'Trufiturismo'

Una de las iniciativas que demuestran la existencia de Teruel, y de la sierra de G¨²dar, a¨²na el dise?o, la gastronom¨ªa, el bienestar termal y el turismo. Sus promotores no quieren reconocerse como hoteleros, ni que La Trufa Negra se denomine hotel, sino m¨¢s bien un complejo con habitaciones, apartamentos, mas¨ªa para banquetes, spa y un restaurante especializado en la gastronom¨ªa de la trufa. O lo que es igual, un emprendimiento de trufiturismo, como indican en su blog.

Casi al borde del r¨ªo Mora, coronado en alero de madera y teja, sorprende tanto desparpajo estil¨ªstico a un lado de la carretera que atraviesa Mora de Rubielos. Si la fachada confunde -cae en el falso pintoresquismo de muchas arquitecturas que quieren ser de monta?a-, sus interiores pasan por ser funcionales, neutros, como los de cualquier hotel urbano contempor¨¢neo. Y en algunas zonas, efectistas, como se reclama a s¨ª misma la arquitectura del turismo experiencial. Hay cierta sofisticaci¨®n en los materiales, as¨ª como en la elecci¨®n de las texturas. Y en el mobiliario: plasmas colgados, butaquitas de revista, cristales tintados, bordes y superficies retroiluminados... Poco habitual en alojamientos de monta?a.

En invierno, el complejo aposenta a los esquiadores que viven su pasi¨®n en la cercana estaci¨®n de Javalambre. En todo tiempo se puede descubrir el mundo de la recolecta de la trufa con perros adiestrados en la mas¨ªa de 50 hect¨¢reas vinculada al complejo (salida todos los s¨¢bados del a?o). La cosecha se paladea despu¨¦s en el restaurante del hotel, Melanosporum, en honor de la trufa (Tuber melanosporum) de Teruel. L¨¢stima que el desayuno no proporcione la misma satisfacci¨®n.

Los sedentarios pueden ocuparse en la zona ciberapa?ada de la cuarta planta, donde mal que bien comparten espacio una biblioteca y una sala de juegos para ni?os. O en el spa.

De noche, los colores interiores se vuelven m¨¢s titilantes. En las habitaciones predominan los tonos neutros, la iluminaci¨®n focal hal¨®gena y una decoraci¨®n b¨¢sica de cuadritos verticales y espejos rectangulares. Una peque?a mesa de trabajo disputa el espacio a un pesado estor veneciano incomprensiblemente instalado detr¨¢s de una cortina. Algo inc¨®moda resulta la ducha, dentro de la ba?era. Eso s¨ª, los colchones son c¨®modos y de buen apresto. En las del piso superior, abuhardilladas, hay un buen sof¨¢ para repantingarse y escuchar los sonidos olvidados del silencio.