Playa y nieve en L¨ªbano en menos de 48 horas
De los arenales junto a las ruinas de Byblos y Batroun a la estaci¨®n de esqu¨ª de Los Cedros
Polen, temperaturas variables, viento y lluvias espont¨¢neas, ropa de entretiempo... M¨¢s all¨¢ del mito, la primavera es una estaci¨®n ciclot¨ªmica en la que la dicha porque aparezca radiante el sol puede verse r¨¢pidamente aparcada por un nubarr¨®n impredecible. Hay planes, sin embargo, que solo podr¨ªan encajar en esta ¨¦poca del a?o, y L¨ªbano ofrece en ese sentido una escapada de la que lleva fardando desde la vigencia del eslogan sesentero "Beirut, el Par¨ªs de Oriente Medio".
?Qui¨¦n no ha deseado alguna vez deshacerse de la dichosa dicotom¨ªa vacacional entre "mar o monta?a"? Esa suerte de omnipresencia es lo que se conoce como esquiar a la libanesa: un fin de semana en el que caben en la mochila el ba?ador y la camiseta t¨¦rmica, con no m¨¢s de 130 kil¨®metros entre un destino y otro.
Hay varios trayectos para disfrutar en L¨ªbano del Mediterr¨¢neo y la nieve en menos de 48 horas, y uno de los m¨¢s recomendables es el que lleva desde las playas rodeadas de historia en ruinas de Byblos y Batroun, hasta la estaci¨®n de esqu¨ª de Los Cedros, cercada por una de las dos reservas del b¨ªblico ¨¢rbol emblema de la bandera libanesa y al borde del imponente valle de Qadisha. Abr¨®chense el cintur¨®n, arranca un viaje (sin prisas) contra el aburrimiento.
9:00. Recogida de un coche de alquiler en Beirut, previa reserva online, y salida rumbo al norte. Es importante mantener la calma en mitad del ca¨®tico tr¨¢fico liban¨¦s, especialmente desquiciante dentro de la capital y en los n¨²cleos que la circundan, como Jounieh, nacionalmente conocido por su monumental atasco.
10:00. Llegada al que fue uno de los centros de la civilizaci¨®n fenicia y punto clave en la conquista alejandrina del Levante. En Byblos (Yebeil, en ¨¢rabe), la playa de arena dorada ofrece la primera toma de contacto con el Mediterr¨¢neo, atisbado mientras se pasea por las ruinas del castillo cruzado y los templos anteriores a griegos y romanos.
13:00. Salida hacia Batroun, localidad costera que marca la entrada en la provincia norte de L¨ªbano, a menos de media hora en coche. En L¨ªbano es f¨¢cil reconocer cu¨¢ndo se cambia de regi¨®n: un checkpoint militar marca la frontera. El cruce es rutinario: llevar el pasaporte a mano, retirar las gafas de sol, frenar ligeramente y esperar un gesto de asentimiento para seguir adelante. La parada m¨¢s recomendable es frente a la peque?a bah¨ªa situada justo al inicio de la desvencijada muralla fenicia. All¨ª, Ray abre al mar una peque?a terraza veraniega donde disfrutar de un mezze con hummus, moutabal, kebbeh de pescado o halloumi a la plancha antes de lanzarse de nuevo al agua.
17:00. Tras secar el ba?ador entre los terrosos adoquines de las casas otomanas y las tiendas del zoco reconstruido, el viaje contin¨²a hacia el radical cambio de tercio y se encamina a la monta?a. Un paisaje de terrazas hort¨ªcolas y frutales aguarda a cada curva de la carretera que enfila hacia Bacharre, el peque?o pueblo donde descansa el poeta Yibran Jalil Yibran, autor del m¨ªstico El Profeta, en una casa ahora convertida en museo abierto al p¨²blico. Con el sol poniente, la calzada ofrece una de las vistas m¨¢s impresionantes para un conductor vocacional: el valle de la Qadisha, santuario verde salpicado de monasterios maronitas. Se presenta como una grieta abierta a cuchillo en mitad del nevado macizo de Makmel.
19:00. Ha llegado el momento de cambiar los pantalones cortos por los vaqueros y echarse encima la cazadora antes de registrarse en el hostal Tiger, a las afueras de Bacharre, hacia la estaci¨®n. Si la actitud que muestra el regente en el empe?o por comprobar cada uno de los sellos del pasaporte nubla la confianza, es recomendable esperar hasta el abundante desayuno: con el est¨®mago lleno, todo se ve m¨¢s claro.
20:00. La mayor atracci¨®n que ofrece Bacharre al caer la noche son sus billares. Varios locales disponen de mesas en las que echar una partida o dos mientras se hace est¨®mago para disfrutar de la cena con un narguileh en el restaurante Makhlouf, donde el visitante hispanohablante solo podr¨¢ darse por satisfecho si el propietario le recibe con un "te quiero".
08:00. El d¨ªa siguiente arranca con los preparativos para subir a la estaci¨®n. En el camino el viajero tropieza ya con los primeros ¨¢rboles al borde de la calzada. El Gobierno liban¨¦s proh¨ªbe la venta de madera de cedro con el objetivo de proteger las poblaciones centenarias. Solo quedan en el pa¨ªs algunos ejemplares de m¨¢s de 1.500 a?os y unos 30 metros de alto.
10:00. Los escasos kil¨®metros de pistas de la estaci¨®n (la m¨¢s elevada de L¨ªbano, a unos 2.000 metros de altitud) pueden desinflar al esquiador o snowborder consumado. Mir¨¢ndolo con perspectiva, Bacharre es la meca de los novatos, con desnivel suficiente para entretener a los principiantes, que pueden retozar en la nieve con equipo y ropa alquilada hasta las 14:30, hora de cierre de los remontes.
15:00. Punto y final de un fin de semana para recordar. Si las (probables) agujetas no son suficientes, comprar una botella del vino dulce de la regi¨®n puede refrescar en el futuro la memoria de esas 48 horas en que no hubo que elegir entre mar o monta?a.
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