Su alteza Carlinhos

Carlinhos Brown se fue a dar un concierto a Marruecos y aprovech¨® para conocer Marraquech. Al cantante, que act¨²a ma?ana en Cartagena dentro del festival La Mar de M¨²sicas, le invadi¨® una sensaci¨®n de felicidad al recorrer la ciudad.

?Qu¨¦ le transmiti¨® tanta alegr¨ªa?

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Me invit¨® la embajada a actuar en un certamen musical donde estaban Elton John, Julio Iglesias, Sting¡­ El p¨²blico nos aportaba mucha energ¨ªa.

?Les trataron bien?

Muy bien. Y el propio rey vino a saludarnos. Pero lo m¨¢s gracioso fue que un hombre me confundi¨® una tarde con un rey por mi indumentaria, sobre todo por mi gorro y mi collar.

?Se le dispararon las endorfinas?

Me sent¨ª como si estuviera visitando algo muy familiar: los sonidos, el ambiente callejero¡­ Creo que Marruecos tiene muchos ecos de Espa?a, y viceversa.

?Prob¨® las delicatessen locales?

No dej¨¦ de comer cusc¨²s marroqu¨ª en todo el viaje, por la ma?ana, por la tarde y por la noche. Me enamor¨¦ del sabor.

Nada pod¨ªa salir mal.

Bueno, en un hamman me dieron un masaje muy f¨ªsico: me golpearon, me tiraron al suelo¡­ pero sal¨ª relajad¨ªsimo.

?C¨®mo se puede ser tan feliz?

Dej¨¢ndote llevar por la gente, las experiencias, y poni¨¦ndole m¨²sica a todo. Conoc¨ª a muchas personas que me introdujeron en los sonidos marroqu¨ªes. Hay m¨²sica en el lenguaje, al pasear por la calle, los mercados¡­

?Le influenciaron los sonidos?

Compr¨¦ varios instrumentos de percusi¨®n. Suenan diferente, como ex¨®ticos. Volv¨ª a Brasil con una sensaci¨®n de bienestar.

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