Donde la palabra amor es un ¡®souvenir¡¯

Fundada en 1682, Filadelfia fue la capital provisional de Estados Unidos durante varios a?os a lo largo del siglo XVIII. En un pa¨ªs obsesionado por su historia, la ciudad se muestra orgullosa de su pasado. Con sus toques europeos, pero tambi¨¦n con sus barrios de casas entre caribe?as y victorianas donde los vecinos salen a cenar a sus porches acompa?ados por el canto de los grillos, Filadelfia tiene mucho que ofrecer.

09.00 Una pinza de la ropa gigante

Comencemos el d¨ªa junto al City Hall (1), el ayuntamiento de Filadelfia. Construido en estilo Segundo Imperio y est¨¦ticamente hermanado con el H?tel de Ville parisiense, el edificio es uno de los puntos emblem¨¢ticos del centro. Pero el icono por excelencia de Filadelfia se encuentra a pocos metros, entre las calles 15 y JFK Parkway: se trata de la escultura de Robert Indiana que representa la palabra love (2), pura tipograf¨ªa pop que tant¨ªsimos souvenirs ha generado. En los alrededores de esta misma plaza nos saltar¨¢ a la vista una descomunal pinza de la ropa esculpida por Claes Oldenburg. Filadelfia entera es un museo al aire libre de esculturas: lo corroboramos al toparnos con las obras de Henry Moore y Alexander Calder a lo largo del paseo Benjamin Franklin Parkway (3).

10.00 Caf¨¦ con vistas

En el peque?o parque Sister Cities que da a Logan Square podemos hacer un alto en el camino para desayunar en el caf¨¦ Milk and Honey (4) (200 North 18th Street) con sus estupendas cristaleras y terraza con vistas. All¨ª cerca acechan un mont¨®n de museos, entre ellos la Barnes Foundation (5) (2025 Benjamin Franklin Parkway), donde nos esperan Manet, Redon, C¨¦zanne y Matisse, entre otros.

11.00 Las escaleras de ¡®Rocky¡¯

Si seguimos caminando por el paseo, adem¨¢s de dar con m¨¢s y m¨¢s referencias a Benjamin Franklin (la figura m¨¢s querida de Filadelfia), llegaremos al Philadelphia Museum of Art (6), con la colecci¨®n m¨¢s completa de obras de Duchamp del mundo. Subir las escaleras con aire triunfal, como har¨ªa Silvester Stallone en Rocky, es lo propio. Y a la espalda del museo, el jard¨ªn de esculturas Anne d¡¯Harnoncourt (7) donde de nuevo el gui?o pop est¨¢ a cargo de Claes Oldenburg, con su escultura del enchufe-adaptador sobredimensionado.

13.00 G¨¢rgolas con mal genio

Fairmount Avenue, adem¨¢s de caf¨¦s y restaurantes, posee una antigua c¨¢rcel visitable: la Eastern Penitentiary (8) (2027 Fairmount Avenue). Sus g¨¢rgolas, que representan animales de muy mal genio, supervisan las operaciones comerciales que tienen lugar en los mercadillos que se montan en el cruce con la calle 22.

Si no hemos optado por comer en alguno de los coloristas lugares de Fairmount Avenue, otra buena opci¨®n es el Reading Terminal Market (9) (51 N 12th Street), un mercado cubierto donde se congrega toda Filadelfia a celebrar el gusto por la comida casera y los productos frescos. Prohibido irse de all¨ª sin probar las recetas cajun de Nueva Orleans en el Beck¡¯s Cajun Caf¨¦; las tortitas de Dutch Eating Place, elaboradas por impolutas chicas Amish con sus gorritos de tul, o las chocolatinas en forma de oreja o de dentadura a la venta en Chocolate by Mueller.

15.00 Betsy la costurera

En la casa-museo de Betsy Ross (10) (239 Arch Street) se rinde homenaje a la mujer que cosi¨® la primera bandera de Estados Unidos en 1777 y que dispuso las estrellas de forma que nos recuerdan al logo de Eurovisi¨®n. En la tienda del museo encontraremos los principales iconos de Filadelfia en forma de recuerdo para turistas. A dos pasos, la callejuela Elfreth¡¯s Alley de la que tan orgullosos est¨¢n los lugare?os por ser la calle residencial m¨¢s antigua del pa¨ªs.

17.00 Cuarenta cervezas

Si nos entra sed, lo mejor es dirigirse a South Street, donde cada d¨ªa se abren nuevos bares. The Cambridge (11) (1508 South Street), tiene paredes estudiadamente desnudas y una colecci¨®n de m¨¢s de cuarenta cervezas artesanas. Bajando por la calle 9 todav¨ªa se puede echar un vistazo al popular mercado italiano callejero (12), en su esplendor de nueve a cuatro de la tarde.

19.00 Hincando codos

Al otro lado del r¨ªo Schuylkill tambi¨¦n est¨¢n pasando cosas. Probablemente muchos estudiantes est¨¦n hincando codos en las fabulosas bibliotecas de la Universidad de Pennsylvania (13)? ¡ªcoloquialmente llamada Penn¡ª abiertas hasta medianoche. El rectorado (College Hall) de piedra verde y aires neog¨®ticos, dise?ado por Thomas Webb, nos recordar¨¢ a la casa de la familia Addams. Con raz¨®n: Charles Addams, el creador de la serie, estudi¨® en Penn y confiesa haberse inspirado en dicho edificio para dise?ar el hogar de sus criaturas ficcionales.

En el campus Oldenburg vuelve a sorprendernos con su escultura de un gigantesco bot¨®n blanco roto situada frente a la biblioteca Van Pelt (14). En la librer¨ªa Penn Bookstore (15) (3601 Walnut St.) venden libros y memorabilia de la universidad, por ejemplo esas sudaderas rojiazules que tantos estudiantes lucen con orgullo. Pero el m¨¢s intenso olor a libro se halla en las librer¨ªas de viejo A House of Our Own (16) (3920 Spruce Street) y The Last Word (17) (220 S 40th Street), ambas, como es de esperar, regentadas por due?os peculiares.

21.00 Tacos y burritos muy honestos

West Filadelfia, el barrio contiguo al campus, se est¨¢ gentrificando y los hipsters empiezan a llenar sus calles y caf¨¦s. Una buena elecci¨®n para verlos es Honest Tom¡¯s Tacos (18), en la calle 44 con Spruce Street, con los tacos y burritos m¨¢s decentes de la ciudad. Quien quiera alcohol puede llevar su propia bebida, tal como indica el signo BYOB (bring your own bottle), tan frecuente en los restaurantes de Filadelfia. Que no cunda el p¨¢nico: a la vuelta de la esquina, en Local 44 Bottle Shop (19), hay una gran variedad de cervezas. La tienda es de los due?os del contiguo Local 44,donde probablemente acabemos despu¨¦s de cenar.

Mercedes Cebri¨¢n es autora de la novela La nueva taxidermia.

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