Mi retrato misterioso
La actriz Alicia Borrachero encontr¨® en un hotel de la Costa Amalfitana un cuadro en el que la retratada, con toquilla, parec¨ªa ella
La Costa Amalfitana representa el destino perfecto para Alicia Borrachero. La actriz, que estrena en Madrid Desclasificados(Teatro Bellas Artes; del 21 de agosto al 27 de octubre), visit¨® el sur de Italia por primera vez con su madre y su hermana. Despu¨¦s, volvi¨® de reluna de miel. ¡°El primer viaje de novios fue un desastre¡±, dice Borrachero. Para solucionarlo, aterriz¨® en N¨¢poles.
?Qu¨¦ ruta realizaron?
Alquilamos un coche en la capital de Campania y de ah¨ª bajamos a Sorrento. Lo primero que vivimos fue el t¨®pico del tr¨¢fico italiano: pitidos, gritos, caos¡ Es una locura c¨®mo conducen, pero llegamos a la ciudad y establecimos nuestra base. De ah¨ª, nos lanzamos a recorrer el mar Tirreno. Paramos en Positano, con sus casas de colores colgando sobre el golfo de Salerno; Amalfi, que da nombre a la regi¨®n, y Ravello, una visita imprescindible.
?Por qu¨¦?
Al entrar en el municipio, te trasladas al medievo italiano. Est¨¢ encima de unos acantilados y debajo, un mar infinito. Por las noches, en un mirador sobre el cortado, una orquesta sinf¨®nica interpreta conciertos al aire libre.
Qu¨¦ evocador¡
En los alrededores aparecen mansiones impresionantes, como Villa Rufolo. Data del siglo XIII, Boccaccio la menciona en el Decamer¨®n y dicen que Wagner se inspir¨® en ella para el dise?o de los decorados de Parsifal. La regi¨®n siempre ha tenido un v¨ªnculo con el arte y muchos artistas se han retirado a ella en busca de inspiraci¨®n.
?Sinti¨® la llamada de las musas?
No, pero me pas¨® algo curioso con un cuadro. ?bamos un poco sobre la marcha, sin reservas. Una noche no sab¨ªamos d¨®nde dormir. Llam¨¦ a una amiga y nos consigui¨® un hotel. Tras hacer el check in, fuimos a la habitaci¨®n y en el pasillo nos encontramos un cuadro.
?Qu¨¦ hab¨ªa representado?
Parec¨ªa antiguo y en ¨¦l estaba pintada una mujer con toquilla, ropas nobles, mirada melanc¨®lica y una cara que se parec¨ªa ?a la m¨ªa! ?Era yo! No es que nos pareci¨¦ramos, es que estaba yo pintada.
?Pregunt¨® qui¨¦n era la dama?
Lo intent¨¦ varias veces, pero cada vez que me acercaba a recepci¨®n me parec¨ªa tan graciosa la pregunta que no pod¨ªa parar de re¨ªrme.
?No ser¨ªa que se pas¨® con el limoncello?
No suelo beber, pero con ese licor me emborrach¨¦ un par de d¨ªas. Para m¨ª no hay nada mejor que un buen plato de pasta. Tras la cena, siempre te ofrecen un chupito. Algo dif¨ªcil de rechazar.
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