El Escorial de Quito
La iglesia de San Francisco es uno de los conjuntos arquitect¨®nicos m¨¢s grandes de los centros hist¨®ricos de Am¨¦rica Latina
A la capital de Ecuador se la conoce como Quito, pero su nombre completo es San Francisco de Quito. Siempre por las calles se habla de la franciscana ciudad, de la que en verdad queda poco.
Las tranquilas tardes quite?as han dado paso al ajetreo de una capital burbujeante. Pero su pasado religioso est¨¢ en cada paso que uno da por su imponente casco hist¨®rico. Es ineludible, casi motivo de verg¨¹enza, haber pasado por la ciudad sin visitar una de sus joyas: la iglesia y el convento de San Francisco.
Antes de llegar, el visitante ya se ha nutrido de las deliciosas im¨¢genes que las c¨¦ntricas calles ofrecen al visitante. De repente se abre una gran plaza con una maravillosa iglesia. Sobre ella se dice de todo. Incluso que la construy¨® un ej¨¦rcito de diablos. S¨ª, de peque?os diablillos rojos en una sola noche. Esta es una de las muchas leyendas del viejo Quito, que incluso se relatan en las escuelas de la ciudad. Un ind¨ªgena llamado Cantu?a recibi¨® la misi¨®n de levantar el templo, pero como se pas¨® de vago, la noche previa a la entrega de la obra ten¨ªa un serio problema. Entonces se le ocurri¨® una idea: pact¨® con Satan¨¢s. A cambio de su alma, un templo terminado antes del amanecer.
La leyenda dice que antes de que saliera el sol, la obra estaba acabada. Pero Cantu?a era listo y sin que el Pr¨ªncipe de la Tinieblas lo viera, sac¨® una piedra del templo y as¨ª la construcci¨®n quedaba sin terminar. Cantu?a salv¨® su alma.
Despu¨¦s de escuchar las historias que combinan lo diab¨®lico con lo divino, no queda m¨¢s que entrar y maravillarse. Es uno de los conjuntos arquitect¨®nicos m¨¢s grande de los centros hist¨®ricos de Am¨¦rica Latina. La construcci¨®n del templo y el convento la comenz¨® fray Jodoco Ricke, a poco tiempo de fundarse la ciudad, en 1536. Para mala suerte de Cantu?a y cr¨¦dito esta vez de los historiadores, llev¨® 70 a?os terminarla. Esta muestra de arquitectura colonial mezcla diferentes estilos e influencias, por construirse en varias etapas, pero se considera que la fachada es marienista y el interior se compone mayoritariamente de elementos barrocos. Sobre el altar principal est¨¢ la Virgen Alada de Quito, realizada por el escultor Bernardo de Legarda.
Tras un paseo por la iglesia, llena de oro e im¨¢genes, hay dos opciones: o se recorre el convento viendo una espl¨¦ndida muestra de arte religioso y se camina por los pasillos que destilan historia, o se toma un caf¨¦ en Tiang¨¹ez, un cafeter¨ªa bajo la iglesia. Ah¨ª se pueden pedir unas empanadas de morocho, muy de los Andes ecuatorianos y que con su salsa picante, acompa?an de maravilla el caf¨¦. Luego no est¨¢ de m¨¢s dar una vuelta por las calles de alrededor, no en vano el viajero estar¨¢ en el coraz¨®n de uno de los centros hist¨®ricos m¨¢s grandes y mejor conservados del nuevo mundo.
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