Berl¨ªn, orilla sur
Un hotel musical, un mercadillo turco, un chiringuito playero y noches de jazz. Kreuzk?lln y Friedrichshain, dos barrios j¨®venes y mestizos
Emigrantes, artistas y estudiantes de todo el planeta han hecho del sureste de Berl¨ªn la zona m¨¢s viva y desprejuiciada de la ciudad. El turista convencional viene poco. En Kreuzk?lln, como se conoce la confluencia de dos barrios, Kreuzberg y Neuk?lln, hay mil d¨ªas posibles, tantos como culturas. Este es uno de ellos.
9.00 Una Fender en la habitaci¨®n
Si uno se despierta en Berl¨ªn abrazado a una reluciente guitarra Fender, una de dos: o el ratoncito P¨¦rez alem¨¢n es un rumboso o ha dormido en el hotel Nhow (1) (Stralauer Allee, 3), donde hay barra libre de ellas y los hu¨¦spedes emulan en sus bien insonorizadas habitaciones a las estrellas que tocan en el cercano pabell¨®n O2 World, las cuales tambi¨¦n frecuentan este ins¨®lito alojamiento musical, decorado con toneladas de pl¨¢stico fucsia por Karim Rashid. El sanctasanct¨®rum del edificio, obra del arquitecto Sergei Tchoban, es un cubo de espejos, suspendido sobre el r¨ªo Spree, con dos estudios de grabaci¨®n y varias suites panor¨¢micas desde las que se ve el sureste de la ciudad, desde el puente Oberbaum hasta el viejo radar de Tempelhof, justo el pedazo de Berl¨ªn que hoy vamos a recorrer.
10.00 Explorando Kreuzberg
Construido en 1896 en estilo neog¨®tico, el Oberbaumbr¨¹cke (2) es un puente de fantas¨ªa medieval, con almenas y torres de mentirijillas, pero con una magia real, y es que al cruzarlo hacia el Sur uno ingresa de golpe en un Berl¨ªn m¨¢s c¨¢lido y luminoso, casi mediterr¨¢neo, donde los vecinos alegran sus casas con grafitis y toman el t¨ªmido sol boreal ¨¢vidamente, en las terrazas, en el parque G?rlitzer, en las escaleras de la iglesia evang¨¦lica Emmaus. Para hacerse r¨¢pido con el barrio, lo mejor es alquilar una bici en Rent a Bike Kreuzberg (3) (Skalitzer Strasse, 82) y doblar a la derecha por Oranienstrasse (4) calle mayor de la buena onda, donde el almac¨¦n de c¨®mics se codea con la vinoteca, el museo con la tienda de c¨¢?amo, el curry con el gofre. En el n¨²mero 3, un icono para regalar o regalarse, las camisetas de Core Tex, templo de la m¨²sica y la parafernalia punk y hardcore. En el 25 est¨¢ el Museum der Dinge, o sea, el Museo de las Cosas, un arca de No¨¦ del mejor (y del peor) dise?o industrial donde se muestran 25.000 objetos de uso cotidiano del siglo XX. Y en la perpendicular, Mariannenstrasse, el alfar Feuer Zeug Keramic, donde los cacharros se modelan en tornos a la vista del transe¨²nte, como si esto fuera un pueblo manchego y no la capital de Europa.
11.00 La puerta de Turqu¨ªa
En Kottbusser Tor ya no hay puerta (tor, en alem¨¢n), como no sea una invisible que teletransporta a Estambul. Por doquier se ven mujeres tocadas y con las sayas hasta los tobillos, puestos de frutas y bares donde las televisiones repiten los goles del Galatasaray, del Fenerbah?e y del Besiktas. Si nos gusta Kottbusser, nos gustar¨¢ tambi¨¦n el mercadillo turco (5) que abarrota la calle de Maybachufer los martes y los viernes. Bajando por Hermannstrasse (6) la hip¨®tesis del teletransporte cobra fuerza al descubrir cines donde echan pel¨ªculas turcas en versi¨®n original.
12.00 Ba?o romano o extraterrestre
Despu¨¦s de pedalear dos horas apetece un chapuz¨®n. En una bocacalle de Karl Marx Strasse (7) al lado del Ayuntamiento de Neuk?lln, hay unas incre¨ªbles piscinas p¨²blicas, Stadtbad Neuk?lln (8) (Ganghoferstrasse, 3), que datan de 1914 y est¨¢n rodeadas de columnas de siete metros de m¨¢rmol travertino, mosaicos y fuentes monumentales. En un momento se ha pasado de Turqu¨ªa a la antigua Roma. Otro lugar de ba?o espectacular es Badeschiff Arena (9) (Eichenstrasse, 4), una piscina flotante sobre el r¨ªo Spree obra del estudio de arquitectura canario AMP Arquitectos en colaboraci¨®n con la artista berlinesa Suzanne Lorenz.
13.30 ¡®Pic-nic¡¯ en el aeropuerto
Seg¨²n donde pillen la hora y las ganas de comer, se puede optar por las hamburguesas buenas y baratas del quiosco Burgermeister (10), en Schlesisches Tor. M¨¢s al sur, bajo los sauces llorones que se asoman al canal Landwehr, est¨¢ la deseada terraza del Caf¨¦ ?bersee (11) (Paul-Lincke-Ufer, 44). Y m¨¢s al sur, el antiguo aeropuerto de Tempelhof, perfecto para hacer un pic-nic y alucinar con las evoluciones de las cometas y los aeromodelos. Al lado del parque se levanta la mezquita Sehitlik (12) (Columbiadamm, 128), la m¨¢s grande de Berl¨ªn.
15.00 El herrero del pueblo
Antes que un barrio, Neuk?lln fue un pueblo llamado Rixdorf, cuyas viejas casas, con patios floridos y huertecillos, a¨²n se conservan alrededor de Richardplatz (13). Aqu¨ª, en medio de la plaza, humea la fragua donde anta?o se herraba a los caballos y donde Martin B?ck sigue forjando hachas y cuchillos. Tambi¨¦n aqu¨ª se alza la iglesia Bethlehemskirche, de finales del siglo XV. Es buena hora esta para acercarse al antiguo hospital Bethanien, tomar un caf¨¦ en su jard¨ªn y visitar el centro de arte contempor¨¢neo Kunstraum Kreuzberg-Bethanien (14) (Mariannenplatz, 2). No confundir con K¨¹nstlerhaus Bethanien (15) (Kottbusser Strasse, 10). Aunque, si se confunde, tampoco pasa nada, porque es otro centro de arte moderno, y la entrada, tambi¨¦n gratuita.
19.30 Atardecer en el Muro
Al atardecer, el sitio es Yaam (Stralauer Platz, 35), un chiringuito okupa con m¨²sica reggae, cocina jamaicana y africana, con terraza para ver c¨®mo el sol se hunde en las aguas del Spree. Est¨¢ pegado a la East Side Gallery (16), el kil¨®metro largo del antiguo muro de Berl¨ªn que quisieron derribar en parte hace poco para construir unos pisos y se lio la marimorena.
22.00 Un r¨ªo de m¨²sica electr¨®nica
Freischwimmer (17) (Vor dem Schlesischen Tor, 2) es otro chiringuito ribere?o donde la gente va a tomar una ensalada y una cerveza antes de liarse a bailar m¨²sica electr¨®nica en el vecino Club der Visionaere (Am Flutgraben, 1) o en el mucho m¨¢s famoso Water-Gate (Falckensteinstrasse, 49). Los tranquilos prefieren el Kirk (18) (Skalitzer Strasse, 75), un peque?o bar con chimenea, buenos c¨®cteles y plato en el que giran vinilos de jazz cl¨¢sico. Tambi¨¦n chico y con car¨¢cter es el Madame Claude (19) (L¨¹benner Strasse, 19), con muebles pegados al techo.
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