Valencia termal

Aunque su poder curativo invoca el aislamiento reconstituyente en la naturaleza, el culto al bienestar a trav¨¦s del agua no est¨¢ re?ido con el asfalto metropolitano. Como una isla de evasi¨®n en medio del tumulto cotidiano de la ciudad de Valencia, el complejo de La Alameda alberga el ¨²nico balneario espa?ol cuyas aguas termales manan en pleno centro urbano. A la vera del Jard¨ªn del Turia, este multiespacio de relajamiento, que fue s¨ªmbolo del higienismo en boga del siglo pasado, responde al reclamo de los que buscan el emergente turismo de salud combinando la historia de su edificio centenario y la modernidad de sus servicios.

Ubicadas en el distrito de Exposici¨®n, estas aguas hipertermales urbanas, que surgen a 43?C, no proceden de un manantial natural. Buscando petr¨®leo en plena fiebre del oro negro, Valencia encontr¨® en 1923 una gran balsa termal a 632 metros bajo la zona que hab¨ªa acogido el modernismo de la Exposici¨®n Regional de 1909. Declarada de utilidad p¨²blica en 1951, la primera sede en explotar este agua de origen volc¨¢nico correspondi¨® al hist¨®rico edificio de La Lanera, el actual hotel Westin, cuyo funcionamiento como balneario ces¨® en la d¨¦cada de los 60.

Al calor de la arquitectura neomud¨¦jar dise?ada por el madrile?o Ram¨®n Luccini en f¨¢brica de ladrillo, los mil metros cuadrados del edificio del actual balneario, declarado Bien de Inter¨¦s Cultural y reabierto al p¨²blico en 2006 tras su rehabilitaci¨®n, ha alojado usos y hu¨¦spedes diversos desde que se levantara en 1908. Conocida como la antigua casa de lactancia, popular guarder¨ªa para los hijos de las trabajadoras de la contigua Tabacalera, el complejo de La Alameda cumpli¨® en su pasado las funciones de refugio durante la guerra, peque?a escuela para los m¨¢s desfavorecidos y de instalaci¨®n temporal para los estudiantes de Graduado Social de la Universidad de Valencia.

¡°El balneario es el gran desconocido del patrimonio hist¨®rico valenciano. Vecinos del propio distrito no imaginan que en Valencia haya aguas termales¡±, observa Vicente Ram¨ªrez, director del complejo de La Alameda, al frente de una plantilla de 23 empleados que recibe de media a 37.000 usuarios al a?o, seg¨²n el n¨²mero de servicios registrados.

El interior de la antigua capilla, heredada del extinto asilo de lactancia regentado por monjas, acoge gran parte del circuito de termas romanas, en las que se combinan duchas fr¨ªas y ba?os calientes, saunas h¨²medas y secas, zonas de relajamiento y piscinas a diferentes temperaturas, complementado con una zona de parqu¨¦ construida a medio nivel para ejercer actividades de yoga, pilates y risoterapia.

A diferencia del placebo del agua caliente de un spa, sus aguas clorurado-s¨®dicas de mineralizaci¨®n fuerte convierten a este balneario en un centro de salud para tratar enfermedades reum¨¢ticas, dermatol¨®gicas, circulatorias y respiratorias y curar el estr¨¦s gracias a sus propiedades terap¨¦uticas. ¡°El magnesio act¨²a como un sedante y quita la ansiedad, y la sal tiene un efecto estimulante. La mineralizaci¨®n del agua es como la de Puente Viesgo en Cantabria, el ¨²nico balneario cardiovascular de Espa?a¡±, se?ala el dermat¨®logo Salvador Laguarda, responsable del servicio m¨¦dico del complejo que ofrece en 19 cabinas duchas Vichy, tratamientos faciales y corporales y terapias naturales.

¡°Con el activo diferencial de las aguas termales, en el turismo de salud pretendemos acercarnos a los mercados ruso y centroeuropeo, los tradicionales en la cultura de balnearios¡±, explica el director Ram¨ªrez sobre el objetivo actual de un complejo que ofrece como novedad circuitos termales nocturnos con cocktail, masaje y cena, con la colaboraci¨®n del restaurante Las Hermanas, dirigido por el cocinero Borja Fuster y ubicado en el propio balneario.

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