 37 metros que no representa a Col¨®n, como mucha gente cree, sino a un monje de La R¨¢bida. En la otra orilla del Tinto se encuentra el Muelle de las Carabelas (6) (www.diphuelva.es; 959 53 05 97), donde se exhiben tres r¨¦plicas de las famosas naos; y en la colina que hay detr¨¢s de este, el monasterio de La R¨¢bida (7) (www.monasteriodelarabida.com; 959 35 04 11), cuyos frailes acogieron a Col¨®n y convencieron a la reina Isabel de que no estaba loco. Encantador el claustrillo mud¨¦jar. Muy cerca queda Palos de la Frontera (8), puerto de partida del primer viaje a Am¨¦rica y madre de 60 de los 90 marineros que lo hicieron, incluidos los Pinzones.
12.00 Juan Ram¨®n y el pino centenario
A siete kil¨®metros de Palos, r¨ªo Tinto arriba, aparece, rodeado de fresales, el impecable caser¨ªo blanco de Moguer (9), en cuyo monasterio de Santa Clara (959 37 01 07) vel¨® una noche Col¨®n, cumpliendo el voto realizado cuando una tempestad estuvo en un tris de echar a pique la Ni?a. El claustro mud¨¦jar de las Madres es el cielo hecho patio. Hay que visitar la Casa-Museo Zenobia y Juan Ram¨®n (www.fundacion-jrj.es; 959 372 148), donde el poeta moguere?o vivi¨® su infancia y juventud. Y luego regresar a Huelva dando un rodeo por Mazag¨®n. Sobre una duna f¨®sil de 40 metros de altura, en mitad de una playa salvaje de 13 kil¨®metros, est¨¢ el parador de Mazag¨®n (10) (www.parador.es; 959 53 63 00). Es un hotel que envicia, del que cuesta moverse. Al lado hay un pino pi?onero de 300 a?os y porte rastrero, que semeja un monstruoso cefal¨®podo surgido de las profundidades.
13.30 Tapas cl¨¢sicas y modernas
De vuelta en la ciudad, lo mejor es aparcar en el Mercado Nuevo (o en el solar del viejo) y acercarse a la plaza de las Monjas (11) el coraz¨®nde Huelva. En la calle de la Concepci¨®n (12) se amontonan las tiendas. Y en la de V¨¢zquez L¨®pez (13), los buenos bares de tapas. Si apetecen cl¨¢sicas, el sitio es Azabache (959 25 75 28): montaditos de ib¨¦rico, gambas rebozadas, chocos... Si modernas, La Fonda de Mar¨ªa Mandao (959 25 78 93): salmorejo con chips de berenjena, langostinos en hamburguesa, piruleta de choco, gulas y gambas... Otra zona para comer es la plaza de la Catedral (14), donde se deben probar los platos tradicionales -el tollo con tomate o la raya al piment¨®n- de Jeromo (959 26 16 18), el choco al triki triki de Pepe de la Rosa (959 24 35 93) y el pesca¨ªto frito de Paco Moreno (959 24 30 48). Y otra, la vecina Punta Umbr¨ªa (15), donde es famosa la rodaja de corvina a la plancha del chiringuito El Tabla, en la playa de la Canaleta.
16.00 Por las marismas
En Huelva, cuando se habla de ir a la playa es a las playas de Punta Umbr¨ªa. All¨ª se va en la Canoa (www.canoadepuntaumbria.es; 959 31 19 01), que es el barco de toda la vida, el que parte del muelle de Levante (16) cada dos horas (solo en verano) y atraviesa las marismas por el canal del Burrillo. O en bicicleta, siguiendo el carril bici que sale de la ciudad por el viejo puente Sif¨®n. O en coche, claro. Si se opta por la v¨ªa terrestre, cabe desviarse nada m¨¢s cruzar el r¨ªo para visitar las marismas del Odiel (17). La carretera que atraviesa el parque bordea monta?as de sal, nubes rosas de flamencos y una playa del fin del mundo, la del Espig¨®n. El centro de visitantes est¨¢ en el kil¨®metro 2,5 (www.pnmarismasdelodiel.com; 959 50 90 11).
18.00 El origen tart¨¦sico
Para el que se aburre en la playa, y viendo p¨¢jaros tampoco se emociona, hay dos alternativas culturales: Las Cocheras del Puerto (18) (959 49 31 00), sala de exposiciones y espacio esc¨¦nico en un edificio de arquitectura industrial de 1912 primorosamente rehabilitado, y el Museo de Huelva (19) (www.juntadeandalucia.es/cultura/museos/MHU; 959 65 04 24), en la Alameda Sundheim, donde se exhiben los hallazgos tart¨¦sicos del Cabezo de la Joya. Los cabezos son las colinas que salpican la ciudad, en los que naci¨®.
20.30 Puesta de sol en Mandala
En otro cabezo, el del Conquero, tiene su casa la patrona de Huelva, Nuestra Se?ora de la Cinta (20) (959 15 51 22). Muchos onubenses suben aqu¨ª por devoci¨®n, pero otros solo por ver c¨®mo el ¨²ltimo sol se espeja en las marismas. El ¨²nico mirador que le hace la competencia es el Mandala (21) (avenida de Manuel Siurot, s/n; www.mandalahuelva.com), un lounge-bar con decoraci¨®n oriental que est¨¢ en el mismo cabezo y, por tanto, goza de id¨¦nticas vistas y atardeceres. Tambi¨¦n curioso es el Berdig¨®n 14 (22) (www.facebook.com/berdigon14), que se encuentra en esa c¨¦ntrica calle y n¨²mero, en la casa m¨¢s antigua de la ciudad, del siglo XVI, y conserva un empedrado que (dicen) era de una calzada romana.
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