El bar de la pel¨ªcula ¡®Grupo 7¡¯

No es una iglesia, ni un pub. Tampoco un bar cofrade propiamente dicho, ni una taberna de barrio. El Garloch¨ª es un bar sin igual, principalmente por su decoraci¨®n. Nada m¨¢s entrar parece una t¨ªpica casa sevillana, pero entonces nos recibe un altar en el que, dependiendo de la ¨¦poca del a?o y de la festividad religiosa, se rinde culto al Corpus Christi, a las im¨¢genes de Semana Santa o a la Virgen del Roc¨ªo. Al cruzar la puerta, todo se multiplica: es Semana Santa. Terciopelos rojos, mantones de Manila, esculturas de la Inmaculada, de cristos y santos, cortinas del siglo XVIII, candelabros, cari¨¢tides de caoba en la barra¡­ Un derroche barroco en forma de bar en la calle Boteros (n¨²mero 26).

Miguel Farragoso mont¨® este bar en 1978, y desde entonces empez¨® a cargar de m¨¢s y m¨¢s elementos su decoraci¨®n. ¡°La gente se queda impresionada y les gusta. Si cobrara por cada foto que se hace aqu¨ª, ser¨ªa millonario. Pero no hay nada de sacr¨ªlego: si las im¨¢genes han estado bendecidas o en una iglesia, no est¨¢n en el bar. Tenemos mucho respeto¡±, explica el due?o.

Su clientela es diversa, desde matrimonios a j¨®venes, pasando por todo tipo de turistas. Y todos vienen por el reclamo de sus bebidas: el Agua de Sevilla, un c¨®ctel que se sirve por jarras o medias jarras y su bebida estrella, la Sangre de Cristo. La Sangre de Cristo es una mezcla de champ¨¢n rosado, granadina y whisky con mucho hielo y que tiene un intenso color rojo. El due?o cuenta que lo bautiz¨® as¨ª ni m¨¢s ni menos que Madonna, que visit¨® el local en 1992. ¡°Consult¨¦ al Tribunal Eclesi¨¢stico y me dijeron que no era blasfemo¡±, ratifica Farragoso.

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Para muchos sevillanos es a¨²n un lugar desconocido, pero el bar se present¨® al mundo en la pel¨ªcula ¡®Grupo 7¡¯, donde era el lugar de reuni¨®n de los protagonistas. Muchos piensan al ver el filme que es un decorado, pero no solo existe, es que el verdadero grupo policial que inspir¨® la pel¨ªcula estuvo en el bar antes de la Expo del 92. Un bar con historia y banda sonora de cornetas y tambores, pero con las puertas abiertas para todo aquel que quiera tomarse una copa entre terciopelos y retratos de personajes como la duquesa de Alba.

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