Gu¨ªa ¡®El Viajero¡¯ de Sevilla

LA CIUDAD

A pesar de que la tradici¨®n tiene un gran peso en la ciudad, Sevilla lucha por salir de los t¨®picos que siglo tras siglo se han ido anclando y lastran, en cierto modo, su progreso. Tan antigua como moderna, la celebraci¨®n de la Expo¡¯92 supuso una renovaci¨®n completa que la aproxim¨® a Europa, dando a conocer otros aspectos menos conocidos de su vida y desarrollo interior. De esto hace ya 20 a?os y ahora, los movimientos sociales y culturales populares tratan de darle otro impulso para hacerla m¨¢s abierta al mundo actual.

El r¨ªo Guadalquivir, que parece vivir ajeno a la ciudad, divide en dos mitades la urbe, haciendo que cada una de ellas tenga su propia identidad. Por un lado el barrio de Triana con una historia ligada al r¨ªo por ser el antiguo barrio de pescadores. Y a la otra orilla, El Arenal y sus aleda?os, m¨¢s urbanita, m¨¢s encerrada es s¨ª misma. El tapeo es rey del deporte local, saliendo en bandadas pr¨¢cticamente todos los d¨ªas y a cualquier hora, miles de deportistas para practicarlo. En cuanto a la elaboraci¨®n de la tapa se ha refinado mucho en los ¨²ltimos tiempos y la oferta trasciende los cl¨¢sicos montaditos de pring¨¢, los serranitos o las espinacas con garbanzos. Pudi¨¦ndose degustar en muchos de sus bares y restaurantes delicias como el Tataki de at¨²n, el Rissoto al Idiazabal o la Merluza en Tempura Negra con salsa de Romesco. No hay problema, tanto los cl¨¢sicos como los de ¨²ltima generaci¨®n son id¨®neos para conocer y saborear la gastronom¨ªa sevillana. Seguro que a su partida, el viajero, se habr¨¢ configurado como un deportista m¨¢s.

Se hace imprescindible un paseo, con parada y tapa, por la calle Betis de Triana. Y al otro lado del r¨ªo por la Alameda de H¨¦rcules, donde no solo se podr¨¢ tapear sino tambi¨¦n finalizar la velada en uno de sus numerosos Pubs. Aunque si limitamos el tapeo a estas dos zonas, es hacerle un menosprecio a la variada y extensa oferta que cualquier barrio pone a disposici¨®n del viajero. Alejarse del tumulto y del bullicio del centro seguro que acabar¨¢ en m¨¢s de un autentico descubrimiento. El Museo de Bellas Artes es la joya de los museos sevillanos. Obras de Zurbar¨¢n, Murillo o Vald¨¦s Leal coronan las salas convirtiendo su visita en una aut¨¦ntica experiencia ¡°espiritual¡±.

En el Parque de Mar¨ªa Luisa se encuentran el Museo de Artes y Costumbres Populares, en un edificio de estilo mud¨¦jar y el Museo Arqueol¨®gico, neo renacentista. Los edificios de ambos hacen que los museos se comiencen a disfrutar mucho antes de realizar la visita. Completan la oferta de ocio el ¨²nico Parque Tem¨¢tico urbano de Espa?a, Isla M¨¢gica. Ambientado en el descubrimiento de Am¨¦rica, los piratas y corsarios, har¨¢n que los ni?os encierren a sus padres durante todo el d¨ªa priv¨¢ndoles de la gustosa pr¨¢ctica del deporte local. No todo en Sevilla ronda en torno a la gastronom¨ªa, la ciudad ofrece al visitante otros sabores que la hacen ¨²nica y especial. Fuera de los t¨®picos feriantes y semanasanteros, el pasear por el Barrio Santa Cruz, callejear por sus aleda?os, contemplar La catedral y El Alc¨¢zar posiblemente haga que el visitante se plantee si no es verdad la idea de los sevillanos de que Sevilla es lo mej¨® der mundo.

DORMIR

COMER

LA NOCHE

Para tomar un c¨®ctel

• La Carboner¨ªa (www.levies18.com/ calle Lev¨ªes, 18, 954 22 99 45). Recibe el nombre por ser antiguamente un almac¨¦n de compra venta de carb¨®n. Su historia como espacio, no s¨®lo de copas sino tambi¨¦n de cultura y reivindicaci¨®n, est¨¢ repleta de figuras del arte y de la vida bohemia de la ciudad.


• Gastrosol (www.gastrosol.es, 954 21 72 25. Plaza de la encarnaci¨®n). Tras la pol¨¦mica lleg¨® la admiraci¨®n. Muy criticadas en su momento, hoy d¨ªa es un referente de la ciudad y una visita ineludible.


• Rep¨²blica Caf¨¦ S. C. (954 90 94 35, plaza de la Alameda de H¨¦rcules, 27). Ideal para tomar un caf¨¦ a media tarde, unas tapas al anochecer o una copa por la noche. Decoraci¨®n modernista, wifi gratis y actuaciones en directo hacen de este espacio un lugar para la integraci¨®n cultural.


• Groucho (www.grouchobar.com/ 657 53 34 71, Federico S¨¢nchez Bedoya, 20). Tras m¨²ltiples cambios de gestores, es en el a?o 2007 cuando este local se consolida como s¨ªmbolo de sofisticaci¨®n, exclusividad, m¨²sica, diversi¨®n y ocio.


• KuD¨¦Ta (www.kudetasevilla.es/, 954 65 10 11, Centro Comercial Plaza de Armas). Ambiente Chill Out en un lugar privilegiado, la antigua estaci¨®n de tren de Sevilla convertida en centro comercial.

Clubes

• Caf¨¦ Jazz Naima (www.naimacafejazz.com/, 954 38 24 85, calle de Trajano, 47) Todos los jueves ofrecen mucho Jazz y Blues. La renovaci¨®n es constante incorporando las tendencias actuales pero muy atentos para no perder de vista lo esencial.


• Sala Custom (www.salacustom.com, 957 49 75 01, calle Metalurgia 25). El nuevo espacio de conciertos ha renovado tanto el equipo de sonido como la ac¨²stica del local para garantizar una mejor calidad del sonido.


• Sala Malandar (http://malandar.net/, 954 37 01 88, calle torneo, 43). Conciertos en directo de los m¨²sicos m¨¢s variados en una sala que cuida tanto la actuaci¨®n como la decoraci¨®n y el ambiente.


• Sala Antique Theatro (www.antiquetheatro.com, 954 46 22 07, calle Matem¨¢ticos Rey Pastor y Castro, s/n). Mucho m¨¢s que una sala de conciertos, un lugar referente en la vida nocturna de la ciudad.

QU? HACER

De Triana a la Isla M¨¢gica

• Mercado de Triana (http://mercadodetriana.es/, plaza del Altozano, 16-20). Est¨¢ situado en un lugar privilegiado pues ofrece sus productos en la parte superior de lo que antiguamente fue la cripta del castillo de San Jorge. Hoy est¨¢ restaurado y sus bajos albergan el Centro Tem¨¢tico del Castillo de San Jorge, dedicado a la interpretaci¨®n sobre la opresi¨®n religiosa, social y cultural que ejerc¨ªa el Tribunal de la Inquisici¨®n, instaurado en Sevilla por los Reyes Cat¨®licos. Antes realizar la compra se puede hacer una visita a dicho centro y despu¨¦s de la misma tapear en unos de sus bares a precios y calidades inmejorables.


• Metrosol Parasol (www.metropolsevilla.com/, 650 92 12 15, plaza de la Encarnaci¨®n). El espacio naci¨® rodeado de pol¨¦mica, tanto por el coste como por el tiempo de su construcci¨®n y por la est¨¦tica. Pronto pas¨® a llamarse simplemente ¡°Las Setas¡± y ha tenido bastante notoriedad por haber sido elegido como centro de actividad del movimiento 15M. Lo cierto es que se ha convertido en una referencia tur¨ªstica de la ciudad. Precisamente por lo original de su est¨¦tica, por la posibilidad de hacer un paseo y disfrutar de unas vistas espectaculares y tambi¨¦n por la visita al Anticuarium. El museo que expone los importantes restos romanos que se descubrieron durante la construcci¨®n.


• Sala El Cachorro (954 34 46 79, calle Procurador, 19). Con el fin de crear un espacio abierto a la vida cultural de la ciudad, donde todo aquel que lo desee pueda poner en marcha una idea, naci¨® este lugar de ensayo y de representaciones teatrales. Un lugar de encuentro tanto de principiantes como de artistas consagrados para compartir alrededor de una ¡°cervecita¡±, una copa o un caf¨¦ sus inquietudes culturales.


• ¡®Noches en los Jardines del Real Alc¨¢zar¡¯. (www.patronato-alcazarsevilla.es, 901 21 48 48, acceso por la Puerta de la Alcoba). 75 conciertos en el cenador de la Alcoba del Real Alc¨¢zar, del 11 de junio al 24 de agosto. Un espect¨¢culo que se repite a?o tras a?o y en el que cada funci¨®n deleita todos los sentidos del espectador.


• ¡®IV Noches en el Palacio de la Buhaira¡¯. (65740 42 16, Av de la Buhaira, s/n). M¨²sica y teatro se dan cita este verano en el Palacio Almohade de la Buhaira. Mandado a construir en 1171 por el califa Abu Ya Qub Yusuf. Del 21 de junio y hasta el 2 de septiembre nueve compa?¨ªas mostraran sus obras en este enclave tan extraordinario.


• Isla M¨¢gica. (www.islamagica.es, 902 16 17 16, Isla de La Cartuja). Ambientado en el descubrimiento de Am¨¦rica, con diferentes zonas tem¨¢ticas y de atracci¨®n, dependiendo de la edad del visitante, har¨¢ las delicias tanto de grandes como de los m¨¢s peque?os.

Los barrios

• Triana. Existe la teor¨ªa, entre otras, de que recibe su nombre del emperador Trajano nacido en la cercana It¨¢lica. Su posici¨®n privilegiada, a la orilla del Guadalquivir, le ha hecho ser clave en la historia de la ciudad. Siendo el Castillo de San Jorge su valuarte defensivo y sede de la Inquisici¨®n. En la actualidad se ha convertido en un mercado digno de visitar. No se conoce bien Sevilla si no se pasea por sus calles y se deja uno impregnar de su popular idiosincrasia. Destaca tambi¨¦n por la producci¨®n y venta de cer¨¢mica de origen ¨¢rabe t¨ªpica del lugar llamada cer¨¢mica trianera.


• Distrito Casco Antiguo. Aglutina diferentes barrios como el de San Lorenzo, El Arenal o el de Santa Cruz; todos con un denominador com¨²n: La continua sucesi¨®n de iglesias, parroquias o bas¨ªlicas junto a palacios, casas se?oriales y una creciente oferta, m¨¢s profana, de bares de tapas y restaurantes para todos los gustos. La Catedral, que por cierto es la de estilo g¨®tico con mayor superficie del mundo, junto al Archivo de Indias y el Real Alc¨¢zar est¨¢n denominadas como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. La Casa Pilatos, sin dicho t¨ªtulo pero con igual relevancia hist¨®rica y arquitect¨®nica, son las visitas imprescindibles de la ciudad.


• Barrio de San Lorenzo. Situado en pleno centro hist¨®rico destaca por albergar en la plaza del mismo nombre una de las Bas¨ªlicas m¨¢s emblem¨¢ticas de la ciudad, la Bas¨ªlica Menor de Jes¨²s del Gran Poder. El edifico de reciente construcci¨®n (1965) est¨¢ inspirado en el Pante¨®n romano de agripa. Su fachada forma ¨¢ngulo con la iglesia parroquial de San Lorenzo, del siglo XIII y estilo g¨®tico-mud¨¦jar. A su lado se encuentra la Alameda de H¨¦rcules, una de las principales zonas de la movida sevillana. Todo visitante, tarde o temprano, pasar¨¢ por aqu¨ª para tapear o tomarse una copa.


• Sierpes y Tetu¨¢n. No es un barrio en s¨ª mismo, pero son dos calles muy populares aleda?as al Ayuntamiento y a La Catedral donde las grandes marcas se han afianzado y junto a la avenida de La Constituci¨®n conforman la ruta de compras y el ¡°pase¨®dromo¡± de la ciudad. Numerosos artistas, m¨²sicos y artesanos ofrecen sus virtudes a cambio de la voluntad.


• El Arenal. Situado junto a la Torre del Oro da cobijo a Las Reales atarazanas, astilleros sevillanos donde se constru¨ªan las Calaveras, esas con las que se descubri¨® el nuevo mundo. Hoy d¨ªa despu¨¦s de numerosos cambios, el nivel del suelo ha subido siete metros y sus calles est¨¢n pr¨¢cticamente configuradas como atracci¨®n tur¨ªstica, para captar con sus bares y tiendas de artesan¨ªa local a los visitantes. La Plaza de Toros de La Maestranza figura como una de las visitas imprescindibles.


• Santa Cruz. En la Edad Media era el barrio jud¨ªo. Situado en el centro hist¨®rico, al lado de la Catedral, es en la actualidad el m¨¢s visitado de Sevilla. Sus callejones blancos y estrechos para protegerse de los calores del verano, trasladan al visitante a otros tiempos, y lo enredan en un laberinto de intrigas, celos e historias de amor. Repleta de bares y restaurantes para tapear adem¨¢s de numerosas tiendas, ideales para adquirir el t¨ªpico recuerdo sevillano.


• Macarena. Sede de la bas¨ªlica de La Macarena cuya Virgen desata pasiones entre los sevillanos. El edificio de estilo neobarroco se sit¨²a a pie de los restos de la antigua muralla que rodeaba la ciudad y a la puerta del mismo nombre y estilo. A su lado se encuentra el Hospital de Las cinco Llagas, sede del Parlamento andaluz y cuyo edificio representa una de las mejores muestras de la arquitectura renacentista.


• Los Remedios. Es el siguiente barrio a continuaci¨®n de Triana. Su especial menci¨®n reside en que es el que acoge la famosa Feria de Abril, la primera f¨¢brica de tabaco de Espa?a y el Parque de Los Pr¨ªncipes. Adem¨¢s, junto al barrio de Nervi¨®n, destaca por la actividad econ¨®mica de sus comercios, ¨²ltimamente bastante deteriorados a cusa de la crisis.


• El Porvenir. Es el gran desconocido incluso para los sevillanos. Pasear y admirar algunos de sus palacetes de principio del siglo XX se convierte en un aut¨¦ntico placer.