M¨²nich para exploradores
Ruta cultural y cient¨ªfica por la capital b¨¢vara entre nen¨²fares gigantes y museos para mirar y tocar
M¨²nich siempre es una delicia. La tercera ciudad alemana, indisolublemente asociada al Oktoberfest, los BMW y el Bayern, dispone tambi¨¦n de una excelente oferta cultural y comercial, con una buena colecci¨®n de museos y espacios pensados para visitar en familia y disfrutar de verdaderas maravillas naturales y cient¨ªficas. Cuatro propuestas, incluyendo una gastron¨®mica, para pasar una jornada explorando el planeta sin salir de la capital b¨¢vara.
9.00 Museo del Hombre y la Naturaleza
Este museo, situado en el palacio Nymphenburg (Schloss Nymphenburg; +49 89 17 95 890), la versi¨®n local de Versalles, est¨¢ dedicado a la evoluci¨®n en may¨²sculas. Recorriendo sus salas podremos conocer la historia del planeta Tierra, de sus rocas (las cu¨¢les incluso cuentan su propia historia), adem¨¢s de la gen¨¦tica, las plantas, los animales y la alimentaci¨®n.
Como es de esperar, las figuras de Darwin y Mendel ocupan un lugar reverencial en el museo. Sus evocadores dioramas, los esqueletos de dinosaurios y las representaciones de diferentes ecosistemas resultan fascinantes. No hay mucha informaci¨®n en ingl¨¦s, pero a los pap¨¢s no les resultar¨¢ dif¨ªcil demostrar sus dotes de profesores e int¨¦rpretes.
11.00 Jard¨ªn Bot¨¢nico de M¨²nich
No muy lejos del anterior museo se halla el Jard¨ªn Bot¨¢nico de M¨²nich (Menzinger Strasse 65; +49 89 17861 350/351). La discreta entrada no hace presagiar el espect¨¢culo que ofrecen sus invernaderos tem¨¢ticos y sus m¨¢s de 14.000 especies expuestas. Hay que ver los espacios dedicados a las cicas, los helechos, los cactus, los endemismos de la isla de Madagascar y sobre todo, el soberbio pabell¨®n de los nen¨²fares gigantes, al que se accede entre plantas carn¨ªvoras que cuelgan del techo. All¨ª nos esperan tambi¨¦n las mimosas p¨²dicas, una planta tan sensible al tacto, que retraer¨¢ las ramas cuando las rocemos con los dedos.
A¨²n hay m¨¢s. Las secciones dedicadas a las con¨ªferas y las frondosas lucen preciosas en cualquier estaci¨®n del a?o y la zona central del parque es un espect¨¢culo de flores de latitudes templadas, especialmente en primavera y verano.
13.30 Restaurante Taklamakan
De nombre evocador, en este local situado junto a la estaci¨®n central de tren de M¨²nich y de aspecto no demasiado atractivo no hay que fiarse de las apariencias. Siempre est¨¢ lleno de comensales orientales, curiosos y mochileros que saben muy bien d¨®nde van a comer. El Taklamatan (Bayerstra?e, 27; +49 89 54549878) ofrece dos tipos de comida: turca y uigur. Est¨¢ claro que, en busca del exotismo, hay que probar la segunda. Los platos, t¨ªpicos de la regi¨®n de Xingiang, al noroeste de China, son mucho m¨¢s cercanos a los de Asia central que a los de Cant¨®n o Shangh¨¢i, por lo que el cordero y los pimientos son los ingredientes estrella.
Entre sus platos figuran el Dapanji (estofado de pollo con fideos caseros), el Gambien Cao Mian (fideos con cordero, chile, verduras y ajo), el Gung Bao Ji Ding (pollo con cacahuetes, anacardos y aj¨ª) o el picante Din Din Caumian, (fideos troceados con carne, cebollas, tomates, pimientos y perejil). Como acompa?amientos, pueden pedirse los Ranpize (gruesos tallarines acompa?ados de salsa picante) o las Taklamatan Banxier (t¨ªpicas empanadillas chinas, que aqu¨ª vienen rellenas, como no puede ser de otra manera, de cordero).
15.00 Deutsches Museum
Despu¨¦s aguarda un museo mastod¨®ntico. Situado en una isla del r¨ªo Isar, el Deutsches Museum (Museumsinsel 1; +49 89 21791) est¨¢ dedicado a la tecnolog¨ªa, la t¨¦cnica y la ingenier¨ªa, y es probablemente el m¨¢s grande del mundo en su especie. El visitante descubrir¨¢ enseguida que no est¨¢ en un museo de la ciencia ordinario, sino que se ha introducido en una incre¨ªble enciclopedia en tres dimensiones y que va a necesitar muchas horas para verlo (y disfrutarlo) todo.
Hay tantos campos del conocimiento humano representados (materiales de construcci¨®n, energ¨ªa, miner¨ªa, geodesia, farmacia, industria textil, linotipia, impresi¨®n en papel, oceanograf¨ªa, nuevas tecnolog¨ªas, comunicaci¨®n, m¨²sica, alimentaci¨®n¡) que resultar¨¢ dif¨ªcil saber por d¨®nde empezar. Lo mejor es dejarse llevar y caer rendido ante la grandiosidad expositiva de sus salas y su pedagog¨ªa acad¨¦mica. ?Son tantas las cosas que se pueden observar, experimentar y tocar!
Si se dispone de poco tiempo, las salas de la aviaci¨®n, los sat¨¦lites y las naves espaciales son absolutamente imprescindibles: te dejan con la boca abierta. M¨¢s de uno se sorprender¨¢ tambi¨¦n al ver una reproducci¨®n impecable de las cuevas de Altamira en tierras germ¨¢nicas. Un consejo: para tener una buena vista de las ellas merece la pena subir al observatorio. Desde all¨ª, adem¨¢s, contemplar¨¦is toda la ciudad, la llanura del Isar y los Alpes.
M¨¢s propuestas en M¨²nich aqu¨ª
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