En zancos por la cuesta
Del 21 al 23 de julio, tres d¨ªas de baile tradicional en Anguiano, pueblo de la sierra de Cameros, en La Rioja, entre valientes danzadores
Son danzadores, nunca danzantes; se tiran la cuesta, no la bajan, ni se echan¡ Una cuesta empedrada que lleva su nombre, por la que, aupados a unos zancos de madera de haya de medio metro, giran y giran sobre s¨ª mismos, con enaguas y sayas henchidas de aire (lo que les ayuda a mantener el inestable equilibrio) y la mirada fija en un punto de la plaza, all¨¢ al fondo, para no marearse. En las manos, unas enormes casta?uelas de bujo que hacen sonar con fuerza.
Sucede en Anguiano, un precioso pueblo de la sierra de Cameros (La Rioja), asentado en un valle regado por el Najerilla, cuyos cantos rodados se incrustan en la cuesta. Y se lleva a cabo en honor a la santa, la Magdalena, en su fecha, 22 de julio, y tambi¨¦n la v¨ªspera y al d¨ªa siguiente, la Magdalena chiquita, o Madalenita. El ¨²ltimo s¨¢bado de septiembre, llamado de Gracias, repiten la haza?a; despu¨¦s, tambi¨¦n sobre zancos, acompa?an la venerada imagen de vuelta a su ermita, a unos dos kil¨®metros, de donde la trajeron el domingo siguiente a la Ascensi¨®n.
Los ocho mozos, que han bajado previamente (en el momento m¨¢s arriesgado de la fiesta) los siete escalones que separan la iglesia de San Andr¨¦s de la plazoleta conocida como la Obra, giran a los sones de una m¨²sica transmitida oralmente (y, por lo mismo, sujeta a imaginativas variaciones), que qued¨® definitivamente fijada cuando un viejo del pueblo, Pedro el Mosco, la silb¨® nota a nota a comienzos de los a?os setenta, mientras un m¨²sico la trasladaba al pentagrama.
El insistente, casi obsesivo, sonido de las gaitas y el tambor; la sangre caliente, la emoci¨®n, la pasi¨®n, el pundonor, el amor a la tradici¨®n y la devoci¨®n a la santa les anima a desandar el camino y subir de nuevo la cuesta, mientras otras peonzas humanas no dejan de girar y la multitud empuja desde arriba, reduciendo el espacio. No importa: todos quieren tirarse una vez m¨¢s. Y otra y otra¡
Una sesi¨®n celebrada en el Ayuntamiento en 1603 constituye la referencia m¨¢s antigua a esta singular danza de los zancos de Anguiano.
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