Oda a las patatas bravas
Selecci¨®n de los mejores locales de Burgos especializados en este plato
All¨¢ donde se pida, la patata brava debe cumplir una serie de requisitos, sobre todo en lo referente a la salsa; esta debe ser de harina, cebolla y piment¨®n picante (para muchos, la aut¨¦ntica) o ha de tener como fondo principal un sofrito de tomate con piment¨®n o guindilla. A partir de ah¨ª, las combinaciones son infinitas. Para ello proponemos una selecci¨®n de los mejores locales de Burgos,?ciudad experta en bravolog¨ªa, especializados en este plato cl¨¢sico. Incluso el grupo local Cencerro El¨¦ctrico dedica uno de sus temas m¨¢s conocidos a este la patata brava, que tantas pasiones y discusiones provoca.
El mes¨®n Amarilla (San Lorenzo, 26), en los aleda?os de la Plaza Mayor, es una taberna con vocaci¨®n tradicional, muy visitada por burgaleses debido a la amplia variedad de pinchos caseros que adornan su barra. Entre ellos destacan las patatas bravas, que encuentran el punto ideal de picante en la combinaci¨®n de tomate y piment¨®n.
La Mejillonera es una cadena castellana especializada en calamares, mejillones y bravas. Fundada por Jes¨²s G. Abad¨ªa hace 42 a?os en Valladolid, este bar, que en Burgos tiene su establecimiento muy cerca de la catedral (La Paloma, 33), ofrece unas patatas bravas muy particulares con una generosa base de salsa de alioli, de sutil sabor a ajo, y un hilito de salsa brava muy atabascada que las corona. Para los que gusten de experimentar, los mejillones bravos son una excelente variedad de la misma.
El Mes¨®n Froil¨¢n (tambi¨¦n conocido la alemana y sin acento, Froilan) est¨¢ en la animada calle de Sombrerer¨ªa, en el n¨²mero 25. Si oyen a alg¨²n cliente decir que quiere un rollo y un l¨ªo, no se asusten, se refiere a las dos especialidades en cuesti¨®n de patatas: la que lleva salsa brava sin m¨¢s a?adidos y la que combina bravas y alioli. Con estos mismos mojes se aderezan los famosos perritos calientes, se?a de identidad de la casa.
El Mes¨®n Burgos (Sombrerer¨ªa, 8) tiene un castizo aire castellano: vigas de madera, jarrillos de cer¨¢mica colgados de techos y paredes, un bonito comedor en el segundo piso y una recia carta con vinos y platos de la tierra. Sus patatas bravas cuentan con d¨¦cadas de tradici¨®n, son muy sabrosas y muchos burgaleses las consideran las mejores de la ciudad.
Fuera del centro es aconsejable acercarse a Gamonal. Este barrio no era m¨¢s que un peque?o pueblo atravesado por la carretera de Francia, hasta que fue declarado polo industrial. Sus campos de labor se convirtieron en f¨¢bricas y se levantaron populosas barriadas obreras. Los peregrinos que van a Santiago entran en la ciudad por este hormiguero en el que proliferan los bares proletarios, y no pocos tienen patatas bravas entre sus especialidades. Destacan las del Bar Tirol (Juan XXIII, 16) y las del Casablanca (Barcelona, 2), ambas prudentemente picantes y muy adictivas. Los fines de semana se junta una clientela variopinta en estos animados locales: familias que salen de misa, fogosos sindicalistas, parejas endomingadas y j¨®venes en ch¨¢ndal que celebran una victoria deportiva, todos en torno a un plato de patatas bravas. Puro Gamonal.
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