Una ciudad al ritmo del vallenato
A finales de abril, Valledupar celebra cada a?o el Festival de la Leyenda Vallenata
En el norte de Colombia hay una ciudad con sabor a mango, olor a sierra y ritmo vallenato. Valledupar vive por y para su m¨²sica, y reverencia una cultura que el mundo ha conocido gracias a int¨¦rpretes universales como Carlos Vives, un samario con el vallenato en sus venas. All¨ª, en el coraz¨®n del valle de Upar ¨Cnombre de un antiguo cacique ind¨ªgena¨Cviven 400.000 habitantes enamorados del acorde¨®n, la caja y la guacharaca, instrumentos que alcanzan su m¨¢xima expresi¨®n a finales de cada mes de abril, en el Festival de la Leyenda Vallenata.
Los valduparenses, acogedores y parranderos, son gente sencilla, pero est¨¢n acostumbrados a hablar y a vivir con reyes. Hasta tal punto llega su devoci¨®n que cada a?o coronan no a uno, sino a seis, y cada 10 eligen al rey de reyes. Su arma es siempre la misma: el acorde¨®n, pues rey vallenato es aquel que gana cada edici¨®n del festival en las categor¨ªas de acordeonero (infantil, juvenil, aficionado y profesional), piqueria (duelos cantados) y canci¨®n in¨¦dita. El certamen se completa con el concurso de piloneras, la danza m¨¢s caracter¨ªstica del folclor vallenato, y que cada a?o abre el festival con coloridos y animados desfiles de ni?os y adultos que terminan en la rotonda de la Pilonera Mayor, junto al centro comercial Guatapur¨ª. All¨ª, una impresionante estatua homenajea la figura de Consuelo Ara¨²jo, fundadora del certamen, y enfrente, el parque de la Leyenda Vallenata acoge los principales conciertos del festival, que este a?o recibi¨® como artistas invitados a Carlos Vives, Pitbull, Ricardo Arjona y Juan Gabriel, entre otros.
Visitar Valledupar es, en estos d¨ªas, darse un ba?o de tradici¨®n y folclor, y ese sentimiento se deja ver en casi cualquier rinc¨®n de la ciudad. Sus rotondas acogen variados monumentos relacionados con la cultura vallenata, como Mi pedazo de acorde¨®n, del escultor Gabriel Beltr¨¢n, en la avenida Hurtado. La plaza de Alfonso L¨®pez ¨Cdonde destacan la iglesia de la Concepci¨®n, del siglo XVII, y la et¨¦rea presencia de La revoluci¨®n en marcha, escultura de Rodrigo Arenas¨C es uno de los centros neur¨¢lgicos, y sin duda donde m¨¢s se puede ver y sentir el esp¨ªritu de la fiesta. Miles de visitantes (56.000 en 2012, seg¨²n datos de la C¨¢mara de Comercio de Valledupar) acuden cada a?o al festival vallenato desde todos los rincones de Colombia, pero tambi¨¦n del extranjero. Desde Barquisimeto, en Venezuela, llegan Luis, Edward y Elianny, que whisky en mano no paran de bailar al son de los acordeones. Freddy y Silvana vienen de Barranquilla; John y Karen, de Bogot¨¢.
Bajo un fuerte calor, locales, turistas y vendedores ambulantes abarrotan la plaza y se protegen del calor con sombreros o debajo de una sombrilla, como es el caso del compositor vallenato Roberto Daza y su sobrino Jos¨¦ Andr¨¦s, un joven acordeonista de 14 a?os. Reyes indiscutibles son tambi¨¦n la cerveza ?guila (2.000 pesos, unos 80 c¨¦ntimos) y las botellas de whisky Old Parr (100.000 pesos, unos 40 euros), que puedes conseguir sin moverte de tu asiento. Zumos naturales, refrescos o cholados ¨Chelados de hielo rallado al momento y sirope?s de sabores¨C ayudan tambi¨¦n a refrescarse, y no faltan opciones para matar el hambre: guisos de arroz, el apreciado mango con sal y pimienta, empanadas, chuzos a la parrilla, los t¨ªpicos sancochos¡ Cerca de la plaza se puede visitar la catedral de Nuestra Se?ora del Rosario (calle 15 con carrera 7), que aunque fue completamente reconstruida conserva la torre original, del siglo XVI; seg¨²n una leyenda vallenata, un milagro de esta virgen supuso el germen del actual festival.
Parada obligada, junto al parque de la leyenda, es el balneario Hurtado, con su famosa sirena dorada sobre el r¨ªo Guatapur¨ª. Durante los d¨ªas del festival es un buen sitio para pasar un rato relajado como hicieron Luz Amparo y sus amigos de Ibagu¨¦ (en el departamento de Tolima). Especialmente si, como ellos, uno contrata los servicios de un conjunto vallenato (suele costar unos 40 euros por hora). Al lado, y junto a los restos de un viejo avi¨®n dedicado al narcotr¨¢fico y que las autoridades confiscaron en los a?os ochenta, el parque de El helado acoge las eliminatorias de los j¨®venes acordeonistas que, como Marcelo Quintero, de Agust¨ªn Codazzi, sue?an con convertirse en reyes vallenatos. Con 12 a?os ¨Cy tocando desde los siete¨C, se presentaba por tercera vez: ¡°Cuando se acerca el festival, practico todos los d¨ªas dos horas; durante el a?o algo menos¡±, reconoce t¨ªmidamente ante las preguntas de un par de periodistas.
No olvide tampoco el concurso de piquerias, ubicado en el coliseo de la feria ganadera. En ¨¦l, dos contrincantes miden su destreza improvisando rimas cantadas de tema libre o de pie forzado (cuando se da el verso final). Estas competiciones han dado lugar a grandes rivalidades, inmortalizadas en temas como La gota fr¨ªa, de Emiliano Zuleta (1938), que Carlos Vives y Julio Iglesias popularizaron en todo el mundo.?
{ "active": true, "code": "1009235", "elementType": "offerExtension", "id": 10, "name": "VALLEDUPAR", "service": "tripadvisor" }
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.