Tres ases en C¨¢ceres
La Fundaci¨®n Helga de Alvear, el restaurante Atrio y el Museo Vostell

En una imaginaria lista mundial de ciudades secretas, C¨¢ceres ir¨ªa la primera por Espa?a. Porque es curioso: no le va a la zaga a Toledo, Santiago o, incluso, Sevilla en cuesti¨®n de historia, solera y sabor, pero mucha menos gente se acerca a conocerla; y salvo que est¨¦ muy informado de la lista del patrimonio mundial de la Unesco, seguramente al amigo extranjero de turno le choque la propuesta de excursi¨®n hasta all¨¢.
?01 Una colecci¨®n ¨²nica
Por otra parte, la ciudad es ahora un secreto doble: porque tampoco de fronteras adentro saben muchos que a C¨¢ceres, desde hace un par de a?os, no se va solo a ver piedras antiguas y probar recetas recias. Desde que abri¨® en 2010 la Fundaci¨®n Helga de Alvear, all¨¢ est¨¢ tambi¨¦n la colecci¨®n privada de arte contempor¨¢neo m¨¢s completa e internacional de Espa?a. Alvear es toda una hist¨®rica entre los galeristas espa?oles, alemana estupendamente bien adaptada a este clima espa?ol, tan ¨¢spero a menudo (el f¨ªsico y el moral). Le viene de casta, porque aprendi¨® con Juana Mord¨®, la primera galerista seria de Espa?a, a pesar del franquismo.

Desde entonces ha sido un ejemplo de c¨®mo se puede comerciar con arte sin perder rigor intelectual. Y no solo eso: en un pa¨ªs de coleccionismo esquel¨¦tico y mal informado ha sido un modelo de complicidad con los artistas, fiabilidad y criterio. Hace ya algunos a?os que la Junta de Extremadura se comprometi¨® a recibir su colecci¨®n en dep¨®sito y facilitar su difusi¨®n. Los arquitectos Mansilla + Tu?¨®n (hasta la prematura muerte reciente del primero, quiz¨¢ los m¨¢s muse¨ªsticos en Espa?a, con un Premio Mies van der Rohe por el dise?o del Musac de Le¨®n, y el proyecto del Museo de Colecciones Reales de Madrid en marcha) acondicionaron un palacete ecl¨¦ctico en el casco viejo para usarlo como sede. Antes de la crisis y los tijeretazos, la idea era construir al lado un edificio nuevo con m¨¢s salas para exposiciones temporales y los fondos apabullantes de la colecci¨®n. Se ha quedado, por ahora, en el standby forzado de tantas cosas p¨²blicas en toda Espa?a. Ojal¨¢ que no por mucho tiempo: el proyecto es excelente, y la ocasi¨®n, demasiado buena como para no acabar encontrando una sede que le permita dar todo el juego del que es capaz.

?Por qu¨¦ es tan buena? Helga de Alvear ha estado en el n¨²cleo duro del circuito internacional durante los ¨²ltimos veinte a?os. Ese apostadero le ha permitido compras a veces oportunas; otras, casi prof¨¦ticas o imposibles para otros: sus espectaculares Dan Flavin, por ejemplo, que ya ning¨²n centro espa?ol podr¨ªa permitirse. O sus Louise Bourgeois, Smithson, Matta-Clark o Jeff Wall, por decir solo algunos artistas que casi no se ven en ninguna otra colecci¨®n p¨²blica espa?ola. Y tambi¨¦n el arte espa?ol reciente est¨¢ bien representado: desde los consagrados y ya desaparecidos, como Juan Mu?oz o Pepe Espali¨´, hasta los pioneros inclasificables como el grupo Zaj o Schlosser, o los que ahora mismo se hacen un nombre fuera de Espa?a, desde Dora Garc¨ªa hasta Alicia Framis. Cada cierto tiempo, un nuevo comisario tiene la ocasi¨®n, como un ni?o encerrado en una tienda de caramelos, de elegir entre m¨¢s de 700 piezas las que le interesen para ir mostrando los fondos y a la vez armar un discurso propio.
02 Arte en los fogones
Ya es mucho y vale el viaje, pero las cosas no se quedaron ah¨ª: la amistad (y casi simbiosis) entre Alvear, Tu?¨®n y Mansilla y los impulsores del que ya era muy premiado restaurante Atrio en C¨¢ceres ha resultado, adem¨¢s, en uno de los hoteles/restaurante espa?oles m¨¢s sofisticados: el nuevo Atrio de Jos¨¦ Polo y To?o P¨¦rez ocupa los vol¨²menes di¨¢fanos y elegantes que son se?a de identidad del estudio. Transformaron unas casas del casco viejo en un engranaje delicado de comedores, patios y galer¨ªas abiertas donde ya apuntaban las soluciones del Museo del Palacio Real. Una arquitectura a la vez contempor¨¢nea e intemporal, al¨¦rgica al lujo pretencioso y de las m¨¢s interesantes en su g¨¦nero en Espa?a: el hotel, como edificio simb¨®lico y g¨¦nero arquitect¨®nico, es una prueba de fuego y un ejercicio de estilo del que no todos salen airosos.
Merece la pena, si hay ocasi¨®n, aprovechar el entusiasmo de Jos¨¦ Polo cuando ense?a el coraz¨®n secreto del lugar: una bodega a medio camino entre Bond y Borges, porque conjuga un aire de c¨¢mara acorazada de pel¨ªcula de esp¨ªas llena de tesoros (que los hay, y muchos) con la pasi¨®n ilustrada de quien durante d¨¦cadas se ha propuesto armar una verdadera enciclopedia de los mejores vinos del mundo.

En su caso, no es que tenga obras de arte por las paredes (Polo y P¨¦rez cuelgan en ellas algunas de las obras de su colecci¨®n, asesorada por la propia Helga de Alvear); es que el hotel mismo y su cocina multiestrellada por Michelin son tambi¨¦n ejercicios de inteligencia y arte que contin¨²an o preceden la visita a la Fundaci¨®n y el paseo por la vieja C¨¢ceres de siempre.
03 Rumbo a Malpartida
Por otra parte, lo justo es recordar que tanta vanguardia no ha llegado a un terreno virgen: a pocos kil¨®metros, en Malpartida, est¨¢ desde 1976 el m¨ªtico Museo Vostell, un antiguo lavadero de lanas en medio de la dehesa extreme?a y del paraje espectacular y alucinado de Los Barruecos. Es otro de los museos contempor¨¢neos y secretos m¨¢s peculiares de Espa?a. All¨¢ se instal¨® el cofundador del movimiento Fluxus (¡°ese cactus en el culo del mundo del arte¡±, que dijo su colega Ben Vautier) y all¨¢ dej¨® su colecci¨®n particular llena de obras fundamentales para entender el arte de los setenta (y m¨¢s en un pa¨ªs que solo entonces empezaba a abrirse a lo que se hac¨ªa fuera). En el jard¨ªn, las cig¨¹e?as han montado un nido descomunal sobre una escultura de Vostell tan desmesurada como su t¨ªtulo, ?Por qu¨¦ el proceso entre Pilato y Jes¨²s dur¨® solo dos minutos?, una torre de 15 metros armada con el fuselaje completo de un avi¨®n, varios coches y pianos.
? Javier Montes es autor de la novela La vida de hotel (Anagrama).
Gu¨ªa
Las visitas
? Centro de Artes Visuales Fundaci¨®n Helgar de Alvear ( 927 62 64 14). Pizarro, 8. C¨¢ceres. Entrada gratuita.
? Fundaci¨®n Vostell (927 01 08 12). Carretera de Los Barruecos, s/n. Malpartida de C¨¢ceres. Entrada de adulto, 2,50 euros.
? Hotel Restaurante Atrio ( 927 24 29 28). Plaza de San Mateo, 1. C¨¢ceres. Men¨² degustaci¨®n, 119 euros.
Informaci¨®n
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