Locos por los donuts

Los bostonianos est¨¢n acogiendo con los brazos abiertos una nueva tendencia gastron¨®mica en la ciudad que gira alrededor de los donuts. Restaurantes, pasteler¨ªas y locales en los que se venden exclusivamente estos dulces redondos est¨¢n creando versiones artesanales y extravagantes que atraen cada vez a m¨¢s clientes.

El donut no es un reci¨¦n llegado a la ciudad: la cadena Dunkin Donuts fue creada en Quincy, una ciudad de la zona metropolitana de Boston, en 1950, y su sede sigue ubicada en el estado de Massachusetts. Pero las nuevas creaciones se distancian bastante de los dulces de esta cadena ya que se suelen hacer de forma artesanal, poniendo ¨¦nfasis en la creatividad y la materia prima.

En Union Square Donuts el producto m¨¢s vendido es el donut de arce y beicon, que a priori puede parecer un poco extra?o. Una de las due?as del local, Heather Schmidt, que ha trabajado como pastelera en restaurantes y pasteler¨ªas de Boston, explicaba en la radio local que para ella este at¨ªpico donut sintetiza el cl¨¢sico desayuno de tortitas (pancakes en ingl¨¦s) del pa¨ªs. El donut ser¨ªa la tortita, el sirope de arce es su acompa?ante habitual y muchas veces en el mismo plato tambi¨¦n sirven tiras de beicon. Lo m¨¢s normal es que el beicon acabe ba?ado por el sirope, de ah¨ª la curiosa mezcla de sabores del donut estrella del local.

Otras combinaciones populares que ofrece esta pasteler¨ªa situada en el barrio m¨¢s hipster de Somerville, a las afueras de Boston y colindante con Cambridge, es el de caramelo salado con Bourbon, el de crujiente de avellana con mantequilla caramelizada y el de pistacho con frutas del bosque. El a?o pasado, Schmidt cre¨® el donut del cine, con palomitas, sal y mantequilla. Era olerlo y verse sentado en una sala de proyecci¨®n.

Union Square Donuts (20 Bow Street, Somerville) empez¨® hace unos dos a?os en una cocina compartida muy cerca de su ubicaci¨®n actual y en seguida corri¨® el boca a boca. Las colas no se hicieron esperar. Su idea era cerrar diariamente a las tres de la tarde, pero muchos veces ten¨ªan que hacerlo horas antes porque ya hab¨ªan agotado sus existencias. A finales del a?o pasado se mudaron a un local en la misma calle cuya cocina, m¨¢s grande, les permite satisfacer la demanda. Tambi¨¦n venden sus productos en algunos mercados locales y todos los viernes por la ma?ana montan una tienda pop up en Voltagge Coffee & Art, una cafeter¨ªa cerca del MIT, en Cambridge.

Al otro lado del r¨ªo Charles, en Boston, abri¨® a principios de enero Blackbird Doughnuts (492 Tremont Street) y parece ser que los donuts de mora y lavanda que ofrecen, as¨ª como los de Sriracha (salsa picante del sureste de Asia) y s¨¦samo, est¨¢n causando furor: colas y existencias acabadas en pocas horas. Definitivamente, el mundo del donut ha evolucionado mucho desde 1950. Pasen por las cuentas de Instagram de Union Square Donuts y Blackbird Doughnuts y se les har¨¢ la boca agua¡­

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