Baleares, 10 playas en la onda

Hermana de Sa Calobra

(Cala Tuent, Escorca)

La de Tuent se concibe como el relax playero tras los 12 kil¨®metros de curvas que conducen a Sa Calobra, de la que la separan de Tuent solo 10 minutos en coche. Tambi¨¦n sirve esta cala como fin de la preciosa ruta senderista de Sa Costera, que arranca del mirador conocido como Ses Barques. Las escarpaduras de la sierra de Tramontana son su fisonom¨ªa, con la particularidad de los olivos besando la orilla. A la hora de comer nos espera el restaurante Es Vergeret, ¨²nico negocio de la cala y en donde ayudan a cuantos lo precisen. Dos navieras (www.barcosazules.com y www.sollermar.com) atracan en Tuent para recoger senderistas. Bien por los que no han contratado la cena de hotel; disfrutar¨¢n de un instante privilegiado durante el crep¨²sculo.

Los colores de la bah¨ªa

(Ses Casetes Capellans, Muro)

La fachada mar¨ªtima del parque natural de S¡¯Albufera de Mallorca se estira entre Port d¡¯Alc¨²dia y Ca¡¯n Picafort. A la salida de Muro, ya sin la molesta presencia de la alineaci¨®n hotelera (el ¨²ltimo, el Iberostar Albufera Playa), deberemos estar atentos a la ¨²nica rotonda en que se se?aliza Ses Casetes des Capellans. Los azules desbordan la mirada en este segmento de bah¨ªa de Alc¨²dia bien preservado; las dunas asombran por su fina arena, encintadas y protegidas; atraen a la vista los pinos y los bosquetes de brezo; acompa?an la m¨²sica y la comida del Ponderosa Beach Club.

Rasgos paradisiacos

(Es Caragol, Santany¨ª)

Cuando se trata de alejarse de las aglomeraciones, pocos lugares como Es Caragol. El coche habr¨¢ que dejarlo, sin objetos de valor, junto al faro de Ses Salines, que alberga el Instituto Mediterr¨¢neo de Estudios Avanzados, donde se analiza el impacto del ser humano en el cambio clim¨¢tico. Costeando durante 15 minutos hacia Col¨°nia de Sant Jordi, el ba?ista se topar¨¢ con dunas colonizadas rematadas por la proa rocosa de punta Negra, guardiana de scats(casetas varaderos) de pescadores. Las papeleras se constituyen en s¨ªmbolo de civilizaci¨®n junto con la valla que cierra la finca, y casa de recreo, de la familia March, a quien indirectamente se debe la buena salud de estas costas. Desde Es Caragol se ve Cabrera.

?Hola, mero!

(S'Espalmador)

De Col¨°nia de Sant Jordi (Ses Salines) zarpan los barcos (www.marcabrera.com y www.excursionsacabrera.es) a la que sin ambages podemos tildar como una de las bah¨ªas naturales m¨¢s bellas del Mediterr¨¢neo. Nada m¨¢s poner el pie en el parque nacional Mar¨ªtimo-Terrestre de Cabrera conviene pasar por la cantina para avituallarse con botellas de agua que se mantendr¨¢n fr¨ªas la media hora que cuesta llegar a la caleta de S¡¯Espalmador, dechado de transparencia gracias a las praderas de posidonia. Reservar tiempo para ver el cementerio de los Franceses y el castillo. El calor estival desaconseja los grandes recorridos a pie. M¨¢s propio de estas fechas es el itinerario marino (reservar al desembarcar; 4 euros) entre Sa Platgeta y S¡¯Espalmador, visualizando con suerte meros, nacras, pulpos, estrellas de mar. Se facilitan gafas, aletas y tubo.

MENORCA

Excluidas del mundo

(Escorxada y Fustam, Es Migjorn Gran)

Lo remoto de su ubicaci¨®n adquiere tintes ed¨¦nicos en la ya de por s¨ª espectacular isla de Menorca. De ah¨ª que la afluencia permita un ba?o relativamente tranquilo durante el periodo canicular. Una vez en la urbanizaci¨®n de Santo Tom¨¤s, dejar el coche cerca del restaurante playero Es Bruc?(971 37 04 88), estupendo para dar cuenta del frito menorqu¨ªn seguido de pescado fresco. Sombrero y agua en abundancia son imprescindibles porque nos esperan 45 minutos de seductora caminata junto a un mar cuyos matices del verde y la aguamarina se irisan con los rayos del sol. La recompensa es un ba?o en dos blancas caletas (este a?o el sur de Menorca rebosa de arena) y aguas codiciad¨ªsimas por el turismo n¨¢utico.

Tramontana a discreci¨®n

(Sa Mesquida, Ma¨®/Mah¨®n)

Sa Mesquida refleja la costa norte menorquina, interesante tambi¨¦n los d¨ªas calurosos. Una ins¨®lita asociaci¨®n se produce entre el enjalbegado de las casas de este barrio marinero de Mah¨®n y la negrura del roquedo. Pasadas las casas, la belleza de la S¡¯Arenal se muestra de forma arrogante en sus 300 metros de concha. Gracias a la protecci¨®n del Pa Gros ¡ªpe?¨®n que a¨²n conserva un nido de ametralladoras¡ª, el ba?o es relativamente seguro. Los que quieran trepar por los 45 metros del Pan Grande deber¨¢n hacerlo por la cara norte. La pertinaz tramontana aconseja muchas veces tender la toalla cerca del acantilado. Un sector naturista se esconde en la zona interior.

Potencial de color

(Cavalleria, Es Mercadal)

Un kil¨®metro a contar desde el primer paso canadiense del cabo de Cavalleria y surge a la izquierda el aparcamiento (sin playa a la vista). Hace falta caminar 300 metros para alcanzar la escalinata de madera desde la que sorprenden las playas de Cavalleria, seguidas de la consagrada al gigante Ferragut. Ambos enclaves recuerdan esa definici¨®n de para¨ªso que se asocia con destinos lejanos.Habr¨ªa que clonar esta arena parda amarillenta rodeada de escarpes rojizos que los ba?istas ara?an para embadurnarse. En d¨ªas calurosos hay que tener presente que estas playas septentrionales carecen de sombras. Obligatorio no perderse las puestas de sol.

IBIZA

Paella con vistas

(Cala d'Hort, Sant Josep de Sa Talaia)

La artista de variedades Dolly Drag confiesa haberse jubilado de la marcha ibicenca. ¡°Estoy m¨¢s en edad de disfrutar de la paella en cala d¡¯Hort¡±. Sabia, madura decisi¨®n, en uno de los escenarios playeros de las islas Pitiusas que brinda mayor deleite a la vista; solo por el islote m¨¢gico de Es Vedr¨¤ esta playa de piedrecillas salvada in extremis de la urbanizaci¨®n pide un d¨ªa de playa. El ocio gastron¨®mico tiene que ver con las paellas de los restaurantes El Carmen (971 18 74 49) y Cala d¡¯Hort (971 93 50 36). Tampoco falta la veterana boutique playera, cuyo nombre hay que leer tambi¨¦n al rev¨¦s: Azibi. Alquiler de hidropatines, paddle suby barcas tipo z¨®diak (sin necesidad de titulaci¨®n) para acercarse a Es Vedr¨¤. En d¨ªas claros, los fascinantes atardeceres revelan en lontananza la costa alicantina de Denia.

Ibiza en cenital

(Cal¨® d'en Serra, Sant Joan de Labritja)

Desde la altura, el Cal¨® d¡¯en Serra, con sus 50 metros mal contados, explota en los ojos como una supernova. Se trata de una caleta serrana, ma?anera para quienes ans¨ªan tanto la calidad del entorno como la belleza natural caracter¨ªstica de las calas del norte ibicenco. The Guardian?no dud¨® en catalogarla como una de las calas m¨¢s atractivas del continente.Desde Sant Joan de Labritja parte el acceso directo, de unos cuatro kil¨®metros. Salvo los restos chamuscados del incendio de 2012, el escenario se presenta pulcro, de un intenso colorido azul, y desde los embarcaderos las inmejorables panor¨¢micas incluyen Sa Plana Verde. Causa cuando menos sorpresa saber que la urbanizaci¨®n en ruinas fue proyectada por Josep Llu¨ªs Sert. Pasadas unas piedras, a mano derecha, se oculta una caleta muy del gusto naturista. Se alquilan hamacas y sombrillas.

FORMENTERA

Aguas ¨¢ulicas

(Cala Saona, Sant Francesc Xavier)

Apoyada en la punta Rasa, la Saona es una de las pocas calas del escabroso litoral formenterano, y por ende refugio de pescadores como demuestra el tipismo de los varaderos de llauts (faluchos). Atenci¨®n a la policrom¨ªa y transparencia de las aguas ¡ªacierta quien lleve gafas de buceo¡ª, y a la pulcra y cuidada arena blanca. Es una cala peque?a y muy visitada, y el hotel que la disfruta, Cala Saona, estrena este 2014 una estrella m¨¢s, cuatro en total, lo que conlleva spa y pistas de p¨¢del. El restaurante Sol (971 18 75 91) hace justicia a las paellas ciegas y al cabracho en salsa verde.