Monje budista por un d¨ªa

En K¨­yasan, situado al sur de Osaka y declarado Patrimonio mundial en 2004, podemos ponernos en la piel de un monje budista por un d¨ªa. Sin afeitarnos la cabeza, afortunadamente.

Se trata de un complejo de m¨¢s de cien templos escondidos en un peque?o valle y flanqueado por las cumbres del monte K¨­ya. Los accesos son un adelanto de la experiencia que nos aguarda en la cima, pues se realizan a trav¨¦s de un peque?o funicular que sube lentamente por una de las empinadas laderas de la monta?a. Una vez arriba debemos elegir el templo en el que pasar la noche, con opciones que van desde los 9.000 hasta los 15.000 yenes (de 90 a 150 euros aproximadamente) dependiendo de la cena o el tipo de habitaci¨®n.

La comida es servida por j¨®venes budistas que aprenden del negocio familiar. Su ingl¨¦s es muy b¨¢sico y solo son capaces de recitar de memoria lo que tienen aprendido. El men¨², enteramente vegetariano, est¨¢ compuesto por m¨¢s de diez platos entre los que podemos encontrar sopa miso, tofu, tempura o diferentes encurtidos, con el omnipresente arroz blanco. De postre, media manzana cortada en forma de conejo y acompa?ado de alg¨²n dulce japon¨¦s. Todo ello servido en la habitaci¨®n, mientras los ¨²ltimos rayos de sol se cuelan por las paredes de papel de arroz o shoji, creando una penumbra digna de cualquier novela de Haruki Murakami.

La jornada budista finaliza muy temprano y la actividad dentro del templo disminuye considerablemente. A las diez de la noche desaparece cualquier movimiento y el jard¨ªn zen se convierte en el paisaje perfecto para relajarse antes de dar por finalizado el d¨ªa. Es hora de enfundarse el yukata y descansar, pues los rezos comienzan a las seis de la ma?ana. En caso de que uno desee participar en el ritual ser¨¢ despertado media hora antes para formar parte de la ceremonia y terminar cantando diferentes mantras espirituales. El olor a incienso, la escasa luz de las velas y los c¨¢nticos budistas hacen de los rezos una aut¨¦ntica experiencia para todos los sentidos. Con algo de suerte podr¨¢s tomar un t¨¦ en compa?¨ªa de los monjes m¨¢s experimentados (con buen dominio del ingl¨¦s) al finalizar la ceremonia, aprovechando para disipar cualquier duda que tengas sobre los dogmas. Adem¨¢s, un nuevo desayuno vegetariano estar¨¢ esperando en tu cuarto antes de que abandones el templo.

Pero las emociones no han terminado todav¨ªa en K¨­yasan, pues esta peque?a aldea esconde uno de los cementerios m¨¢s espectaculares del mundo. Es de los m¨¢s grandes de Jap¨®n y cuenta con m¨¢s de 200.000 tumbas de antepasados budistas situadas en una majestuosa senda de dos kil¨®metros, bajo la atenta mirada de ¨¢rboles centenarios. Al final del sendero, el mausoleo Kobo Daishi se alza escult¨®rico en honor a la meditaci¨®n eterna, siendo frecuentado por creyentes durante todo el a?o que lo han convertido en una excelente ruta de peregrinaje budista.

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