Descanso y vino

Es poco m¨¢s que una casa. Apenas una fonda inc¨®gnita para quien visita La Rioja en tiempo de vendimia. Sin bodega, ni vi?edo, ni restaurante postinero. Pero resume muy bien en su interior la historia de dos riojanas con ganas de vencer el tedio urbano, si no de beberse el mundo a sorbos de tempranillo, abundante en la zona. Una, Mercedes Larrea, estudi¨® psicolog¨ªa aplicada y ven¨ªa de ocupar un puesto ejecutivo en Alcampo. La otra, Clara Mart¨ªnez de Salinas, regentaba una mayorista de viajes en Madrid y de tanto hacer so?ar a sus clientes fue hilvanando neuronas para forjar su propio sue?o en La Rioja. Ambas se conoc¨ªan desde que eran ni?as, pues sus padres ya eran amigos.

En el pueblecito de San Asensio hallaron un caser¨®n de piedra fechado en 1798 que hab¨ªa servido de morada y rector¨ªa parroquial al capell¨¢n Ventura Mendoza Aguiriano. Tras una reforma concienzuda, la vivienda recobr¨® su encanto inicial, con la rejer¨ªa barroca de la ¨¦poca, los sillares bien ordenados en su fachada, el forjado de bovedillas, la viguer¨ªa de madera y hasta la c¨²pula que remataba la caja de la escalera principal. Una arquitectura relajada y relajante en la que ning¨²n espacio, ning¨²n mueble, desentona o epata. Sirve a la estricta funci¨®n para la que fue rehabilitada, que es la de acoger a los viajeros del vino o de los recursos monumentales de la regi¨®n. En suma, un hotelito silente que procura calma visual a sus hu¨¦spedes.

Pese al estrecho margen para dejar estacionado el coche delante de la casa, no se puede decir que nadie vaya a sufrir una pizca de incomodidad. El zagu¨¢n se abre al desayunador y a un jard¨ªn trasero habilitado como terraza en verano, cuando el tiempo invita a salir. En sus ocho habitaciones, distribuidas en dos plantas, no falta de nada¡­ Salvo mejores vistas quiz¨¢. Las existentes ponen en evidencia las fachadas traseras del vecindario, descascarilladas y poco favorecidas.

La Capellan¨ªa ser¨¢ poco m¨¢s que una casa, pero en hospitalidad y potencia de wifi gratis funciona mejor que muchos hoteles de lujo. Clara y Mercedes animan a la clientela a tomar asiento en el sal¨®n de estar con biblioteca, especialmente cuando el oto?o va llamando a mantener encendida la chimenea. A trav¨¦s de un blog que mantienen m¨¢s o menos activo sugieren recorridos por los alrededores que incluyen la visita de las bodegas emblem¨¢ticas, como la del Marqu¨¦s de Riscal y el museo de la cultura del vino Dinast¨ªa Vivanco. Claro que, sin salir del casco urbano de San Asensio, las propietarias alientan a conocer el Cerrillo Verballe, el barrio bodeguero del pueblo, sumergido en su historia y en las entra?as del cerro, con m¨¢s de 300 bodegas destinadas al almacenamiento de vino.

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