?Qu¨¦ hacer en Berl¨ªn en invierno?

Berl¨ªn no se amilana ante el invierno. El ocio no desciende al mismo nivel que las temperaturas. La ciudad sigue muy viva y ofrece actividades en torno al clima g¨¦lido y a la falta de luz . Estos son algunos planes para afrontar los meses de m¨¢s fr¨ªo.

Patinar en lagos helados

Pocas cosas son m¨¢s populares en el Berl¨ªn veraniego que los lagos que rodean la ciudad. Las temperaturas bajo cero del invierno los convierten en pistas de patinaje naturales. Uno de los m¨¢s conocidos es el Wannsee -al suroeste de Berl¨ªn- y cuenta con una superficie helada de cerca de 200 hect¨¢reas gracias a que en ¨¦l confluyen el r¨ªo Havel y otros lagos menores. El Grunewald tambi¨¦n es apto para visitar con trineos o patines. Solo es necesario recorrer unas pocas estaciones de metro para caminar sobre las mismas aguas en las que meses antes se ha nadado.

Ver Berl¨ªn sin salir a la calle

El fr¨ªo y las pocas horas de luz no dan muchas oportunidades para disfrutar de la fisonom¨ªa de la ciudad en esta ¨¦poca del a?o. La exposici¨®n permanente del espacio Loxx evoca el universo de los trenes en miniatura para lograr una fidedigna reproducci¨®n de la ciudad. Los monumentos imprescindibles y las calles m¨¢s anodinas tienen su versi¨®n a peque?a escala en esta muestra situada en la Grunenstrasse 20, en el centro comercial Alexa de la Alexanderplatz. Para una visi¨®n m¨¢s real de Berl¨ªn lo mejor es optar a las vistas desde Panoramapunkt. El espacio se encuentra en la parte superior de la Torre Kollhoff de la Potsdammer Platz y a¨²na mirador, cafeter¨ªa y exposici¨®n. La panor¨¢mica de 360 grados en un edificio tan c¨¦ntrico permite no perder detalle (mejor reservar previamente) y el Panoramacaf¨¦ recrea la est¨¦tica de los a?os veinte y treinta de Fritz Lang y Marlene Dietrich que tan vivo sigue en los edificios de la plaza. La exposici¨®n multimedia Berliner Blicke repasa la historia de esa relevante zona de la ciudad.

Raum der Stille, el lugar para meditar

Uno de los monumentos m¨¢s visitados esconde una inesperada curiosidad en la que no todos reparan. En el pabell¨®n norte de la Puerta de Brandenburgo, accediendo desde la Pariser Platz, se encuentra la Habitaci¨®n del Silencio de Berl¨ªn conocida como Raum der Stille, de la que en en 2014 se cumplen 20 a?os de creaci¨®n. Est¨¢ inspirada en la sala de meditaci¨®n construida en la d¨¦cada de los cincuenta en el edificio de Naciones Unidas de Nueva York. Al entrar, la palabra paz escrita en m¨¢s de 40 idiomas en sus muros deja a las claras las intenciones de este espacio. Cuando se entra en ella se dejan las religiones, creencias pol¨ªticas y los prejuicios culturales en la exterior. Est¨¢ concebida como un ant¨ªdoto ante la ansiedad de la vida diaria en una gran urbe como Berl¨ªn. La asepsia es el mantra con el que se ha concebido su decoraci¨®n de interiores. Sin ventanas y con apenas una decena de sillas el lugar ayuda a dejar la mente en blanco.

Beber vino caliente

No por obvia deja de ser importantes una de la actividades invernales por excelencia en la capital alemana: beber vino caliente especiado (Gl¨¹hwein), que se cuece con canela, clavos y az¨²car moreno. Ayuda a combatir el fr¨ªo y es una de las experiencias gastron¨®micas m¨¢s t¨ªpicas del pa¨ªs.

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