Escalofr¨ªos y versos sorianos

Machado sin Soria ser¨ªa medio Machado. Aqu¨ª escribi¨® Campos de Castillay aqu¨ª conoci¨® (y enterr¨®) a Leonor. Y Soria sin Machado tambi¨¦n ser¨ªa muy distinta. El poeta lleg¨® en 1907 a dar clase de franc¨¦s (una peque?a ciudad de 7.500 habitantes entonces, de 40.000 ahora).

08.14 Viaje en tren al pasado

No hay forma m¨¢s machadiana de viajar a Soria que en el tren Campos de Castilla (975 23 22 52), un ferrocarril abarrotado de devotos del poeta que circula 12 fines de semana entre mayo y noviembre (este fin de semana se cierra la temporada) desde la estaci¨®n madrile?a de Chamart¨ªn. Hay un momento m¨¢gico en que, al atravesar un t¨²nel, se pasa de la verde vega del Henares al asc¨¦tico p¨¢ramo soriano. Es un t¨²nel al pasado. El revisor viste uniforme de 1900, una campesina ofrece ramitas de romero venturoso y una se?ora fina recita poemas mientras el tren traquetea por la vieja v¨ªa, ¨²nica y sin electrificar, entre campos solitarios y desnudas roquedas. Todo como en tiempos de Machado. La diferencia es que ¨¦l tard¨® diez horas, y nosotros, menos de tres. Y que ¨¦l fue recibido con indiferencia. Y nosotros, como reyes, con degustaci¨®n de productos sorianos: mantequilla dulce, torreznos, vino de Ribera del Duero¡­ Eso s¨ª: adi¨®s a la operaci¨®n biquini.

11.00 San Saturio y San Juan

Machadiano a m¨¢s no poder es tambi¨¦n el paseo que va por la orilla del Duero hasta la ermita de San Saturio (1) (975 18 07 03). Los ¡°¨¢lamos del amor¡± siguen teniendo ¡°en sus cortezas / grabadas iniciales que son nombres / de enamorados, cifras que son fechas¡±. Junto a la ermita est¨¢ el Rinc¨®n del Poeta, que la ciudad le dedic¨® en octubre de 1932, poco despu¨¦s de otorgarle el t¨ªtulo de hijo adoptivo. Y sobre el r¨ªo, el puente Milvio soriano: una pasarela peatonal llena de candados con corazones atravesados por flechas y juramentos de amor eterno. El Duero, que viene de acariciar una de las ruinas m¨¢s rom¨¢nticas del pa¨ªs, el monasterio de San Juan de Duero (2) y su claustro de arcos entrelazados, aqu¨ª ya es que ni corre, de lo dulce y empalagoso que se vuelve.

12.00 El olmo seco

Una carreterilla zigzagueante sube directamente del r¨ªo al cerro del Castillo. All¨¢ arriba, el parador de Soria (3) (975 24 08 00) domina un panorama de lo m¨¢s amplio y evocador: ¡°?No ves, Leonor, los ¨¢lamos del r¨ªo / con sus ramajes yertos? / Mira el Moncayo azul y blanco; dame / tu mano y paseemos¡±. Bajando por el lado contrario, por las calles de Fort¨²n L¨®pez y Santiago, se llega sin p¨¦rdida al cementerio del Espino (4), donde hay una l¨¢pida de m¨¢rmol blanco con un sucinto epitafio (¡°A Leonor, Antonio¡±), y junto a la iglesia, un olmo seco, como el del famoso poema. Para Leonor, herida por la tuberculosis, no hubo ¡°otro milagro de la primavera¡±.

13.00 La Casa de los Poetas

El siguiente hito de nuestro paseo es la iglesia de Santa Mar¨ªa la Mayor (5), en la plaza Mayor, donde se casaron Machado y Leonor y donde, tres a?os y tres d¨ªas despu¨¦s, se celebr¨® el funeral de ella. Al lado de la portada meridional, rom¨¢nica, una escultura muestra a Leonor tal como iba el d¨ªa de la boda, pero con algunos a?os m¨¢s de los 15 que entonces ten¨ªa. Los que no han cambiado apenas son el casino (6) (El Collado, 23; www.circuloamistadnumancia.es) que frecuentaba Machado y el instituto (7) (Instituto, 12) donde ense?aba. Lo ¨²nico que huele a nuevo en el casino es el desv¨¢n, reformado en 2012 para albergar la Casa de los Poetas, un museo dedicado a los tres socios m¨¢s ilustres que ha tenido la entidad: B¨¦cquer, Machado y Gerardo Diego. Precisamente esta noche se celebra un paseo nocturno en homenaje al popular cuento de terror de B¨¦cquer El monte de las ¨¢nimas (www.soria.es). Tambi¨¦n en el instituto hay un aula-museo de Machado, con viejos pupitres, fotos del famoso profesor y notas que demuestran que no cateaba nunca a nadie.

14.30 Cocina creativa y setas

A 200 metros de la tumba de Leonor, en un palacete de la calle de los Caballeros, el restaurante Baluarte (8) (975 21 36 58) ofrece la cocina m¨¢s creativa y apetecible de Soria. Otra buena opci¨®n, si tenemos coche o quien nos lleve, es Valonsadero (9) (975 18 01 01), restaurante micol¨®gico que domina desde una pe?a una dehesa salpicada de pinturas rupestres, al noroeste de la ciudad.

16.00 Ruinas de Numancia

Cuando Machado lleg¨® a Soria, Adolf Schulten estaba desenterrando las ruinas de la indomable Numancia (10). El yacimiento (650 70 96 71) est¨¢ en Garray, a siete kil¨®metros al norte de la capital, y la visita se completa con los tesoros del Museo Numantino (11), en el paseo del Espol¨®n. Como la F¨ªbula de Caballo, que es el s¨ªmbolo de Soria. O el Vaso de los Toros, que es Picasso 2.000 a?os antes de Picasso.

18.00 De compras

Por la tarde, todo Soria anda arriba y abajo por la calle El Collado (12), paseando, merendando, viendo escaparates¡­ Nada nos cuesta imaginar a Machado curioseando en la librer¨ªa Las Heras, que lleva abierta desde 1860 en el n¨²mero 38. Todo lo que se ha escrito sobre la etapa soriana del poeta est¨¢ ah¨ª. En el 18, la pasteler¨ªa Nueva York vende mantequilla dulce y la t¨ªpica costrada. Y en el 34, Mu?oz despacha los mejores vinos sorianos, embutidos caseros, pat¨¦s, quesos de Oncala y conservas de boletus.

19.30 ?ltimos d¨ªas

Dorada y resaltada por el pen¨²ltimo sol es como mejor se ve la portada de Santo Domingo (13), una de las m¨¢s ricas del rom¨¢nico espa?ol. Machado ven¨ªa a esta iglesia por amor: ¡°En Santo Domingo, / la misa mayor. / Aunque me dec¨ªan / hereje y mas¨®n, / rezando contigo, / ?cu¨¢nta devoci¨®n!¡±. Tambi¨¦n es buena hora para subir a la ermita del Mir¨®n (14) y otear la curva de ballesta que traza el Duero en torno a Soria. Un sencillo monumento inaugurado en 2012 (la silueta de Machado y Leonor recortada en una plancha de metal herrumbroso) evoca los ¨²ltimos d¨ªas de la pareja, que ven¨ªa aqu¨ª a pasear, ella ya muy enferma: ¡°So?¨¦ que t¨² me llevabas / por una blanca vereda¡­ / Sent¨ª tu mano en la m¨ªa, / tu mano de compa?era¡­¡±. Al lado, el hotel Leonor Mir¨®n (975 22 02 50).

21.30 Zonas de tapas y de copas

Hay dos zonas id¨®neas para picotear. En la zona del Tubo (15) (plaza de San Clemente) triunfan las tostas del Patata y los champis del Poli. En la de Herradores (16) (plaza de Ram¨®n Benito Ace?a), los calamares rebozados del Apolonia y las gambas con gabardina del Iru?a. Despu¨¦s de cenar y de tomarse la primera copa en las terrazas de estos bares, la marcha sigue en los locales del casco viejo (calles Real y Zapater¨ªa), los del barrio del Calaver¨®n y los de la Zona con may¨²scula (Rota de Calata?azor -17- y aleda?os).

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