Llueve dentro de casa
Los paisajes de arrozales, los poblados diola y las playas de M¡¯Bour en un ex¨®tico viaje por la Casamance, al sur de Senegal
Dicen que los diola son los mejores arquitectos de toda ?frica. No hay huellas de presencia romana en el delta del Casamance, esa lengua de agua y tierra en la que Senegal se despliega entre Gambia y las dos Guineas, pero desde tiempo inmemorial los diola construyen sus casas al modo impluvium, como hac¨ªan los romanos y los griegos. En una regi¨®n donde las aguas del Casamance se mezclan con las del Atl¨¢ntico, los pozos se salinizan en seguida y la temporada seca se hace eterna. Por eso, los diola construyen sus casas dejando en sus tejados de hierba seca un gran embudo que permita recoger el agua de lluvia.
Cuando llueve, y aqu¨ª lo hace a raudales entre abril y octubre, el efecto ¨®ptico es cautivador, pues una fina cortina de agua iluminada por la luz inunda de vida todo el patio interior. El agua cae en hiladas, desplegando reflejos de luz y colores sobre un lecho repleto de las conchas de ostras y berberechos que abundan en los manglares y que junto el cultivo del arroz y la pesca de la gamba constituyen el medio de vida de los diola. Por ese agujero se filtra tambi¨¦n la luz, y en torno a ese patio se organiza la vida de las familias, que abren sus habitaciones al interior. Mientras una mujer muele el sorgo a la manera tradicional, con movimientos r¨ªtmicos que alternan un brazo con el otro, otra hila el algod¨®n y una m¨¢s prepara en una cazuela alimentada con le?a una zarzuela de pescado cuyo olor inunda toda la estancia. Pollitos, patos y hasta una oca conviven en el patio con las familias diola, que utilizan las casas tambi¨¦n como silos para que el arroz no se pudra ni quede a merced de los ratones.
Muchas aldeas, como Eloubaline, solo son accesibles en cayuco, lo que obliga a una deliciosa traves¨ªa
Es el delta del Casamance una bella regi¨®n en la que las hileras de arrozales veteadas por una tierra de un rojo intenso se despliegan en perspectiva hacia el infinito y los verdes manglares marcan un l¨ªmite infranqueable. Muchas aldeas, como Eloubaline, solo son accesibles en cayuco, lo que obliga a una deliciosa traves¨ªa en la que se entremezclan pel¨ªcanos, garzas, cormoranes y flamencos que tambi¨¦n buscan su sustento en las aguas del delta.
Visitar estas aldeas supone una doble experiencia: la del barro que todo lo anega y que obliga a descalzarse y hundirse en el fango para ir de un lado a otro; y la de la hospitalidad de sus habitantes, que abren y ense?an con todo cari?o sus casas al visitante y que, al terminar la visita, ofrecen como compensaci¨®n al festival de barro una fuente de gambas cocidas y una cerveza senegalesa en un rudimentario bar construido junto al embarcadero de la aldea.
Junto al exotismo de la vida tradicional, se observan las huellas de la cooperaci¨®n al desarrollo y sus limitaciones: un cartel oxidado lleno de logotipos de agencias internacionales, una posta m¨¦dica sin m¨¢s material que un cargador para los m¨®viles de los locales, una escuela desvencijada y unos paneles solares sulfatados cuyo mantenimiento nadie previ¨®.
El bosque sagrado de Enampore
Al contrario que la mayor¨ªa de los senegaleses, que son musulmanes, los Diol¨¢ son animistas. Junto a los manglares se abren frondosos bosques en los que dominan las ceibas con sus vistosas ra¨ªces, baobabs de rotundos troncos y mangueras que por doquier dejan sus frutos pudrirse en el suelo. Adentrarse en el bosque sagrado de Enampore, donde en cada rinc¨®n hay un fetiche al que los diola ofrecen vino de palma y corderos o cerdos a cambio de la promesa de la fertilidad o la suerte en la cosecha, es toda una experiencia. Los feticheros administran el bosque, los sacrificios y los rituales, y hasta imparten una suerte de justicia civil que algunos diola prefieren a los juzgados de la cercana ciudad de Ziguinchor.
Y si el visitante quiere experimentar c¨®mo es vivir en una casa impluvium, en Seleki, una ONG espa?ola ha ayudado a construir un campamento diola
Y si el visitante quiere experimentar c¨®mo es vivir en una casa impluvium, en la aldea de Seleki, una ONG espa?ola, Campamentos Solidarios, ha ayudado a construir un campamento organizado a la manera tradicional diola en el que se, si a uno no le molesta la falta de agua corriente y de electricidad, pero a cambio prefiere ver el cielo estrellado de ?frica por la noche y despertarse con la melod¨ªa desordenada de cientos de p¨¢jaros que compiten por el alba, puede dormir y comer por un precio irrisorio.
La Casamance ha estado durante mucho tiempo fuera de los circuitos tur¨ªsticos de Senegal debido a las secuelas de un conflicto que dura m¨¢s de treinta a?os entre el Movimiento de Fuerzas Democr¨¢ticas de Casamance (MFDC), un grupo independentista que se remonta a 1947, y el gobierno senegal¨¦s. En 1982, una manifestaci¨®n de protesta diola en Ziguinchor fue reprimida duramente por la polic¨ªa senegalesa, lo que llev¨® al MFDC a convertirse en un movimiento guerrillero que, amparado en los bosques de la regi¨®n, ha tenido en jaque al ej¨¦rcito senegal¨¦s durante todos estos a?os. Pero en mayo de este a?o, despu¨¦s de un largo periodo de inactividad guerrillera, Salif Sadio, uno de los l¨ªderes del MFDC, anunci¨® un alto el fuego unilateral, y abri¨® as¨ª las esperanzas al cierre definitivo de este conflicto, que se ha cobrado m¨¢s de 5.000 v¨ªctimas y ha dejado partes del territorio sembradas de peligrosas minas anti-persona. Todav¨ªa hoy son muchos los Ministerios de Exteriores, incluido el espa?ol, que previenen sobre la visita a esa zona alegando la existencia de grupos de delincuentes armados, seguramente ex guerrilleros, pero en nuestra visita, adem¨¢s de algunos controles militares, la principal amenaza a la tranquilidad provino de la polic¨ªa senegalesa, que sin ning¨²n rubor complet¨® sus probablemente escasos sueldos con 1.000 francos CFA (1,50 euros) con excusas tan rid¨ªculas como que el retrovisor de nuestro veh¨ªculo estaba rajado o el equipaje mal asegurado.
La Isla de Carabane
La Casamance tiene ahora una oportunidad de desarrollarse gracias a su potencial pesquero y tur¨ªstico, especialmente en torno a las bellas playas de Cap Skirring y de la Isla de Carabane, primera capital de la Casamance, colonizada inicialmente por los portugueses, un remanso de tranquilidad donde los delfines y los cormoranes tienen la gentileza de acompa?ar a los visitantes hasta el mismo puerto.
Para llegar a la Casamance se puede tomar el ferry desde Dakar a Ziguinchor. Pero si bien esta opci¨®n es la m¨¢s r¨¢pida, no permitir¨¢ al visitante empaparse de Senegal utilizando los otros recorridos alternativos, que se pueden combinar para hacer un circuito. La ida se puede hacer rodeando Gambia en direcci¨®n hacia Mali hasta Tambacounda, lo que permitir¨¢ atravesar el parque natural de Niokolo-Koba y luego girar hacia el sudoeste adentr¨¢ndose en el Pa¨ªs Bassari hasta la frontera con Guinea Conakry para visitar las aldeas de otros animistas, los Bedik, que viven en las monta?as del Fouta Djalon, as¨ª como las incre¨ªbles cascadas naturales de Dindefelo, donde los visitantes podr¨¢n ba?arse.
Para la vuelta desde se recomiendo cruzar Gambia en el transbordador que cruza el r¨ªo Gambia, toda una experiencia de colores, olores y sabore
Para la vuelta desde se recomiendo cruzar Gambia en el transbordador que cruza el r¨ªo Gambia, toda una experiencia de colores, olores y sabores, con decenas de camiones repletos de carga y autobuses atiborrados de pasajeros que esperan largas colas al sol a que llegue el turno de subir a un decr¨¦pito transbordador. Siguiendo ese camino el visitante podr¨¢ hacer una parada en el ¨¦pico mercado de pescado de Mbour, una playa atiborrada de pescadores que arman sus redes, cayucos en reparaci¨®n y puestos de pescado al aire libre donde el g¨¦nero reci¨¦n pescado convive con el olor que generan los desechos y la basura que se amontonan sin orden ni concierto en la misma playa. De esa manera, el viajero habr¨¢ dado la vuelta completa a Senegal, un recorrido fascinante por un pa¨ªs tan amable como bello.
Gu¨ªa
Informaci¨®n
- Oficina de turismo de la regi¨®n de la Casamance (www.casamance-tourisme.sn).
- Campamentos Solitarios (www.campamentos-solidarios.org).
- www.cap-skirring.fr
- www.au-senegal.com
- ilecarabane.net
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