Lecciones de ingl¨¦s en una casa de campo en Galway

La encontraron casi por azar, dando vueltas con el coche por el condado de Galway. Entonces, hace ocho a?os, la vieja casa de campo (cottage) de piedra blanca y techo vegetal era solo un recuerdo de la vivienda que un d¨ªa fue, pero Marta Fabregat, castellonense criada en una mas¨ªa del Maestrazgo, y Kith, irland¨¦s, supieron enseguida que hab¨ªan encontrado su lugar en este rinc¨®n de Gort, al oeste de Irlanda.

Este cottage, de m¨¢s de 200 a?os de antig¨¹edad, se llama ahora An Tion¨®l, que en irish significa lugar de encuentro; porque aqu¨ª, donde termina la estrecha carretera en medio del paisaje, confluyen muchos mundos: un ejemplo de pura vida irlandesa, una vuelta a los or¨ªgenes y el ingl¨¦s como lenguaje universal.

Por eso, el hogar de Marta y Kith es m¨¢s que el t¨ªpico bed and breakfast: ofrecen alojamiento en caba?as de madera junto al cottage, y desayuno (y comida y cena) con productos que son como dar un mordisco a la tierra. Basta con coger los huevos del corral o salir al huerto para tener la despensa m¨¢s fresca. ¡°En verano, producimos tomates, patatas, cebollas... Ahora en invierno, a pesar del fr¨ªo, seguimos teniendo mucho verde. Hay determinadas verduras que se conservan bajo tierra y las recogemos seg¨²n las vamos necesitando¡±, explica Marta, mientras recolecta los brotes tiernos de lechuga para preparar una ensalada.

La vida en esta finca irlandesa (Derreen, Kilbeacanty, Gort. Co Galway; 00353 872031764), rodeada de ¨¢rboles, se alimenta de lo natural pero tambi¨¦n ense?a; la vieja casa de campo es tambi¨¦n una escuela de ingl¨¦s. Las clases one to one pueden surgir al calor de la cocina antigua de le?a. O dando un paseo. O leyendo un libro. Aprender y mejorar el idioma, asegura Marta, en la rutina del d¨ªa a d¨ªa. ¡°Nos basamos en el proceso natural de aprendizaje, en la inmersi¨®n en el idioma. Lo que hacemos es apoyar y fomentar los intereses que tiene cada uno por medio del ingl¨¦s, algo que tambi¨¦n lo aplicamos con nuestros hijos¡±.

Los propietarios son educadores, de los que piensan que es mejor formar y acompa?ar en casa que en la escuela. Pero no pierden de vista, tampoco, la vida en comunidad: ¡°Apoyamos las actividades culturales de Gort. Abrimos las puertas del cottage a conciertos de m¨²sicos locales, como lo hicieron en su momento los antiguos propietarios. Y tambi¨¦n colaboramos con diversas ONG, actividades a las que se puede sumar todo el mundo¡±, detalla Marta.

Son oportunidades para sumergirse en la realidad de un peque?o pueblo irland¨¦s, para descubrir la esencia rural que todav¨ªa resiste al oeste de Irlanda.

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