24 horas en Le¨®n
Todos quieren ver el c¨¢liz de do?a Urraca desde que dos historiadores argumentaran que se trata del Santo Grial. Y en la azotea del nuevo restaurante niM¨², grandes vistas al casco hist¨®rico
No es tan fiero el le¨®n como lo pintan; y, adem¨¢s, se desmelena ¨²ltimamente. Esta ciudad peque?a y discreta (apenas 140.000 vecinos) no cesa de abrir centros, museos y edificios. Y hasta convierte en trending topic los m¨¢s vetustos pergaminos: la Unesco ha proclamado alguno de ellos Memoria de la Humanidad, y por lo mismo funcionarios locales se aprestan a etiquetar a Le¨®n, en logos y cartelas, como ¡°cuna del parlamentarismo¡±.
10.00 Una de romanos
Entre las cosas m¨¢s nuevas (lleva abierto medio a?o) est¨¢ el Centro de Interpretaci¨®n del Le¨®n Romano (1). Se encuentra junto a Puerta Castillo, en la casona de la antigua Obra P¨ªa de Ni?os Exp¨®sitos (a¨²n se conserva el boquete en el muro donde abandonaban a los huerfanitos). Seis salas detallan las proezas de la Legio VII G¨¦mina, cuyo campamento ocupaba el ombligo urbano actual.
Adem¨¢s, se han excavado las traseras de la casa, sacando a la luz murallas romanas (dos), una iglesia... y lo que queda por destapar. El centro organiza visitas guiadas que duran dos horas y se acercan a la cripta arqueol¨®gica de la catedral (donde estaban las termas) y al anfiteatro. Para completar la visi¨®n del Le¨®n romano es imprescindible el Museo de Le¨®n (2), renovado hace unos a?os, donde se pueden ver explicaciones y piezas muy notables, no solo del periodo romano, tambi¨¦n de otras ¨¦pocas.
11.00 Cristal antibalas
A un paso del centro romano se extiende el conjunto de San Isidoro (3): colegiata rom¨¢nica, pante¨®n real, claustros, museos, hospeder¨ªa. Recientemente, estudios de dos historiadores, Margarita Torres y Jos¨¦ Miguel Ortega del R¨ªo, han provocado gran revuelo. Seg¨²n unos pergaminos ¨¢rabes, el conocido desde siempre como c¨¢liz de do?a Urraca (la infanta leonesa que hizo que los orfebres del siglo XI adornaran bellamente con pedrer¨ªa un sencillo c¨¢liz de ¨®nice consiguiendo una ¡°pieza excepcional¡±, seg¨²n el historiador del rom¨¢nico Manuel G¨®mez Moreno) ser¨ªa un regalo del emir de Denia al rey Fernando I. Y se tratar¨ªa del misterioso c¨¢liz de la ?ltima Cena o Copa del Poder, tra¨ªda desde Jerusal¨¦n en 1055, cuarenta a?os antes de la primera Cruzada.
Hay otros santos griales por la cristiandad (decenas en las m¨¢s diversas ciudades, y uno de los m¨¢s c¨¦lebres, en Valencia), pero el caso es que a la copa de Le¨®n la han aislado en una urna de cristal antibalas, en la Torre del Gallo, y el n¨²mero de turistas se ha incrementado desde que los historiadores concluyeron en su estudio Los Reyes del Grial que se trata de la copa ¡°que la comunidad cristiana de Jerusal¨¦n en el siglo XI consideraba que era el c¨¢liz de Cristo¡±. A esta pieza de la colegiata de San Isidoro se unen otras joyas del tesoro, y de la biblioteca. Y los arrebatadores frescos rom¨¢nicos del pante¨®n real, ciclo ¨²nico sobre los trabajos y los d¨ªas, am¨¦n de episodios b¨ªblicos. Esta cripta da al claustro donde en 1188 Alfonso IX convoc¨® la Curia Regia (cortes), adonde acudir¨ªan, adem¨¢s de clero y nobleza, representantes de las ciudades, con voz y voto. Los Decreta est¨¢n considerados como el testimonio documental m¨¢s antiguo del sistema parlamentario europeo, y fueron incluidos el a?o pasado por la Unesco en el Registro de la Memoria del Mundo.
12.00 Las calabazas de Victorina
El otro gran im¨¢n, para peregrinos o turistas, es la pulchra leonina, la catedral g¨®tica (4). Por muchos motivos, entre otros sus m¨¢s de 1.800 metros cuadrados de vidrieras bien conservadas. Un milagro. El templo guarda tesoros tambi¨¦n en los adjuntos museos catedralicio y diocesano. Y novedades, como el ¨®rgano de cinco fachadas reci¨¦n restaurado, que parece va a hacer estallar los cristales cuando sube de tono. Frente a la catedral, otro milagro proveniente del Siglo de las Luces: la Casa Sierra Pambley (5), propiedad de una antigua familia de ilustrados y liberales. Un tal don Segundo quiso casar con su sobrina Victorina, a mediados del XIX, y a tal efecto dispuso el futuro hogar hasta el m¨ªnimo detalle. Pero Victorina le dio calabazas. Y la casa qued¨® intacta. As¨ª la hered¨® don Paco Sierra, hermano de Victorina y amigo de los patronos de la Instituci¨®n Libre de Ense?anza; la cual acabar¨ªa haci¨¦ndose cargo de la casa, sellada hasta nuestros d¨ªas como si hubiera estado cubierta por la lava del Vesubio.
14.00 Un vino junto a la chimenea
El restaurante niM¨² lleva abierto poco m¨¢s de un mes y resulta especialmente recomendable porque ha sido montado en la azotea del Hotel Conde Luna (6) (un cl¨¢sico de la ciudad en proceso de renovaci¨®n). Desde el comedor interior o la terraza se tienen vistas exclusivas del casco antiguo, a vista de p¨¢jaro. Pero no es solo el panorama lo que atrae a gente guapa a granel, es que el ambiente es diferente. El local permanece abierto en sesi¨®n continua, lo mismo sirve para comer que merendar, o cenar, o tomar copas noct¨¢mbulas. Se respira un aire informal, cargado de un humour que denota la educaci¨®n brit¨¢nica de su creador, el joven Antonio V¨¢zquez. Los platos incitan al picoteo compartido, y divertido, y los vinos son de la bodega familiar. La terraza se acristala en invierno, con chimenea de le?a, un lujazo.
16.00 Parques y cecinas
Para bajar la comida, el paseo puede empezar en la vecina plaza de San Marcelo, donde est¨¢n el plateresco palacio de los Guzmanes (7), y la Casa de Botines (8), de Gaud¨ª. Por la avenida Ordo?o II ganamos las riberas del Bernesga, ahora bien ajardinadas, un pulm¨®n de andar por casa. Y llegaremos a tiempo de tomar caf¨¦ en el hostal de San Marcos (9), antiguo hospital de peregrinos convertido en parador (hay un museo).
Lo rodean el premiado auditorio J de los arquitectos Tu?¨®n y Mansilla y, a solo unos pasos, el colorista museo de arte contempor¨¢neo Musac (10), del mismo estudio de arquitectura, ganador del premio europeo Mies van der Rohe de arquitectura en 2007. La hora en que las musas cierran para irse a dormir vale para iniciar una razia gastron¨®mica, cosa que de verdad vale la pena. Productos de la tierra como cecinas, embutidos, botillos, tarta de trucha, chocolates y dulces artesanos, quesos, vinos y hasta una cerveza artesanal pueden mercarse en sitios como Artesa (11) (Ordo?o II, 27) o en varios comercios de las calles La R¨²a o Dom¨ªnguez Berrueta.
20.00 Mojar el gaznate
Si enfilamos esas calles, estaremos en el llamado barrio h¨²medo (12) (por lo de mojar el gaznate, no por insalubre). Su espinazo son tres plazas: la Plaza Mayor (donde mi¨¦rcoles y s¨¢bados venden sus hortalizas agricultores de los alrededores); la plaza de San Mart¨ªn, puro bebercio, y la de Santa Mar¨ªa del Camino, o plaza del Grano, que es la que mejor conserva su pelaje pueblerino y medieval. En la vecina plaza de don Gutierre y aleda?os montan un rastro los fines de semana. Lugares donde tomar la ¨²ltima copa son la otra legi¨®n, la que acampa en garitos como Molly Mallone¡¯s, La Lola, La Bicha, El Rebote o La Posada del Buda.
Consulta aqu¨ª m¨¢s informaci¨®n sobre Le¨®n.
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