Hemingway tambi¨¦n estuvo en Valencia

Tal vez tardemos menos en leer un libro de Ernest Hemingway (1899-1961) que en hacer una lista fidedigna de las ciudades que visit¨® el escritor a lo largo de su vida. Las primeras que se nos pasan por la mente son Chicago, Par¨ªs, La Habana, Pamplona, sin embargo, Valencia es bastante desconocida en lo que se refiere a la vida del escritor estadounidense, autor de Adi¨®s a las Armas, Por qui¨¦n doblan las campanas, El Viejo y el Mar, por s¨®lo nombrar algunas de sus obras m¨¢s famosas.

As¨ª como los primeros amores nunca se olvidan, para un escritor su primera novela goza del mismo reconocimiento. Y fue en Valencia donde Hemingway empez¨® a escribir Fiesta, su primera novela que lo lanz¨® al panorama internacional. Comenz¨® este libro a mediados de 1925, y actualmente dos hoteles comparten todav¨ªa el privilegio de haber alojado al novelista: el Hotel Reina Victoria y el Hotel Ingl¨¦s, ambos situados a solo unos pasos de la Plaza del Ayuntamiento.

Los dos edificios conservan la misma fachada desde aquellos tiempos en los que el escritor sacaba a pulso -en sus habitaciones- las primeras frases de lo que ser¨ªa el libro sobre sus andanzas en Espa?a, y que escribi¨® en homenaje a la figura del torero Cayetano Ord¨®?ez, que ¡°a los 19 a?os rivaliz¨® con Belmonte y a los 20 ya no era nada, una estrella fugaz¡±.

Hemingway, que viv¨ªa entonces en Par¨ªs, sab¨ªa que mientras la capital francesa estaba nublada en Valencia pod¨ªa encontrar, adem¨¢s de las corridas de toros, un clima mucho m¨¢s benigno y un cielo azul m¨¢s intenso. No por nada Valencia es reconocida como un destino con m¨¢s de 300 d¨ªas de sol al a?o.

A eso habr¨ªa que agregar que la gastronom¨ªa valenciana lo enamor¨® por completo. ¡°En Valencia es condenadamente estupendo comer en la playa o en la ciudad un buen mel¨®n con una jarra de cerveza muy fr¨ªa¡±, dec¨ªa por medio de una carta a un amigo.

Aqu¨ª fue donde el joven escritor, mucho m¨¢s delgado y con un cuidado bigote, recorr¨ªa las calles del centro y se perd¨ªa inevitablemente en las laber¨ªnticas callejuelas del barrio del Carmen, para terminar el d¨ªa con una refrescante sumergida en las aguas de la playa de la Malvarrosa.

Como una aroma de mujer, Valencia lo persigui¨® siempre y es por ello que ¨¦l volvi¨® incontables veces con tal de seguir su rastro, ya sea como turista o como corresponsal de la Guerra Civil.

Pero a pesar que Hemingway muri¨® dos a?os despu¨¦s de su ¨²ltima visita a Valencia, su obra sigue viva en la ciudad, incluso a falta de un gran homenaje o la puesta en escena de una sencilla placa o, como es debido, de una estatua que permita a la gente decir: "?Hemingway en Valencia, verdad?".

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